Capítulo 26 ~ Algo debe arder

300 32 0
                                    

Flashback ~ 20 años antes

Con el frío propio del invierno calado hasta en los huesos y sentada en una húmeda roca oculta entre los arbustos que lindaban la propiedad, intentaba seguir con las prácticas de ese estúpido hechizo que no me salía y que llevaba meses intentando. "Expecto Patronum, Expecto Patronum" repetía una y otra vez sin conseguir más que unas débiles volutas de humo plateado. Había probado con todos y cada uno de los recuerdos felices que mi corazón albergaba y ninguno parecía ser lo suficientemente bueno. Tapé mi cara con ambas manos ahogando un grito y dejando caer la varita en la nieve. Estaba fustrada, enfadada conmigo misma y con George por no dar señales de vida, angustiada. No podía más, estaba saturada. Cada día se sumaban más muertes a esta guerra y por las noches tenía pesadillas de que mis seres queridos estaban entre ellas.

-Deberías descansar un poco, amor-dijo con voz pesada Draco mientras me envolvía con una manta y se sentaba a mi lado.

-No puedo, necesito... Necesito contárselo, debe saberlo-añadí desesperada

-¿Qué cambiaría? Contárselo sólo os añadirá más sufrimiento-dijo el rubio

-Sólo... Sólo cambiaría el no sentirme como si le estuviera fallando-admití

-No hemos tenido elección. Pero cuando todo pase, y ellos ganen, podremos librarnos, estoy seguro-dijo con voz confiada el huroncito

-Si ganan...

-Deben hacerlo, el mundo mágico tal y como lo conocemos depende de eso.

-Expecto Patronum-murmuré cuando recogí mi varita de la mullida nieve

-¿Porqué no pruebas a concentrarte primero en lograr el hechizo en lugar de querer mandar desde la primera un mensaje?-preguntó abrazándome fuerte

-Eso también lo he intentado-admití con tristeza

-Es magia muy avanzada, es normal que no logremos hacerla-dijo en un intento de consuelo- Ahora, ¿qué te parece si vamos a la cocina y ordenamos algo que nos haga entrar en calor?

Siguiendo el ofrecimiento de Draco, volvimos a la casa con la ropa totalmente empapada por la nieve. Me retiró la manta y la bufanda con delicadeza para comenzar a secarme con un golpe de varita, ya que yo no disponía de ánimos ni para hacer eso por mí misma. Cuando estuve completamente seca, pasó una mano por mis hombros guiándome hasta la cocina y yo me abracé a su cintura. "Que...bonito" escuché con ironía. Miré a mi alrededor sin lograr ubicar de dónde venía, hasta que comprobé como la estúpida serpiente se arrrastraba por el pasillo, bastante pegada a la pared. "Algún día te cortaré en trocitos y te cenaré" respondí escupiendo cada palabra demostrando todo el odio que sentía hacia esa chivata, ya que poco tiempo después de que Bellatrix nos descubriese en la biblioteca el día que nos hicimos con el misterio, descubrí que había sido la serpiente la que avisó a mi padre de que Draco y yo habíamos huido la noche del ataque a Potter. Por su culpa estabamos en este embrollo.

-Realmente querida, das miedo cuando hablas en pársel-admitió Draco

-Odio a esa serpiente, por su culpa...

-Por su culpa o no, ya está hecho y no hay nada que podamos hacer por ahora-recordó

-¡Malfoy! ¡Riddle! Al salón, ahora-anunció a nuestra espalda uno de los mortífagos de los que no me había tomado la molestia de aprenderme su nombre.

Ese hombre me daba escalofríos con las miradas que me dedicaba cuando me lo cruzaba, como deseando que fuese una adolescente cualquiera y no la hija de su señor para poder echarme el guante sin mi permiso. Pero a pesar de todo y de las ganas que tenía que se pudriese de nuevo en Azkaban, seguía teniendo que soportar su compañía. Draco y yo le seguíamos de cerca rumbo a otra de esas lúgubres reuniones que se estaban convirtiendo en una costumbre diaria. ¿Qué familia sería la desgraciada de recibir la visita de la muerte ese noche?

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora