Capitulo 10.

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Mi padre logro desatarse, y de un momento a otro, le apuntaba con un arma, al que pretendía ser el líder de estos tipos. 

—Suéltala—mi padre parecía estar tranquilo—porque no dudare en matarlo. 

Leonardo me apuntaba a la cabeza con un arma. 

—Hazlo... no se pierde nada.

Mi padre le disparo en la pierna y los demás hombres le apuntaron con sus armas. 

—Leonardo,—llamo su atención—por favor no le hagan nada, por favor.—le dije en un susurro, para que solo el pudiera escucharme. 

—Porque no le dices eso a Thiago—susurro en el mismo tono, cerca de mi oído.

—Con un carajo no estoy jugando.—mi padre seguía sosteniendo al hombre, ahora herido. 

—Nosotros tampoco, no somos ningunos novatos, así que deje el drama y piense muy bien lo que hace, por mi puede matarlos a todos, que yo matare a su hija, quedaremos igual. 

—Papa,—llamo su atención—papa por favor, esto no puede dudar para siempre, por favor, déjalo.—mi actitud estaba siendo muy sumisa, y mi padre no me había preparado tantos años para esto, pero no podía hacer nada, no aun. 

—No hagas ninguna estupidez, o no dudare en quitar a tu querido papa de los integrantes de tu querida familia, hiciste un trato y si algo te enseño tu padre es a cumplir tu palabra.—escuchaba lo que Thiago me decía a través del micrófono que llevaba Leonardo. 

—Que tenga un excelente día. 

Leonardo se despidió de mi padre, se escucho un pequeño ruido, como un disparo pero a un nivel mucho menor, y vi a mi padre caer. 

—¡No! ¡¿Leonardo que hiciste?!, ¡suéltame!— Digo sintiendo una pequeña punzada en mi brazo. 

Mi padre no sangraba, pero no sabia que es lo que le habían hecho, Leonardo me llevo a jalones y rastras hasta la camioneta. Hasta que deje de sentir mi cuerpo, y cerré los ojos.

(...)

Despierto y lo primero que siento es un dolor punzante en la cabeza, no recuerdo lo ultimo que paso. Todo me da vueltas, siento como si estuviera temblando, me levanto de la cama, me dirijo a la puerta y un pequeño pasillo, y veo a Thiago, muy casual tomando una copa de lo que creo es vino blanco. 

—¿Qué día es hoy?

—¿Qué te hace pensar que es otro día?

—Contigo cualquier cosa es posible.

—Pues déjame decirte que no, ya te dije no soy el mostro que crees. 

—Ya, ya, ya... deja de hablar, me duele mucho la cabeza, estoy muy mareada y siento que esta temblando, ¿podemos salir de aquí?

—Yo prefiero quedarme, pero si tu gustas volar, puedes hacerlo.—no estoy entiendo lo que dice. Gira su mano en dirección a una de las pequeñas ventanas—Observa. 

Tiro de las pequeñas cortinas y el gran resplandor del sol, llega hasta mi rostro, causando que me duela aun mas la cabeza, logro distinguir entre los rayos del sol y las nubes, esta enorme placa que sostiene al país extranjero. Y en eso reacciono. 

—¿Qué le hiciste a mi padre?—pocos recuerdos empiezan a llegar—¿y que me inyectaste?, que me siento tan mal?

—Damián dale un analgésico. Tu padre esta bien, para este momento ya ha de estar en su casa. 

—¿Por qué lo hiciste?

—Creí que querías ver a tu padre por ultima ves, antes de irte. 

—¿Cómo que por ultima ves? — Damián me extiende una pastilla y un vaso de agua. 

RIENDAS... (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora