Capítulo 27 ~ ¿Tú tienes una aventura? ¡Yo tengo una aventura!

358 29 3
                                    

Casa de los Potter ~ Presente

Totalmente reconfortada entre los brazos de George y compartiendo un beso que no tenía fin, me olvidé de cualquier cosa que no fuese entregarme a ese hombre de nuevo gracias a la inhibición provocada por el alcohol ingerido. Sus labios, suaves y cálidos, me incitaban a morderlos con delicadeza sólo para seguir besándole a continuación. Enredé mi mano por su pelirrojo pelo mientras con la otra acariciaba sus trabajados bíceps. Invité a su lengua en un encuentro con la mía que él aceptó encantado. Me agarró fuerte por las caderas y me sentó en la mesa sin dejar de besarme y presionando su cuerpo contra el mío, derramando el contenido de las jarras que antes bebía con sus hermanos sobre el suelo. Rodeé su cintura con mis piernas y comencé a acariciar toda su espalda, para acabar deshaciéndome de esa chaqueta tan hortera que me impedía estar aún más en contacto con él. Con cuidado, me tumbó sobre aquella tabla de madera comenzando a bajar sus besos por mi cuello. Necesitaba más, mucho más. Ya nada me impediría volver a estar con él. Subió lentamente hasta encontrar de nuevo mi boca y sus manos se perdieron por mis caderas acariciando cada centímetro de ellas. Acerqué mi mano hasta el bolsillo derecho de mi vestido y toqué mi varita para cerciorame de que seguía ahí antes de hacer aparición conjunta con el pelirrojo hasta una de las habitaciones de la Mansión Malfoy. Sería demasiado descortés hacerlo hasta la que compartía con Draco. Caímos en el mullido colchón, uno encima del otro sin separarnos un segundo. La temperatura seguía subiendo y, a pesar de la torpeza de mis actos por mi estado de embriaguez, encontré fácilmente dónde empezaban los botones de la camisa de George. Él dejó por unos segundos de besarme y me miró, con amor, con deseo. Sonrió de oreja a dónde debía estar su otra oreja antes de volver a besarme, sólo que ésta vez bajó de nuevo al cuello, justo en aquél rincón prohibido dónde se encontraba ese pequeño punto de placer. Gemí, me oí hacerlo, aunque estaba tan concentrada en cómo George me demostraba su amor que apenas era consciente de aquello que pasaba fuera del roce de su piel con la mía. Aún necesitaba más, aún había mucha ropa impidiéndome sentirle cómo deseaba y el pareció comprenderlo por como me aferraba a su contacto. Comenzó lentamente a subir la falda de mi vestido pero se detuvo bruscamente cuando algo fuera de esa habitación llamó nuestra atención.

-¡Querida! ¿Dónde te has metido? Sé que estás por aquí -gritaba alguien por el pasillo y  miramos a la puerta al mismo tiempo

-¿Ese es...? -preguntó George girando la cabeza para mirarme a mí de nuevo

-Draco -dije confirmando sus sospechas

George se levantó de golpe de la cama como si de pronto el contacto con mi piel le quemara e intentó abrocharse rápidamente la camisa que con tanta torpeza yo le había abierto mientras caminaba de forma nerviosa por la pequeña habitación.

-¿Qué haces? -le interrogué incorporándome un poco

-¿Cómo que qué hago? ¿A ti que te parece? Tú marido está ahí fuera -dijo bastante asustado- ¿Dónde está mi varita?

-Tranquilízate, George, no debes preocuparte. Draco no te va a decir ...oh.

No me dió tiempo a decir más, George había localizado su varita y se había aparecido al tiempo que Draco abría la puerta.

-¡Por fin te encuentro! ¿Qué haces ahí tumbada? -preguntó uniéndose a mí

-Agh, una larga historia. ¿Qué tal tu viaje?

-Agotador, mucho trabajo -admitió

-¿Y cómo se lo ha pasado Potter? -me interesé

-Pues se lo...Ugh ¿Lo sabes? -se sorprendió

-Ya sabes que siempre lo sé todo, lo que me duele es que hayas intentando ocultármelo. ¿Porqué lo has hecho? -le acusé

-Realmente, no lo sé, todo fue una casualidad -admitió

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora