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Me agaché frente a la pelinegra apoyando mis palmas sobre sus rodillas en forma de sustento–Lisa, yo creo que...

–Rosé ahora no por favor-interrumpió mi idea poniéndose de pie provocando que casi terminara en el suelo. La imité respirando con fuerza, este no será un trabajo sencillo de realizar, cuando se enfrasca en una idea no hay alguien que la haga olvidar.

–Aún así escúchame-demandé poniendo mi mano en su hombro para detenerla, y aunque se rehusó a mirarme no me voy a rendir tan fácil, nuestro futuro, el de los pequeños y el de todas las personas cercanas a nosotras dependen de que aceptemos esa oferta de la fiscalía–Creo que Jisoo tiene razón, este trabajo es muy peligroso y por fin tienes la oportunidad de dejarlo y mantener a los niños a salvo sin tener que alejarte de ellos, es una buena prop...-su voz volvió a cortar mis palabras haciéndome bufar. Se está volviendo realmente pesada.

–Rosé, por favor deja el tema, disfrutemos lo que queda de noche y ya mañana cuando regresemos a la ciudad pensaremos, lo hablaremos y llegaremos a una conclusión ¿ok?-inquirió lo último girándose para verme a la cara. Asentí resignada, quizás más tarde lo volveré a intentar esperando mejores resultados. Se acercó a paso lento, lo suficiente para que sintiera como su aliento y el mío se mezclaban–Además acabamos de resolver nuestro problema, dijimos todo lo que sentimos que se puede expresar con palabras y lo que no, nos lo demostramos con acciones-sujetó con firmeza mi cuerpo entre sus brazos atrapando mis belfos entre los suyos; un suspiro involuntario se escapó de mis labios haciéndola extremecer y a partir de ese instantes nuestros cuerpos se comenzaron a mover por voluntad propia, no pensábamos, ni siquiera sabíamos cual sería el siguiente movimiento que realizaríamos. Mi piel ardía y la necesidad de que Lisa me tocara, de que nuestras pieles rozaran en toda su extensión iba en aumento a una velocidad casi imposible. La pelinegra me empujó contra el tronco de un árbol elevando mi pierna derecha a la altura de su cadera, sus pezones chocaron con la sensibilidad de los míos por encima de la fina tela de la ropa de playa.

–Lili yo... no...-la voz salía de mi boca entre jadeos y sus dedos recorriendo mi abdomen desnudo de arriba hacia abajo no ayuda en nada a mi causa–Lili, este no es un lugar adecuado para eso-la detuve con la poca determinación y conciencia que aún conservo y sus ojos se posaron instantáneamente en los míos–además yo... nunca he estado con una chica. Mi única pareja fue Sehun y no teníamos este tipo de intimidad-aclaré con rapidez viendo como sonrió después.

–No hay problema con eso preciosa, esperaremos hasta que estés lista para dar este paso-musitó acunando mi rostro con suavidad, sonreí negando «ya estoy lista, el problema es que...» no dejó que terminara de hablar descansando sus labios sobre los míos, más como una delicada caricia que como un beso–No te preocupes por eso ahora, cuando sea el momento simplemente pasará y será mágico-entrelazó nuestros dedos besando el dorso de mi mano para luego guiarnos hasta el campamento aún sin soltarme. Llegamos llamando la atención de todos nada mas que la luz de la fogata iluminó nuestra silueta.

–Demoraron mucho ahí atrás, Jisoo regresó hace más de media hora-Jennie lanzó el dardo con una sonrisa tirando de su rostro–¿Estaban haciendo cositas?-indagó sentándose entre las piernas de su novia después de entregarle un vaso con, supongo que eso era, refresco.

–En primera esos no son temas que se deban discutir con una niña y en segundo sal de las piernas de Kim, que yo aún no he aprobado su relación-Lis intentó desviar el tema, aunque lo segundo lo dijo muy enserio, solo fue necesario ver la llama que ardía en sus oscuros orbes para darse cuenta. Jen hizo una mueca haciendo lo pedido, se senó a un lado de la fiscal entrelazando sus brazos mientras apoyaba la cabeza en su hombro, la otra chica dejó un beso en su coronilla escenificando la escena más tierna que alguna vez han visto mis ojos.

–Solo una cosa más Lili... no negaste lo que dije-rió acompañada de los demás presentes. Me dejé caer sobre una de las tumbonas con las mejillas ardiendo como el demonio, la pelinegra tomó asiento en una manta sobre la arena frente a mi descansando su cabeza sobre mis piernas.

–Te ves como una fresita Chaeng, tan roja y apetecible-me susurró guiñándome después, ella me estaba avergonzando a propósito, lo podía ver en su rostro. Pero al menos es una vergüenza cómoda, de esas que te dan cuando estás con personas muy queridas para ti.

–¡Rosie, Rosie!¿Podrías tocarnos una canción?

–Trajimos la guitarra solo para ti, por favor toca algo-Felix llegó junto a Irene y me entregó el instrumento que traía en las manos sentándose después junto a su hermanita en una manta. Por más que me insistieron todos los presentes en que hiciera lo pedido no fue hasta que Lis me retó a que tocara una canción y ella cantaría, claro, sin yo decirle cual es, que acepté hacerlo.

–Vamos a ver si te sabes esta-los primeros acordes salieron de la guitarra seguidos de otros y otros hasta formar la melodía de la canción. Lisa sonrió besando mi mejilla y juro que casi me desmayo cuando su voz llenó el silencio del ambiente, incluso los ángeles se reunieron a nuestro alrededor para deleitarse con la sinfonía perfecta que emitían sus cuerdas vocales.

–Tienes, el arma más letal, sabes como hacer que me enganche cada vez que te vas. Eres mi debilidad, deja de dolerme la herida cuando vuelvo a por más-mordió su labio inferior conteniendo una sonrisa–Lo mío es tan absurdo, sin levantar el vuelo me vuelvo a estrellar. Llueve sobre mojado, yo ya me he visto aquí, perdiendo la razón eso ya me ha pasado en este mes de abril. Siempre me olvido que el olvido, siempre se acuerda de mi-recostó su cabeza en mi hombro plantando un pequeño beso en esta antes.

–Guardo, un buen recuerdo de ti, quiero mantenerlo despierto aunque no estés aquí-escuchar a Dara cantar nos asombró enormemente, pero se sentía igualito a estar en el cielo, creo yo, pues la paz que transmite es mágica–Quieres, disparar a matar, y ya no sé si estamos en guerra o si firmamos la paz. Lo mío es tan absurdo, sin levantar el vuelo me vuelvo a estrellar.

Llueve sobre mojado, yo ya me he visto aquí,
perdiendo la razón eso ya me ha pasado en este mes de abril.
Siempre me olvido que el olvido, siempre se acuerda de mi.
Llueve sobre mojado oh, oh, oh.
Llevas tantas balas perdidas ya no tengo miedo,
sanando todas esas heridas me he vuelto de acero.
No hay una promesa cumplida, no tiene remedio,
y yo que me declaro culpable por caer en tu juego.

–Llueve sobre mojado, yo ya me he visto aquí, perdiendo la razón eso ya me ha pasado en este mes de abril. Siempre me olvido que el olvido, siempre se acuerda de mi-el tono suave y melódico de Jennie resaltó entre la multitud haciéndolos callar, hasta que después de que esta soltó una risita aguda todos reanudaron a coro el final de la canción.

Llueve sobre mojado, yo ya me he visto aquí,
perdiendo la razón eso ya me ha pasado en este mes de abril.
Siempre me olvido que el olvido, siempre se acuerda de mi.
Llueve sobre mojado oh, oh, oh.

Catty glance (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora