Capítulo 53.

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Despierto más que cansada, tal parece que todas las desveladas me están afectando. Me levanto de la cama, en dirección al baño, pues tengo que hacer mis necesidades; al terminar lavo y seco mis manos. Regreso a la habitación. Tomo mi celular de la mesita de noche. Checo la hora, son las nueve de la mañana. Doy un repaso por la habitación, sobre la silla de mi tocador se encuentra una funda de ropa, amplia.

Me acerco para levantarlo, bajo el cierre y noto el hermoso vestido color negro, es hermoso, incluso mejor que la idea original. Lo saco por completo para observarlo, y que de verdad me encanta es simplemente magnifico. A un lado esta una caja blanca, al abrirla veo unas zapatillas negras, muy lindas.

Me meto a bañar, para alistarme.

Al salir aplico crema en todo mi cuerpo, seco mi cabello. Me apresuro pues ya son las diez de la mañana. Me cambio verificando que mi vestido se vea perfecto, me peino y maquillo. Una vez lista, me veo en el espejo para ver el resultado final, el cual me encanta y por supuesto que me convence. Consulto nuevamente mi celular y ya son las once cuarenta. Tomo mi celular para enviarle un mensaje a Alda, que ya estoy lista. Al instante recibo su llamada.

—Hola.

—Hola Rhea, estoy lista, ¡esto me pone tan feliz! —expresa eufórica— Aidan me pidió que te informara que iremos por ti para irnos todos juntos al instituto.

—¡Corrección ya vamos para tu casa! —escucho a lo lejos la voz de Adib— ¡confírmale, Alda!

—Ya escuchaste a Adib, lamento no informarte antes —se disculpa—, con toda la situación no pude avisarte.

—¿¡Rhea!?

—Te escucho Adib.

—Por favor dile a Joel que no olvide lo que tiene que llevar.

—¿Qué tiene que llevar? —la pregunta de Alda hace que Adib se carcajee.

—Ya lo veras hermanita —le asegura—, estaremos en media hora en tu casa.

—Los espero.

—Estaremos ahí Rhea —se despide Alda.

Cuelgo la llamada. Salgo de mi habitación para ir en busca de Joel, bajo las escaleras, al llegar a la sala veo a los chicos, que platican y comen palomitas.

—¡Guau! —Carlos se levanta de su lugar para acercarse a mi— espero que aceptes salir conmigo a ver una película.

—Yo le agrado más, así que quizá esa invitación me la acepte a mi —comenta German quien también se acerca a mí.

—Ignóralos, llevan mucho tiempo sin coger —me rio de las palabras de Ana.

Pues no tienen remedio...

—Por supuesto que no, me la pase muy bien ayer en la tarde —se defiende Carlos—, así que no me levantes falsos.

—No he tenido acción durante esta semana, pero la otra fue espectacular —nos informa German, orgulloso.

—Eso es asqueroso —se queja Gaby.

—¿Tú no tienes sexo Gaby? —la pregunta de Erick hace que Gaby se ponga roja, al compás de su cabello. Se forma una discreta sonrisa en la cara de Leonardo—. Eso pensé.

—Te acostumbraras con el tiempo que nos hablamos de forma libre, sin vergüenza y natural —le dice Ana—. Es cuestión de tiempo.

—Quizá nunca me acostumbre.

—A todo te acostumbras Gaby.

—Eso es cierto —le dice Damián—. Te ves hermosa Rhea.

—Gracias.

RIENDAS... (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora