Al abrir los ojos y lo primero que golpea mi rostro es la luz del día, es tanta que me aturde, creo que estoy muerta y que no es la luz del amanecer y que quizá es la luz que indica el camino al morir, o algo así de aquella creencia.
Siento un dolor punzante en mi cabeza y comienzo a escuchar voces a lo lejos, aun estoy tan aturdida... Mi vista comienza a tornarse clara y me doy cuenta de que claramente no estoy muerta y estoy en un lugar que definitivamente no es mi habitación.—No, no, no, no, no... ¿Dónde demonios estoy? maldita sea... esto esta mal, muy, muy... mal—pienso para mi misma—. Al menos no estoy muerta, bueno... no creo que siga viva por mucho tiempo.La puerta de la habitación se abre sin aviso y de golpe, entran tres hombres y el grito de uno me saca de mi despiste. Y me doy cuenta de que sostengo una lámpara que parece más un arma letal que lo que es, una lámpara...
—¡¿Crees que puedes dañarme con eso estúpida?!—grita el hombre, se acerca a mi y lo único que hago es responder apuntando con la lámpara hacia el, a donde sea que le caiga el golpe, lo evade y cuando va a golpearme, quedó detrás de él y apuntó la lámpara a su espalda haciendo una fuerte presión en el lugar que quiero, una punta de la lámpara se clava en un costado de su espalda y esta empieza a sangrar, mientras los otros dos hombres que se reían ahora están contra mí.
—¿¡Qué haces estúpida!?—Mientras al que he herido me grita.
—¡Te matare perra, te matare!...—el que me grito estúpida lo ayuda saliendo de la habitación y el último de los tres, se acerca a mi cauteloso y logra agarrar mi cabello en su puño.
—Jodida idiota—, suelta una bofetada en mi rostro y mi labio sangra.
—¡Suéltame imbécil!...—me retuerzo buscando escapar de él, suelto manotazos a donde sea que caigan y él suelta otra bofetada en mi rostro y después otra y una más, hasta que la voz de otro hombre lo hace detenerse, mis labios brotan un poco de sangre y yo estoy realmente aturdida, entre los golpes y el dolor punzante de mi cabeza, me sorprende no haberme desmayado.
—¡¿Qué carajos estás haciendo?!, ¿¡acaso quieres que te maten!?—el se voltea a verlo y después a mi, mientras dice el nombre de otro hombre, y un quinto hombre entra a la habitación—. Llévala a que se bañe y arregle eso—. El hombre me levanta del piso y después el que ha dado la indicación sostiene mi rostro—. No intentes ninguna estupidez...
El hombre me llevó a una habitación, en la que era un baño, bastante grande para serlo... en él había ropa de mi talla y estilo, maldita sea, ¿en dónde carajos estoy?, ¿Qué es lo que me harían?, ¿Me prostituirían?, ¿me venderían?, ¿me matarían?... muchas preguntas pasaron por mi mente...
Después de bañarme, me mire en un espejo y mi rostro estaba rojo y un poco hinchado, tome la ropa que había en la habitación del baño y me la puse, me asomé por una de las ventanas que la habitación tenía, todo estaba en silencio y el lugar estaba despejado, esto es una casa, no parece un lugar de delincuentes, tengo que salir de aquí...
—Listo... se acabó el tiempo—. El hombre que me trajo, abrió la puerta de golpe—. Vamos—. Me indico que saliera de la habitación. Salgo y lo sigo.
—No tengo dinero, así que nadie pagará una recompensa por mi—. Le digo al hombre, se que aunque no tenemos dinero mis padres lo conseguirían para llevarme de regreso, si era de mañana, ya había pasado un día, pues yo estudio la universidad en turno matutino, y ¡ah!... ¿Cómo estará mi familia?, ¿mi escuela?, ¿mis amigos?...
—Entra...— La voz del hombre me saca de mis pensamientos—. Tienes todo lo necesario para estar aquí, así que no será necesario salir...
Y sin más el hombre se va, dejándome encerrada.
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RIENDAS... (+18)
Aléatoire‟En el mundo llevó las riendas y en tu vida no es la excepción" Esas palabras, que marcan un antes y un después. Pero lo que estaba por pasar, eso si que cambiaria mi vida para siempre, no importaba que mi padre me hubiera alejado tanto tiempo de es...