Ubicación desconocida ~ Presente
Los rayos del sol comenzaban a iluminar la estancia. Lo podía notar a pesar de tener los ojos cerrados, pues generaban calor en aquellas zonas de mi cuerpo desnudo donde incidían. Draco estaba totalmente pegado a mí, permitiendo el roce de su piel con la mía. Imagino que anoche volvimos a intentarlo, aunque ahora mismo no puedo recordarlo, aún tengo demasiado sueño. Resoplé intentando apartar un rebelde mechón de pelo que caía por mi rostro y me hacía cosquillas, pues no tenía ganas de perder la postura tan cómoda que había conseguido solo por retirarlo. Draco debió darse cuenta, porque enseguida acercó su mano y con delicadeza lo guió hasta detrás de mi oreja pero, en lugar de retirar la mano tras eso, aprovechó el contacto para acariciar suavemente mi mejilla con la punta de sus dedos. Eso me gustaba, me hacía sentir cómoda. Sus gestos de cariño me encandilaban. Dejé escapar una leve sonrisa. ¡Cómo lo había añorado estos días! La próxima vez le pediría que me llevase con él a Francia. "Espera un segundo", pensé. ¿Cuándo había vuelto?
-Buenos días-susurro una voz ronca en mi oído con cariño.
Definitivamente, ese no era Draco. Abrí los ojos espantada y me senté de golpe. A mi lado, George Weasley me miraba extrañado por mi reacción y se incorporó un poco apoyándose en un codo. Tiré de la sábana cuanto pude buscando cubrirme al máximo, cosa que era inútil, pues él ya había visto cada centímetro de mi cuerpo. "Y lo ha besado", me recordé. Cerré los ojos unos segundos totalmente incrédula de mis actos y cubrí mi rostro con ambas manos. ¡Cómo había podido cometer semejante estupidez! ¡Por Merlín! Notaba como el pelirrojo había dejado de mirarme, dolido por mi reacción infantil. Miré enrededor y localicé mi varita justo en una mesita que había al lado.
-Accio ropa-dije instintivamente
-Vamos, esto es una tontería-se quejaba el pelirrojo- Ya te he visto desnuda
-Lo siento, lo siento de verdad-dije en cuanto agarré mi ropa con una mano y giraba sobre mí misma para aparecerme.
Aterricé en mi cama, perfectamente estirada ante la falta de sus dueños esa noche. ¿Qué había hecho? ¿Porqué? ¿Porqué ahora después de tantos años me hacía esto a mí misma? George era cosa del pasado, de un pasado muy bien enterrado dentro de mí, y ahora... Había sido una completa estúpida pero, sus besos... No, no podía permitirme pensar en eso ahora, ¿o sí? Oh, por Salazar bendito, que maravillosos habían sido sus besos, y cómo la había fastidiado marchándome de esa forma.
Me aparecí justo en el centro del apartamento de Weasley, ya vestida, apenas cinco minutos después de mi partida. George estaba frente a su pequeña cocina, visiblemente enfadado como para dirigirme una mirada.
-Lo...lo siento, no sé que me ha pasado. ¡Me asusté!-intenté escusarme
-Yo sé bien que te ha pasado-dijo amargamente- Que te arrepientes-concretó dando un portazo con la puerta del mueble que había abierto.
-No, eso no es cierto...yo...
-No intentes escusarte-me interrumpió
Estaba tan rojo como su pelo, agarrando el borde de la encimera fuertemente, con los nudillos blancos de la presión ejercida. La tetera que había puesto a calentar en los escasos minutos de mi ausencia comenzaba a soltar el vapor sonoramente en señal de que estaba lista. Sólo entonces George se permitió un movimiento para retirarla del fuego.
-George, por favor, compréndeme-supliqué acercándome poco a poco-Me he despertado totalmente desorientada, en una cama ajena y con una voz que no suelo escuchar dándome los buenos días. Sólo me he asustado. Creo que me merezco, al menos, estos cinco minutos de duda por los diecinueve años que he estado esperándote-estallé.
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Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||
FanfictionDiecinueve años después de que Voldemort fuese derrotado, el heredero Malfoy comienza su primer año en Hogwarts. T/n, su madre y fiel esposa de Draco Malfoy, se reencuentra con su amor de la adolescencia, George Weasley, cuando acompaña a su hijo po...