Colegio Hogwarts de magia y hechicería ~ presente
"Estoy visitando el despacho de dirección más veces como madre que en mis años aquí" le había comentado a Ginny mientras avanzábamos por nuestro ya conocido camino hacia el despacho de Minerva McGonagall. Ella había reído levemente, pero pronto volvió a fruncir el ceño, no estabamos allí para reír. No sabía en que clase de lío se habían vuelto a meter esos dos, pero pensaba coger a Scorpius y darle una buena. De verdad, no sé a quién había salido, pero desde luego ni a su padre ni a mí nos veías nunca metidos en semejantes problemas, y como Draco seguía en Francia me tocaba a mí lidiar con las travesuras se nuestro hijo. Esta vez le estaba tomando mucho tiempo y yo me sentía sola, pero agradecía la atención de Molly, que se había tomado como algo personal cuidar de mi bienestar y el del niño. Cuando nos llegaron las cartas de la directora, estaba tomando el té con Ginny, ya que la pelirroja había estado muy preocupada por cómo me estaban sentando las náuseas matutinas en este embarazo y me había escrito esa misma mañana obligada por su madre. Ginny no se lo tomaba tan mal como yo el visitar tan constantemente Hogwarts y era comprensible, los Weasley atraían los problemas pero, ¿Los Malfoy? ¡Por Merlín! Definitivamente, iban a tener que abrir una conexión directa entre la chimenea de ese despacho y mi casa.
Las capas de abrigo que llevábamos puestas revoloteaban a nuestro paso apresurado por aquellos fríos pasillos de piedra haciéndome añorar mi bufanda de Slytherin. "¿Recuerdas la contraseña?" me había preguntado la pelirroja en cuanto llegamos a aquella gárgola de piedra de la segunda planta de aquél pasillo solitario. Por desgracia, las contraseñas de la Profesora McGonagall no eran tan fáciles de recordar como los nombres de dulces que solía utilizar Albus Dumbledore, así que esperamos frente a la entrada varios minutos hasta que pasó el prefecto de Hufflepuff y nos la recordó.
-¿Profesora?-pregunté con educación en la puerta.
-Pase, pase por favor. Oh, Ginevra, también está usted ya aquí-dijo mientras terminaba de escribir unos documentos y soltaba su pluma.
-¿Y los niños?-preguntó la pelirroja
-Creo que el tema a tratar es demasiado delicado como para hacerlo delante de ellos-comentó mirando un momento hacia abajo dándome muy mala espina
-¿Tan grave es?-pregunté
La profesora aguardó en silencio unos minutos mientras con un gesto de mano nos invitaba a que tomásemos asiento frente al escritorio. Jugueteé con mis manos nerviosa, Minerva no era de las que se andaban con rodeos y este silencio se estaba prolongando demasiado. Iba a volver a preguntar cuando la puerta sonó de nuevo.
-Adelante, adelante-apresuró la profesora
-¿Me ha llamado? ¿Mis hijos están bien?
-¿Georgie?-preguntó Ginny girándose hacia la puerta
-¿Qué haces tú aquí?-quise saber mientras le miraba bastante enfadada
No había vuelto a verle desde que salió despavorido de mi casa. No le culpo, no era la noticia que esperaba oír e incluso llegaba a entender que estaba bastante esperanzado, pero que mínimo que haberse despedido. "Déjame demostrarte que te sigo amando como el primer día" y un cuerno de unicornio. Lo único que me había demostrado es que sabía huir, eso se le daba genial. Había vuelto a jugar conmigo, con mis sentimientos y el muy imbécil venía ahora sonriéndome como si no hubiese roto un plato. ¡Pues no iba a volver a caer! ¡No señor! Se pensaba que podía volver mostrando esa preciosa sonrisa, esa sonrisa tan perfecta rodeada de delicadas pecas y mirándome con esos ojos... ¡Oh Salazar bendito! "Te estás ablandando Malfoy" me amonesté mentalmente a mí misma y me giré en el asiento para quedar de frente al escritorio de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||
FanfictionDiecinueve años después de que Voldemort fuese derrotado, el heredero Malfoy comienza su primer año en Hogwarts. T/n, su madre y fiel esposa de Draco Malfoy, se reencuentra con su amor de la adolescencia, George Weasley, cuando acompaña a su hijo po...