Capítulo 04 ~ Weasley no me gusta

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Flashback ~ 22 años antes

Habían pasado varias noches horribles que se veían reflejadas en las marcadas ojeras y los ojos rojos e hinchados que ahora veía en el espejo.

"Es hora de mejorar en pociones y aprender a hacer pócimas para dormir si no quieres tener esa cara para siempre", comentó Pansy en cuanto abrí las cortinas que rodeaban mi cama.

Evidentemente, no era mi intención tener pesadillas, pero no podía evitarlo. En el momento que cerraba los ojos sólo era capaz de ver el rostro de Edward... El rostro de Cedric. Soñaba que los perdía, que me los arrebataban y, cuando me desvelaba, comprendía que mis sueños habían sido un reflejo de la triste realidad. Entonces volvía a dormirme tras derramar lágrimas infinitas llenas de dolor, para volver a despertar y darme cuenta de lo completamente asustada que estaba.

Tenía miedo, no sólo de mi padre y de que podía hacerme la próxima vez que le defraudara, si no porqué además me sentía vacía. Ya no me quedaba nada para perder, salvo mis fieles amigos. Pero ellos no correrían peligro por mi padre, al contrario. Estaban en la misma situación que yo, arrastrados al bando equivocado de una guerra en la que no queríamos participar.

--Date prisa o nos perderemos el desayuno --comentó Pansy tras la puerta del baño.

Abrí el grifo y lavé mi cara con agua fría. Eso conseguía despejarme y, aunque borraba los surcos que las lágrimas habían creado durante la noche, no eliminaba el dolor.

Apoyé mis manos en el lavabo de porcelana blanca y acompasé mi respiración a un ritmo normal. Tarde un minuto más de lo pensado en lograrlo, pero lo conseguí.

Erguí la postura lo más que pude añadiendo como extra esa expresión facial altanera que me gustaba fingir, y cuando di el visto bueno en el reflejo del espejo, me giré.

--Ya estoy Pans --dije mientras salía del baño.

--Por fin. Gracias a Merlín --añadió con un suspiro--. Como Blaise se haya comido todas mis tostadas favoritas tú serás la única culpable.

--Eso sólo lo hace para picarte --reí tímidamente--. Creo que le gustas.

--¿Tú crees? --preguntó esperanzada mientras yo ponía los ojos en blanco.

--Es obvio, mi querida Pans.

Pansy se sonrojó como nunca antes había hecho. Ambos se gustaban recíprocamente desde hacía años pero les faltaba el valor para dar el paso.

Si al menos uno de los dos hubiese sido Gryffindor, seguramente habrían ido juntos al baile de navidad del torneo del año pasado.

Cedric...

Pensar en el torneo me hacía recordarlo, y mis ojos se habían cristalizado por las lágrimas que no iba a permitirme derramar. Agaché la cabeza un momento y disimulé que buscaba mi mochila.

--¿Estás bien amiga? --se preocupó Pansy.

--Sí, estupendamente --añadí levantando la cabeza con mi fachada burlesca totalmente recuperada--. ¿Vamos?

Y, como un acuerdo tácito, caminamos hasta la sala común y salimos de ella rumbo al Gran comedor.

Los pasillos de las mazmorras eran sombríos y húmedos, nada que ver con la calidez que tenían los pasillos de la sala común de Hufflepuff junto a la cocina.

Cedric...

Maldición. Todo, absolutamente todo en este castillo me recordaba a él y sabía que lo mismo me pasaría si algún día volvía a Pequeño Hangleton.

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora