11

254 37 2
                                    

17 años antes: Lisa

La pequeña pelinegra apretaba sus ojos con fuerza al igual que sus entrelazadas manos «Deseo tener una verdadera familia» pidió para lugo abrir los ojos y soplar las velas del pastel de cumpleaños.

–Felicidadades Lili, ya eres una niña grande de diez años-sonrió haciendo que la menor le correspondiera abultando sus mejillas–¿qué fue lo que deseaste?-inquirió curiosa agachándose para estar a su altura, las cuidadoras le tenían un cariño muy especial a Lisa, pasó la mayor parte de su vida a sus cuidados.

–Si te lo digo no se cumplirá, y realmente quiero que lo haga-habló con obviedad ganándose un beso en la mejilla de parte de la mayor–¿podemos cortar la tarta ya?

–Claro que sí, ven-extendió su mano que fue tomada en instantes.

(...)

–Lili, ellos son los señores Marcos y Chittipp Manoban, a partir de hoy serán tus padres-comentó la directora del horfanato dejando a la menor paralizada, quería que su deseo se cumpliera, pero nunca imaginó que lo fuera a hacer tan rápido, de haberlo sabido lo hubiera pedido muchos años atrás, corrió hasta la mujer abrazando su cintura mientras sonreía–Despídete de tus amigos que ya te tienes que ir-sonrió y salió corriendo no sin antes darle una última mirada a sus ahora padres.

Dos años pasaron y la vida de Lisa no parecía cambiar, los señores Manoban se la pasaban de viajes de negocios, a penas tenían tiempo de ver a su hija, nunca le dieron un beso, un abrazo o cualquier otra cosa de las que hacen los padres, sus únicas compañías eran su Nana, la hija de esta y Lee Chaerin, cocinera de la familia.

–Vamos pequeña, no estés triste, mañana es tu cumpleaños y debe ser un día feliz para ti-intentaban convencerla con mimos pero la infante se mantenía con un puchero en sus labios y con lágrimas saliendo de sus grandes ojos.

–Ellos no vendrán a este tampoco ¿es tan difícil venir aunque sea a una de las celebraciones?¿para qué me adoptaron si no me iban a prestar ningún tipo de atención?-sollozó escondiendo su rostro en sus rodillas dobladas contra su pecho.

–No pierdas la esperanza, quizás este año si puedan venir, sabes que ellos son personas ocupadas-intentó calmar su llanto acariciando su cabello, las tres sabían la razón de los Manoban para adoptarla y no era para nada la más honesta que digamos.

–Siempre dicen eso y nunca vienen, ellos no me quieren-el llanto se volvió más fuerte dificultándole respirar, este fin de año cuando bailé en el evento de la escuela tenía la esperanza de que sí vinieran, pero no aparecieron-sorbió su nariz, Chaerin hacía acto de presencia con chocolate caliente y galletas en una pequeña bandeja, siempre ayudaba cuando la menor se encontraba tan mal, la puerta de la casa se abrió dándole paso a dos.personas con un pequeño bulto en sus brazos, la pelinegra corrió hasta ellos y los abrazó «sí habían venido, cumplieron su promesa».

–Lisa,  esta es Jennie, tu nueva hermana-mostró a la bebé de un año en sus brazos–Somi cuidaba de ella desde hace unos meses-comentó el hombre haciendo alución a la misma que cuidó de ella en el horfanato–Debes cuidar de ella, tú eres la mayor-la infante asintió con entusiasmo, nunca más estaría sola.

–Bueno, solo vinimos a dejarla, nuestro vuelo sale dentro de poco-informó la mujer mientras su esposo le entregaba la criatura a la Nana.

–Pero mañana es mi cumpleaños ¿no estarán aquí?-indagó sintiendo sus ojos escozer.

–Será en el próximo Lisa, estamos muy ocupados esta vez-se desentendió como siempre lo hacían y la pelinegra asintió decepcionada dejando salir la primera gota salada, hizo una reverencia deseándoles buen viaje y después de escuchar un «puedes comprarte lo que quiera» sus padres desaparecieron de su vista. Se acercó a Jennie quien se había despertado hacía unos segundos y acarició su carita ganándose una suave risita.

–Yo no dejaré que pases por lo mismo, siempre estaré contigo en las fechas especiales, aunque solo seamos nosotras dos, nunca te voy a dejar Nini-susurró con la voz rota y la bebé la miró con un puchero, no importa lo que le costara, siempre la protegería.

El tiempo pasó, y ahora las niñas se encontraban más solas aún, ya que en una ocasión algunas cosas valiosas de la casa desaparecieron y poco después también lo hicieron la Nana y su hija, sin dejar una explicación o una despedida, ahora solo tenían a Cl y a ellas mismas. Lisa ya había cumplido diecinueve años y a diferencia de las demás chicas de su edad ella solo se quedaba en casa cuidando de su hermana, Jennie nunca notó la ausencia de sus padres, pues la mayor le daba amor de sobra como le había prometido aunque no se acordara. Luego de muchos meses los Manoban volvieron a aparecer trayendo con ellos a un niño de cuatro años que miraba a todos con terror en sus ojos, temblaba con solo ver a alguien acercándose «sus padres fueron asesinados frente a él en una lucha entre cárteles de la droga, quisieron llevárselo pero la policía llegó a tiempo y huyeron del lugar, una vecina lo encontró dormido en su patio y lo llevó al horfanato más cercano, no ha hablado desde entonces y no permite que las personas se le acerquen»«su nombre es Felix, y es vuestro hermano» fue lo único que dijeron antes de volverse a ir, el rubio se quedó de pie en su lugar y por más que le hacían preguntas él no respondía y huía cuando intentaban acercársele. Así fueron las siguientes semanas, Jen lo abrazaba por la fuerza hasta que dejaba de temblar y poco a poco se fue acostumbrando a la cercanía de las chicas, unos meses después comenzó a hablar nuevamente y su sonrisa se fue volviendo cada vez más frecuente alegrando los corazones de sus hermanas también.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora