RIENDAS... (+18)

Capítulo 71.-

No puedo creer que haya aceptado, después de meditarlo los tres días anteriores, voy en la dirección cercana a donde se supone se encuentra el dichoso club, Ana, Gaby y Johari ya están ahí, lograron quedarse. Me acerco a las cinco cuadras cercanas y dejo de caminar como suelo hacerlo, camino con torpeza, pongo mi espalda un poco curvada, y mentalizo el cómo debo hablar.

Vago un poco entre las cuadras, hasta llegar al dichoso club DANCE, y tal como Thiago dijo, algunos hombres me invitan a pasar. Dudo y me hago la tonta, insisten más de media hora hasta que me decido. Al entrar entiendo el tipo de club que es, esto bien podría ser un burdel.

Concéntrate...

—¿Quién la trajo? —pregunta un hombre.

—Yo señor —dice un hombre que estaba en la entrada.

—Sube, te ganaste un aumento —le dice—. ¿Cómo te llamas preciosa? —no respondo, finjo no entender su idioma—. Ignorante y sin papeles, perfecta —aplaude—. Aquí tendrás comida, y un lugar en donde dormir, ¿no quieres que la migra te agarre?

—No... —susurro con torpeza y miedo.

—Tranquila... —toca mi cabello—. Yo cuidare de ti.

Dejo que el idiota toque mi cabello y mi cara. Su tacto me da repulsión, si no fuera por la estúpida información. El hombre me lleva a una habitación, donde se supone que están las nuevas. Al entrar veo a Gaby y Johari, pero no a Ana. Me dejan y al salir cierran la puerta.

Me acerco a ellas con torpeza y en mi papel, hasta sentarme a lado de ambas.

—No hay ninguna cámara —dice Johari con discreción.

—¿Pasaron el filtro?

—No lo hicimos, solo una breve mirada —dice Gaby.

—Escuchamos que habrá un gran evento mañana, así que no prestan atención a si somos lo suficientemente confiables o no.

—¿Algo más?

—Mencionaron el nombre de Ernesto y un tal Dewei —así que si vendrá, estando aquí no podemos comunicarnos o salir—. Espero que el señor sepa esto.

—¿Qué han hecho?

—Hemos ensayado en estos dos días —cometa Gaby—, probablemente ensayemos todo el día de hoy y mañana antes de que llegue la noche.

Y así es como fue, cuatro hombres nos llevaron para bañarnos, depilarnos y hacer algunos aclarados de piel y cambiarnos, nos dieron de comer y estuvimos ensayando todo el día, al día siguiente fue lo mismo, llegando la noche, nos separaron. Nos fuimos a bañar, y un hombre nos maquillo y peino, nos dieron lo que usaríamos y el lugar es un caos, movimiento por todas parte.

Este no era un simple lugar y por lo que se, claramente lo más importante del evento de esta noche no es atender y complacer a los clientes, es vender lo más que se pueda de cualquier forma.

—Escuchen todas —un hombre nos reúne, habla un español fluido, y otro hombre va traduciendo al inglés—. Estas son pruebas para los clientes —evito hacer algún gesto que me delate, el hombre parece menos imbécil que los demás que solo se la han pasado mirando y diciendo mierda—. Son tres bailes, el primero es para dar la bienvenida a los clientes nuevos, durante el segundo las pruebas se les dan, en el conjunto hay unas pequeñas bolsas, se le dará cinco pruebas a cada una. Durante el tercer baile, los clientes podrán elegirlas, su tarea es dar esas cinco pruebas a cambio de lo que ellos pidan, su trabajo solo es ceder. No se preocupen por nada, nadie puede maltratarlas, ofenderlas u obligarlas hacer algo que no estén dispuestas hacer, solo recuerden que este es un trabajo y lo único que pedimos a cambio es su colaboración.