Thiago cambio el lugar de la reunión, por lo que bajo a la sala, en la cual ya están casi todos. Solo falta Marcus, German, Erick, Carlos y Román. Pronto llega German. Los minutos corren, pero Thiago parece estar muy paciente. Me levanto para ir a la cocina por un vaso de agua. Al llegar me sirvo y tomo el líquido. Carlos y Erick ingresan por la puerta de la cocina. Por lo que los veo extraña, pues prácticamente nadie utiliza esa puerta.
—¿Por qué entran por aquí?
—Porque si Rhea, no hagas tantas preguntas —. Me dice Carlos.
El y Erick se van. Segundos después Marcus ingresa por la misma puerta. Se me queda viendo unos segundos. A el evito preguntarle por qué y solo fijo mi vista en el reloj que lleva en la muñeca. Es lindo, color café, de algún tipo de madera y correa de cuero. Parece que no me va a decir nada, camina en dirección a la salida y antes de que lo haga habla.
—¿Me odias Rhea? —lo miro sin entender a qué viene su pregunta, pero soy honesta al responder.
—No Marcus —se acerca a mí, violando mi espacio personal—. No te odio.
—Es una lástima que no lo hagas —me da una sonrisa burlona—. Porque yo a ti si te odio, y mucho... desde que llegaste lo único que has provocado más problemas de los que ya teníamos. Thiago puede fingir muy bien que todo está bien, pero la realidad es otra.
—Creí haber escuchado que él no es ningún imbécil como para encargarse de sus asuntos —le digo seria.
Marcus no me da miedo, porque lo conocí así y siempre me ha tratado así. Pero no voy a negar que hay ocasiones en las que sus palabras dejan una bala en mi cabeza.
—Y tal parece que quien no aprende eres tú.
—Si lo que Joel es cierto, me alegra. Bastantes situaciones tengo como para soportarte a ti también —le digo llena de valor.
Su mano sostiene mi cuello, hace presión ligeramente y por impulso sostengo su brazo con mis dos manos, pero no me suelta y aprieta un poco más.
—Escucha muy bien mocosa —dice más que irritado—. Me voy a ir, es cierto. Pero eso no impedirá que cuide la espalda de Thiago —el oxígeno se escapa lentamente de mis pulmones, lo pateo, pero eso no hace que me suelte, con sus piernas me aprisiona, impidiendo que continue moviéndome—. Cada cosa que hagas, cada cosa que planees, y cada estupidez que se te ocurra lo sabre y créeme que te hare pagar por todo.
Esta prácticamente pegado a mi cara, así que como puedo le soy un fuerte cabezazo, eso hace que me suelte, me sujeto fuertemente de la isla, comienzo a respirar desesperadamente y llenar mis pulmones de oxígeno.
—Púdrete...
Le digo como puedo. Aun sin recuperarme de la falta de oxígeno. Bastián ingresa a la cocina.
—Rhea, dice... —se queda callado al notar la situación—. ¿¡Qué demonios le haces!?
Bastián sujeta a Marcus de su chaqueta y está a punto de golpearlo.
—¡Bastián no! —lo detengo—. No lo hagas —le digo más tranquila.
—Maldito idiota—. Lo suelta de mala gana.
Marcus me mira con odio, lo puedo ver en su mirada. Un odio similar al de Susan, no como el de Alex, porque a pesar de la situación Alex, no me odia. Y con eso sale de la cocina.
—¿Estas bien?
—Si, gracias.
Espero unos cuantos minutos para reponerme, sobo mi cabeza, pues me duele por el golpe. Bastián me sirve un vaso de agua, que tomo para mi garganta que se siente reseca. Cuando me calmo regresamos a la sala. Estamos todos menos Román. Cosa que no preocupa a Thiago pues comienza sin él.
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RIENDAS... (+18)
Random‟En el mundo llevó las riendas y en tu vida no es la excepción" Esas palabras, que marcan un antes y un después. Pero lo que estaba por pasar, eso si que cambiaria mi vida para siempre, no importaba que mi padre me hubiera alejado tanto tiempo de es...