Capítulo 62.

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Me quedo parada a la altura del bosque, esperando que Bastián y Ana lleguen a mí.

—¿Qué paso? —pues no estoy entendiendo nada.

—¡El maldito cretino aún tenía una prueba de consolación! —se queja Ana. Tiene el cabello todo alborotado, viste un pijama y pantuflas, Bastián un pantalón negro de mezclilla y una playera, de la cual no distingo el color.

—Y de la cual, con mucha suerte, pudimos salir ilesos —dice Bastián agitado—. ¿Y tú dónde rayos estabas...? Te estuve buscando como loco ­—me da un rápido recorrido.

—Lo siento, salí a caminar un momento —miento—. ¿Qué sucedió?

—Que va a suceder... —expresa molesto— lo que siempre sucede con Thiago Cooper.

—Tenemos que movernos o nos encontraran —comenta Ana.

—Pero aun no entiendo que es lo que sucede...

—Ya entenderás en el camino Rhea, ahora camina.

Caminamos nuevamente al bosque, sigo a Bastián y Ana. No escucho nada más que el sonido de los árboles al chocar con la brisa. La tensión se apodera de mí, mi corazón late con fuerza, el recorrido se me hace eterno, en completo silencio.

No reconozco el lugar al que llegamos, parece una salida sin serlo.

—No podemos irnos —se queja Ana.

—Si quieres viajar a Estados Unidos con un par de golpes es tu problema. Vámonos Rhea —me toma del brazo.

—No es lo que quiero, pero si salimos podremos perdernos...

—Conozco el bosque, llegaremos a un lugar estable —me jala Bastián.

—Y si no —le dice Ana.

—Es mejor eso a que él nos agarre.

—¡Basta! —me suelto de su agarre—. No estoy entendiendo nada, se puede saber de qué hablan —digo fastidiada.

—Al parecer a Thiago se le ocurrió darnos el pilón de las pruebas —miro a Bastián.

—Lo que dice Ana es cierto, es Thiago, obviamente tendría que hacer algo más, aunque debo admitir que por un momento creí que realmente todo había terminado, pues fueron muchos días —se queja—, así que esperaba un poco de raciocinio de su parte.

—No fuiste el único. Nos hizo estar en las estúpidas pruebas hasta el último maldito día.

—¿Y porque huimos?

—Erick, Carlos, Marcus y Damián están con él.

—La orden fue clara, somos el enemigo. Si nos encuentran pasaremos los horas o días que faltan en una celda, hasta nuestro viaje a Estados Unidos. Y claramente seremos tratados como tal.

—Estas diciendo que si alguno de ellos incluyendo a Thiago, nos agarran, ¿nos golpearan? —los miro confundida.

—Si —Responden con obviedad.

—A decir verdad, me cuesta ver a Marcus intentando golpearte. ¿Dónde quedaron esas mierdas, de no maltratar a una mujer?

—Si fueras hombre y una mujer te intentara matar, ¿dejaras que lo haga por ser mujer?

—No.

—Y si fuera al revés.

—Tampoco... me defendería sin dudarlo —ambos me miran—. De acuerdo, ya entendí.

—No saldré del área, si quieren irse adelante —dice Ana.

—Suerte... —Bastián vuelve a tirar de mi brazo, pero me safo.

RIENDAS... (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora