Capítulo 05 ~ El amor siempre llama a la puerta dos veces

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Presente ~ Mansión Malfoy

"No me digas que me calme", le había gritado a Draco cuando nuestro hijo no estaba en su habitación y yo había empezado a temerme lo peor.

Movilizamos a todos los elfos para que buscaran sin descanso en cada rincón de la propiedad mientras nosotros intentábamos hacer lo mismo sin éxito. Algo me decía que mi hijo se había escapado y habíamos estado tan distraídos entre nosotros que no nos dimos cuenta de que no le habíamos oído subir las escaleras.

--Tenemos que avisar a los aurores --dije desesperada cuando por fin arribamos al vestíbulo--. Algo podrán hacer.

--Agotemos todos los recursos antes de exponer nuestro problema a extraños --sentenció un tranquilo Draco Malfoy.

--¿Cómo puedes decir eso? --le dije furiosa--. Estamos hablando de nuestro hijo. No lo encontramos, no sabemos dónde ha podido ir ni si...

Mi monólogo quedó interrumpido por el sonido que anunciaba que alguien había llegado vía red flu por la chimenea del salón principal.

Corrimos como alma que lleva el diablo hasta la habitación. Si alguien había llegado por allí tenía que ser conocido y estar libre de las protecciones que cubrían todas las entradas y salidas de la mansión Malfoy, y le rezaba a Salazar bendito que esa persona fuese mi hijo arrepentido por haber huido.

Cruzamos la puerta rápidamente a tiempo que las llamas verdes se disipaban y mostraban a nuestro visitante. Para nuestra mala suerte no se trataba de Scorpius.

Solté todas las lágrimas que había estado aguantando y me dejé abrazar por Draco que intentaba consolarme y calmarme mientras yo temblaba presa del pánico.

--Ahora, como podrás comprobar, no es buen momento para una visita amigo mío. Pero agradecemos que hayas llegado y puedas ayudarnos --decía el rubio a nuestro visitante mientras éste se sacudía las cenizas de la túnica.

--Creo que he venido por el mismo motivo que os tiene tan angustiados.

--Por Merlín, Blaise. Dinos que sabes algo de nuestro hijo --rogué.

--Está bien T/n, tranquila. Ahora está Pansy con él --dijo al tiempo que yo me llevaba las manos al pecho y lograba dejar de llorar al tiempo que él se acercaba a mí--. Pansy tenía antojo de esa asquerosa crema de guisantes del Caldero Chorreante, imagino que son cosas del embarazo. Y estaba devorando el plato cuando Scorpius apareció vía red flu llorando desconsolado. En el tiempo que reaccionamos de que iba sólo, él ya había salido corriendo al Callejón Diagon y le seguimos. Le encontramos en Sortilegios Weasley --concluyó.

--¿En Sortilegios Weasley? --exclamé exaltada--. ¿Porqué mi hijo iría a esa absurda tienda?

--Eso mismo le pregunté, y sobretodo, qué hacía sólo y tan tarde --respondió bajando la mirada.

--¿Y bien? Habla, por Merlín --azuzó mi marido.

--Decía que en esa tienda tenía amigos y podría ser feliz, sólo eso. En cuanto Pansy logró calmar su llanto volví corriendo al Caldero Chorreante para venir hasta aquí a avisaros.

--¿Mi hijo sigue en Sortilegios Weasley? --pregunté

--Sí. Hasta hace unos minutos que me fui, ahí seguía con Pansy. Les pedí que esperaran a mi regreso, así que imagino que sí, deben seguir allí --respondió Blaise que soltó todo el aire que le presionaba el pecho y apoyó las manos en sus caderas. Hasta ese momento no me había podido fijar en que tenía gotas de sudor cubriendo su morena piel, señal de haber corrido a avisarnos.

--Gracias, millones de gracias amigo. No sé como agradecerte --comencé a sollozar mientras me acercaba a abrazarle.

--Tranquila, shh, no llores. Todo está bien. Venga, vayamos con vuestro hijo. Seguro que está deseando veros --añadió calmado dando unas palmas de consuelo en mi espalda.

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora