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Abrí los ojos apagando rápidamente la alarma del celular para que Lisa no se despertara, se removió unos centímetros más cerca de mi cuerpo, sonreí apoyándome en el codo y apartando los cabellos negros que caían sobre su cara, acaricié su rostro con la punta de mis dedos trazando sus labios, sus ojos, sus cejas y su pequeña nariz, es tan linda como una bebé, tan perfecta como un ángel, ¿y lo mejor?, lo mejor es que es mía, que he sido la única capaz de entrar a su corazón y sacar a relucir esa parte dulce que oculta de los demás, esa parte detallista y comprensiva que los niños extrañaban que mostrara, lograr volver a traer a la vida a esa Lalisa que creían perdida y es lo más significativo que he hecho pensando en mi, en lo que realmente quiero, en donde me veo en un futuro, en esta casa junto a ella, los pequeños y un montón de niños corriendo a nuestro alrededor, una gran familia como nunca antes pensé que desaría tener. Me incliné besando sus labios, no la había despertado antes, comunmente cuando me levanto ella ya se ha ido a correr, solté una risa cuando la escuché quejarse porque no quería levantarse, dejé ahora un beso en la parte posterior de su cuello haciéndola temblar y volver a removerse entre mis brazos.

–Quiero despertar a tu lado todos los días que me restan de vida, observar tu sueño y ser el primer sabor que sienta tu boca cada mañana-le susurré al oído trazando la línea de su pulso con mi dedo sintiéndolo de pronto acelerado, confirmándome que estoy logrando mi objetivo–quiero ser la persona que se va a la cama junto a ti cada noche, sentir tu calor y tu piel contra la mía, saber que no te irás de mi lado en ningún momento, quiero eso y mucho más si es contigo cariño, incluso que me vuelvas a llamar...

–Preciosa-con voz ronca terminó de completar mi oración incorporándose por unos segundos para unir nuestros labios en forma de saludo matutino–esos son deseos que me encargaré de hacer realidad, y lo voy diciendo desde ahora, quiero muchos hijos, llenar la casa si se puede ¿lo imaginas? niñas igual de hermosas y tercas que tú-rió acunando si rostro en su palma.

–¿Solo niñas?¿no te gustaría algún niño fuerte, atractivo y de cabellos negros como su madre? ayudaría a Felix a proteger a sus hermanas y tías de cualquier chico o chica que intente acercárceles igual que tú les intimidaría y no querrían volver a estar ni a quince metros de distancia de ellas-sugerí notando como sus ojos brillaban ante dicha mención, me recosté en su pecho siendo abrazada por ella al instante, sonreí cerrando los ojos–Mas cada cosa debe ser a su tiempo, hoy tenemos que recibir a Jisoo, recuerda ser amable con ella, por Jennie-le recordé para luego sentarme en el borde de la cama dándole la espalda–debemos alistarnos para después llamar a los pequeños para desayunar, creo que eso del ejercicio matutino se quedará para mañana, ya no te queda tiempo para eso y además te cansarás bastante en la playa, así que levántate ya y ve a tu habitación a ducharte en lo que yo lo hago aquí, por favor no te demores mucho y si sales antes despierta a los niños ¿está bien?-hablé rodeando la cama para luego inclinarme y dejar un corto beso en sus labios «de esa forma ¿quien podría negarse?» contestó resoplando mientras se paraba de la cama, entré al baño cuando ella salió por la puerta.

Tibié un poco el agua en lo que me desvestía y entré a la ducha intentando desacerme de los desastrozos escenarios que se dibujaban en mi cabeza para este día, no será tarea fácil convencer a Lisa de que acepte a Jisoo en la familia, analizar a esta porque obviamente no quiero que entre a nuesta familia alguien que podría dañar a los pequeños, y calmar a Jennie si su hermana no aprueba a Kim, me esperaba un día muy difícil por delante. Suspiré terminando de ducharme, me puse el bikini de color azul y un vestido blanco de hilo para cubrirlo; bajé a la cocina para ver si ya el desayuno estaba listo para luego despertar a los niños pero grande fue mi sorpresa cuando los vi a todos reunidos en la mesa esperando por mi.

–Hasta que al fin llegas Rosie, te estábamos esperando para comenzar-comentó Felix corriéndome la silla para que me sentara–a comer entonces.

–Lo hiciste muy bien Lis, nunca imaginé encontrarlo todo listo cuando bajara-hablé con una sonrisa probando las tortitas de plátano y chocolate.

–Yo no hice nada-aclaró levantando ambas manos como una niña inocente cuando la acusan de romper algún jarrón–ya estaban aquí cuando bajé, la emoción es tanta que la cama no los pudo contener por mucho tiempo, tenían a CL vuelta loca con tantos gritos y risas-contó terminándose de un bocado el desayuno y poniéndose de pie provocando que todos frunciéramos el ceño–¿Qué?¿no estaban apurados por que nos fuéramos? ahora dense prisa y terminen en lo que yo voy metiendo las cosas en la camioneta, por cierto Jennie-dirigió su atención a la mencionada y los demás la imitamos–no veo a Kim por ningún lado, sabes muy bien que no me gusta que las personas se retracen-concluyó comenzando a caminar en dirección contraria.

–No es Kim, Lili, es mi novia-repuso la castaña mientras la mayor se detenía para escucharla sin girarse para verla.

–Eso ya lo veremos Jennie, eso ya lo veremos-y sin decir ni una palabra más continuó su camino hacia las afueras de la casa. Terminamos de comer unos minutos después comenzando a ayudar a Lisa a guardad las cosas en el maletero, una vez concluido el trabajo un auto negro entró al jardín, se detuvo frente a nosotros  y de él bajó una pelirroja un poco más jóven que yo.

–Pero mira quien es Kim Jisoo, la malacabeza del horfanato-dijo mi chica al verla con los ojos entrecerrados.

–Al parecer los papeles cambiaron ¿no? Lalisa Manoban.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora