Capítulo 49

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—¿A dónde está Adib, Joel y Lucas? —pues hace días que no se sientan con nosotros, solo los vi cuando Alda y yo nos dirigimos a la salida.

—No tengo idea, han estado realmente perdido desde hace días. Algo planean.

—Seguramente —ambas bebemos nuestros jugos de fresa.

—¿Vamos a mi casa?

—Lo siento Alda, hoy no puedo tengo que ir con Thiago a comprar un par de cosas. Pero podemos ir mañana —pues en mi cabeza resuenan las palabras de Thiago.

—Está bien, mañana pide permiso para que podamos ver una película.

—Si lo hare, mañana veremos no una si no dos películas...

—¿Volviste a ver al tan llamado imbécil?

—No, no le he visto es como si no existiera, he estado atenta incluso cuando fui a la clase de fotografía y mi idioma. Pero no lo vi por ningún lado. Y bueno en realidad no sé nada de él.

—Espero que no te lo vuelvas a encontrar —suelta una risita curiosa—, o tal vez si y te terminas enamorando como en los cuentos de hadas.

—Definitivamente te has vuelto loca, tienes que dejar de ver películas de princesas y príncipes —lo pienso un poco—, aunque en realidad nunca he visto a una princesa enamorarse de semejante cretino y peor aún que ella lo insulte y menos en una situación similar a la mía.

—Podría suceder —le resta importancia—. El amor lo encuentras donde menos te lo imaginas —se por dónde va esto, tengo que parar a Alda, aunque ya no me ha mencionado nada sobre Bastián, no quiero que se desilusione, si tan solo Bastián fuera un poco menos coqueto y en vez de esa chica misteriosa fuera Alda.

Estoy a punto de decirle que Bastián ya tiene novia, cuando el escándalo se hace presente en la cafetería, robándose la atención de todos y todas. Son dos chicas que se insultan y reclaman sobre un chico.

—Hace años que no presenciaba un espectáculo —comento. Pues el ultimo que vi fue en la preparatoria.

—Ni yo, y veo que esto empeorara.

—¡Eres una golfa! —ataca la pelirroja.

—¿¡Qué clase de amiga eres!? —contraataca la rubia— ¡la que dice llamarse mi amiga, mientras te metes con el!

—Esto está mejor que la rosa de Guadalupe —comento por lo bajo.

—¿Qué es eso, Rhea? —cuestiona Alda, confundida.

—Un programa de televisión mexicano, después te muestro.

—¡Ni siquiera es tu novio!

—¡Pero sabias que me gusta! ¡cómo puedes ser tan zorra!

—¡Lamento no decirte que me enamore de él! ¡ese ha sido mi único error! Y no lo voy a dejar solo porque a ti también te gusta, así que lo siento.

—Uuuhhh... —cantan todos en la cafetería.

Un profesor ingresa a la cafetería acompañado de otros dos hombres una mujer, sin embargo las chicas continúan con su pelea.

—¡Te odio! ¡ya no somos amigas! ¡ojalá te hagan lo mismo que tú a mí, zorra! —la rubia sale de la cafetería. Mientras otras chicas se acercan a la pelirroja.

—Señorita Schmidt, a dirección —las demás chicas se alejan de la pelirroja y ella sigue al profesor.

—Eso fue caótico —comenta Alda. Ambas volvemos a sentarnos en nuestros lugares.

RIENDAS... (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora