Mansión Malfoy ~ Presente
Taladré a Draco con la mirada mientras él aguantó la risa a duras penas. No entendía el motivo que le había empujado a cometer tal disparate. ¡Invitar a George Weasley a la Mansión! Aún lo pensaba y se me hacía difícil de tragar. ¿Qué clase de jugada rastrera era esa? ¿Cómo podíamos estar pensando en aumentar nuestra familia y horas después querer empujarme hacia un viejo amor? Algo retorcido se estaba maquinando bajo ese cabello rubio platino aplastado y, por Merlín, viniendo del mismísimo Draco Lucius Malfoy sólo podía esperar la peor de las jugarretas. Realmente, eso era lo que me fascinaba de nuestro matrimonio, que, a pesar de haber pasado más se tres lustros de unión y toda una vida de amistad, seguíamos siendo esos dos críos que pasaban de jugarse una venganza maquiavélica a estar abrazados. Pero con esa tierna mirada, ¿quién no le abrazaría?
"Bien, ya se te ha pasado. Realmente empezaba q preocuparme, pues tu mirada asesina a durado más que de costumbre" añadió mi querido marido en cuanto yo había suavizado mi enojo. Se había acercado a mí, aún cauteloso, y me había dado un beso en la nariz mientras pasaba un mechón de pelo rebelde detrás de mi oreja. Quité las manos de mis caderas para abrazar las suyas, acercándome a él hasta que pude recostar mi cabeza en su hombro. "¿Porqué lo has hecho?", le había preguntado en cuanto estuve más calmada. Como respuesta, Draco se encogió de hombros y añadió en un susurro: "Siempre has necesitado un leve empujoncito".
En los días siguientes la mansión era un auténtico caos. Los elfos iban de allá para acá cumpliendo las órdenes sin sentido que daba con tal de estar ocupada en algo que no fuera llorar por la inminente partida de mi hijo a Hogwarts. La nostalgia me invadía. Por un lado, evidentemente, estaba inmensamente feliz y orgullosa de mi ungénito, del hombrecito que se había convertido y de todo lo maravilloso que le quedaba por vivir. Pero también estaba bastante preocupada y con síndrome de nido vacío. ¿Y si no lograba hacer amigos? ¿Y si le molestaban por los errores que su familia había cometido en el pasado? El miedo me carcomía y me desvelaba por las noches. Draco intentaba calmarme y sospechaba que constantemente hacía alguna poción tranquilizante que me mezclaba con el té. Pero una de dos, o la dosis era pequeña o mis nervios alcanzaban niveles extratosféricos. Pero, por mucho que quería ralentizarlo, el primero de septiembre llegó.
Esa mañana amaneció despejada, con un tono añil muy bonito cubriendo el cielo. Hacía buena temperatura y el viento estaba en calma, muy diferente a como estaban mis nervios. Había recargado una bolsa con demasiados dulces y se la había entregado a mi hijo. "Nada mejor que compartir golosinas con tus nuevos amigos en el tren", canturreé, no sin apreciar un leve atisbo de miedo a no encajar en el rostro de mi hijo. Algo de lo más normal. Nunca había conocido a otro niño de su edad con el que compartir un vínculo el primer día de colegio. Debía empezar todo de cero, pero era un niño tan bueno y puro, tan diferente a Draco y a mí cuando teníamos su edad, que no me cabía ninguna duda de que, al menos, haría un amigo desde el primer día.
Repasamos diez veces todo el equipaje antes de cruzar las llamas verdes de la red flu, y otras diez antes de llegar a King's Cross. "Debes cruzar con decisión hacia el muro, sin frenar. No tengas miedo amor, vamos justo tras de ti" le explicaba Draco cuando llegamos a aquél muro entre los andenes 9 y 10. Y así, soltando todo el aire en un sonoro suspiro, Scorpius tomó carrerilla y desapareció tras la pared. Miré a Draco mientras él me rodeaba la cintura y avanzábamos velozmente tras nuestro heredero.
Scorpius nos esperaba pacientemente sujetando su carrito en el andén. La joven lechuza, a la que aún no había nombrado, ululaba en su jaula nerviosa ante tal viaje desconocido para ella. Miré alrededor y pude comprobar que ya estaba prácticamente abarrotado. Los niños iban de allá para acá, saludando a amigos que no habían visto en todo el verano, despidiendo a sus familiares ansiosos por volver a Hogwarts y algún que otro acurrucado entre las túnicas de sus progenitores, sin duda alumnos de primero. Entre los padres observaba muchos rostros conocidos de nuestros años de colegio, pero ninguno destacaba lo suficiente en mi memoria como para acercarme a saludar. Caminamos por el andén arrastrando el pesado carro, buscando un poco de intimidad dónde despedirnos de nuestro pequeño y ayudarle a subir su baúl lejos de la mirada de curiosos.
![](https://img.wattpad.com/cover/287350903-288-k610051.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||
FanfictionDiecinueve años después de que Voldemort fuese derrotado, el heredero Malfoy comienza su primer año en Hogwarts. T/n, su madre y fiel esposa de Draco Malfoy, se reencuentra con su amor de la adolescencia, George Weasley, cuando acompaña a su hijo po...