Son las cuatro de la madrugada, el aire es terrible, el frio quema, la altura asfixia y el lugar es peligros. Todos estamos en la parte de la montaña más alta del pueblo. Aún no sabemos porque estamos aquí, ni lo que haremos.
—Pueden destaparse y ponerse cómodos.
¿Cómodos? Esta loco... hace un frio terrible.
—De verdad el aire comienza a faltarme.
—No estamos a un nivel muy alto —le resta importancia—. Solo son dos mil seiscientos setenta y un metros Johari.
Solamente...
—No puedo creer que vivimos en Alemania y aun así se siente terrible —dice Ana.
Tiene razón, pero esa puede ser la razón por la que desde que llegamos no nos llevó a ningún lugar, decidió que cada uno hiciera lo propio, así nos adaptaríamos un poco al clima.
—Basta de sus quejas, ahora vamos a comenzar. Hagan lo que dije, correremos por el camino marcado en esa dirección —señala su lado derecho—, hasta llegar a una roca con las letras DIX, se borraran en poco tiempo así que sean eficientes o de lo contrario podrían perderse. Después de eso, tendrán una persecución, entre los senderos.
—¿Quién nos perseguirá? —cuestiona Gaby.
La pregunta planta una enorme sonrisa en el rostro de Thiago, por supuesto que tenía que ser así...
—Yo lo hare, como vallamos terminando y logren evitarme, nos iremos de aquí, por uno que no lo logre... —nos mira a todos—. Pasaremos la noche aquí hasta que lo logre o si me desesperan los terminare ayudando, rodando por la pendiente.
Veo a mi alrededor el espacio en el que estamos es muy reducido, después de todo lo que he visto creo capaz de todo a Thiago.
El entrenamiento comienza corriendo por el sendero marcado, vamos en fila, no hay espacio para que vallamos de dos en dos, corrimos aproximadamente unos tres kilómetros, el clima junto con el esfuerzo hace que el tórax me duela, el frio entra por mi boca y fosas nasales, debería soportar todo esto sin queja alguna, pero no, mi cuerpo reacciona de manera distinta.
Corro lo más que puedo para no detener a los que vienen tras de mí y seguir el paso de los que van adelante, el viento impacta en mi rostro, trato de despejar mi mente, pero todo esto me hace traer un recuerdo a mi mente, como si esto ya lo hubiera visto o lo hubiera vivido de alguna manera, odio no poder recordar todo de mi infancia, las imágenes se hacen nuevamente presentes, corro a algo muy similar a esto, por un bosque o un lugar lo bastante similar, las miles de imágenes que se reproducen en mi cabeza no me dejan procesar todo.
Hasta que un estruendo me hace reaccionar, no sé en qué momento llegamos a la meta y Thiago nos persigue, dispara con tiros de salva, pero poco le importa herirnos, de no ser porque lo conocemos, diría que quiere realmente acabar con nosotros.
Evito seguir a los chicos, corro lo más que puedo entre las rocas, la humedad en conjunto con los residuos de los árboles hacen del suelo es muy inestable, trato de tranquilizarme, una caída por la pendiente podría darme una muerte firme, por todas las rocas y por la altura.
Pierdo de vista a los chicos, camino con más tranquilidad buscando en donde esconderme, la nariz comienza a sangrarme, me limpio con el dorso de mi mano, veo una cueva, me meto ahí, tratando de no hacer ruido y cuidando que nadie me vea, me acomodo como puedo. Rexpido con dificultad, trato de controlar mi respiración, perdí la cuenta de cuanto llevamos corriendo.
—Tan fácil seria matarte... —su presencia me asusta por microsegundos—. Tan fácil de justificarla.
—También podría hacer lo mismo contigo y nadie sospecharía de mí.
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RIENDAS... (+18)
Random‟En el mundo llevó las riendas y en tu vida no es la excepción" Esas palabras, que marcan un antes y un después. Pero lo que estaba por pasar, eso si que cambiaria mi vida para siempre, no importaba que mi padre me hubiera alejado tanto tiempo de es...