RIENDAS... (+18)

Capítulo 17.

Después de no se cuantos tragos, pues he perdido la cuenta. Y sorprendida por seguir en pie, bueno, lo poco que puedo sostenerme. 

—¿Me puedes servir otro?. Vamos Thiago, no seas aguafiestas. 

—Ya has bebido demasiado. Uno mas y caerás noqueada—. Me dice—. Claro, pero la señorita les reclama a los chicos. 

—Si, pero ustedes exageran.

—Deberías de verte ahora mismo. 

—Anda vamos, solo uno mas—. Me apoyo de su cuerpo para poder alcanzar el vaso—. El ultimo. 

—Dije que no—. Dice tajante. 

—Huy... ya te enojaste—. Le digo divertida. 

—Rhea... vasta, te vas a caer. 

—Entonces me sostienes, no seas cruel...

Thiago sostiene su trago en la mano, así que trato de levantarme para poder quitárselo, sin embargo no lo logro, pues ya estoy realmente ebria. En mi intento de arrebatarle su vaso, termino tarándomelo en cima. 

—Maldición...

—¿Estas contenta?—. Me regaña. 

—Todo es tu culpa... si me lo hubieras dado, esto no hubiera pasado—. Mi hermoso vestido, bueno lo que queda de el, pues ahora esta manchado de alcohol—. ¡Con un carajo Thiago!

—Tienes que quitártelo o te enfermaras. 

—Esta bien, pero no me veas, de acuerdo. 

—Si, como sea. 

Thiago, se gira dándome la espalda, y yo trato de quitarme el vestido. Lo cual es muy difícil, no estando en mis cinco sentidos. 

—Olvídalo, me quedare con el—. Le digo sentándome en el sofá. 

—Déjame ayudarte.

—No, claro que no—. Le digo riéndome.

—Deja tus estupideces y ven aquí.

—Si llegas hacer alguna estupidez, te matare...

Me levanto del sofá, y le doy la espalda para que pueda ayudarme a quitarme el vestido. 

Siento sus frías manos bajar por mi espalda. A mi mente llegan aquellos recuerdos de el y yo en aquel acercamiento intimo en su oficina. Mi corazón quiere salir de mi pecho, no puedo evitar sentir, esto que siento. Necesito clamar esto. 

—Si no te calmas, morirás de un infarto—. Eso no ayuda en nada, su voz es una droga para cada parte de mi cuerpo—. ¿Quieres que yo lo quite por ti?—Todo mi cuerpo tiembla. La combinación de su toque con su voz, es aniquilante. 

No puedo articular ni una sola palabra, me giro quedando de frente. Verlo así, cada vez que se encuentra en esa fase que esta llena de dominio, posesión, sumisión, realidad, poder, imponencia, hay tantas que me cuesta analizar cada una de ellas. 

—Podría decir que suplicas que te toque, que te haga mía, que te ayude a liberar todo lo que te esta ahogando—. Thiago besa mis labios con reclamo, a lo que no me opongo. 

Sus manos se apoderan de mi cuerpo, poco a poco nos recostamos sobre el sofá. Desesperadamente trato de quitarle el saco y la camisa. Y con su ayuda lo logro, Thiago lleva mis senos a su boca, lo cual se siente realmente increíble. Sus dedos bajan por mi abdomen, trazando una linea que se me hace eterna, y caótica. Me sobresalto al sentir su mano en mi entrepierna, baja su cabeza hasta mi zona intima y lo veo desde ahí, sonriente, dominante, lleno de deseo.