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–Lisa, ¿podríamos hablar un momento?-llamé su atención sujetándola por la muñeca.

–No dejaré a los niños solos, es tarde y se podrían perder, quizás dentro de algunas horas, o tal vez mañana-el Sol se había perdido en el horizonte hacía ya un par de horas y el cielo solo era iluminado por una luna en cuarto creciente y billones de estrellas; el olor salado que desprendía el mar impregnaba el ambiente de una tranquilidad abrumadora, aunque creo que eso solo aplicaba para mi pues todos los demás presentes parecían estar bastante felices con ese aspecto.

Me pasé toda la tarde cumpliendo las promesas que les hice a los pequeños mas mi mente se mantuvo siempre con la hermana mayor de estos que no hacía nada más que ignorarme o soltarme palabras cortantes cuando me dirigía a ella, me estaba desesperando su actitud y no encontraba una maldita solución para que este sentimiento desapareciera hasta que después de la comida me decidí por hablar con mi novia y solucionar las cosas entre nosotras–Ellos no se quedarán solos, aquí están los chicos, Chaerin y Sandara, estoy segura de que no tendrán ningún problema en cuidarlos por un rato ¿verdad?-desvié la mirada de sus ojos hacia los mencionados, estos asintieron y dijeron una que otra frase para confirmarlo–¿Ves? Así que vamos, no me hagas insitir más-tiré de ella por la arena hasta alejarnos por completo de nuestros acompañantes, solo podíamos dislumbrar el destello de la fogata y los pequeños faroles que habíamos colocado antes–Voy a ser sincera Lalisa, creo que esto de estar enojadas es una estupidez, ni siquiera recuerdo por que fue que peleamos esta vez, estoy cansada de que actuemos de esta forma, quiero que disfrutemos de nuestra relación, de los niños, de los momentos que pasamos con nuestros amigos-me acerqué al verla relajar su expresión rodeándole el cuello con mis brazos lentamente, pues aún le temo a su rechazo; cuando vi mi acción realizada y ninguna reacción negativa de su parte, continué–vivir como se debe esta oportunidad que nos dió el destino de poder amar sin importar las condiciones en las que nos conocimos, las condiciones de las personas de las que estamos obligadas a estar rodeadas. Quiero amarte Lalisa Manoban, quiero que me ames como solo tú has logrado hacerlo-las primeras lágrimas salieron de mis ojos dejando mi vista difuminada, limpió mis mejillas con pequeños besos haciéndome sonreir, para después dejar uno más largo en mis labios borrando esa expresión.

–Yo tampoco tengo idea de por qué peleamos, pero estoy segura de que no quiero que lo volvamos ha hacer, no me gusta no poder tomarte de la mano, abrazarte o darte besos. ¿Qué me hiciste Roseanne Park?¿Eh?-preguntó con seriedad para luego adornar su rostro con su hermosa sonrisa aniñada–Nunca me preocupé por alguien más que no fueran mis hermanos, y ahora estoy aquí, enamorada de la mujer más cabezota, terca y perfecta que pueda existir en este mundo; estoy aquí, derretida entre sus brazos y dándome cuenta de que es el único lugar donde quiero estar, y sentirlos en las mañanas a mi alrededor, y que tus preciosos ojos sean los primeros que me den los buenos días al despertar. Te quiero a ti Rosé, sin importar nada más, y espero que me dejes amarte porque es lo que más deseo-sus últimas palabras salieron entrecortadas conmoviendo aún más mi corazón. Acarcié sus mejillas, ahora sonrosadas por el llanto, y las sujeté entre mis palmas besando sus labios con paciencia y delicadeza, tenemos toda la vida ¿cierto? Y me propuse hacer esto cada segundo que pueda y mis pulmones me lo permitan, saborearla lentamente, decifrando sus emociones y puntos débiles, utilizarlos a mi favor, hacerla gozar de un placer que nunca antes imaginó.

–Perdón por interrumpir-se excusó Jisoo tapándose los ojos, un comportamiento bastante infantil para alguien de esa edad, pero se veía tierna de todas formas–El caso es que hay algo importante que debo decirle a las dos, les concierne a ambas pes tanto ustedes como sus familias están involucradas-contó llegando a mi lado y alejándose los más posible de Lisa–Creo que será mejor que tomemos asiento, lo que tengo que contarles y proponerles tomará bastante tiempo-hicimos lo que sugirió ubicándonos sobre un pequeño tronco caído y fijando la vista el las ligeras olas que rompían el la orilla–Primero que todo, quiero aclararles que esto no tiene nada que ver con Jennie, yo la amo y por eso no quiero que sufra con la situación, ni siquiera sabía que era una Manoban cuando la conocí. Bien, la policía está al tanto de todos tus negocios ilegales-le comentó a la pelinegra dejando escapar un suspiro–y también de que tú trabajas con ella-esta vez se dirigió a mi–además de que tu padre biológico es uno de los grandes en este negocio y creen que tú serás su sucesora. He aquí lo que les propongo, yo como fiscal tengo el poder de realizar tratos específicos con ciertos beneficios; tendrías que entregar todos los documentos, locales y ganancias que estén relacionados con ilegalidades para que el estado pase ha hacerse cargo. Además nos ayudarían a atrapar a Richard Kim y a desmantelar su negocio, a cambio podrás conservar los bienes materiales legales y la libertad de ambas-concluyó poniéndose de pie mientras se sacudía el short aún de espaldas a nosotras–Deben darme una respuesta una vez que regresemos a la ciudad para tramitar el papeleo y comenzar con el operativo, o para no dilatar más el acontecimiento y arrestarlas de una vez. Piensen bien en lo mejor para ustedes y los niños y decidan. Con permiso-se despidió y se fue con los demás; el silencio reinó los siguientes treinta o cuarenta minutos, no podría precisarlo.

Sabía desde un principio la gravedad de lo que hacemos, que en cualquier momento podemos ganarnos enemigos, no regresar a casa y aparecer una semana después con un disparo entre las cejas, o que vayan oficiales de la policía a informarles a la familia que estamos en alguna comisaría detenidas y sin libertad bajo fianza, y además con cero posibilidades de recibir alguna condena que nos aleje de pasar varios años en prisión.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora