Capítulo 30 ~ Agh, otro Weasley

316 33 2
                                    

Mansión Malfoy ~ Presente

Como casi cualquier primer trimestre de embarazo, el mío estaba azuzándome con los síntomas. Perdiendo todo rastro de elegancia, abrazaba la taza del inodoro devolviendo lo poco que había alcanzado a cenar durante la fiesta de Navidad. Tiré de la cisterna con desgana aún sentada en el suelo y me apoyé contra la fría pared. Draco esperaba a mi lado, preocupado, retirándome unos mechones de pelo del rostro. He de admitir que con Scorpius fue más sencillo, no me duró tanto esa etapa y prácticamente estuve radiante durante toda la gestación, pero este pequeño ser que se estaba formando en mí había decidido ser todo lo contrario a su hermano mayor y me estaba dando guerra. Y si, además de las mañanas infernales, le añades que esa noche no pude pegar ojo, me esperaba un día de Nochebuena bastante fatídico. "Cuando quieras tomarte enserio esta conversación ya sabes dónde encontrarme" me había dicho bastante enfadado George Weasley cuando le confesé que a mi marido le atraen los hombres, marchándose de la Mansión tras eso. Yo regresé a la fiesta excusando mi ausencia por motivos del embarazo y tranquilizando a mi querida amiga de que había dejado a mi pequeño ahijado en las cuidadosas manos de mi elfina de confianza.

Cuando todos los invitados se retiraron salvo mis dos buenos amigos y su recién nacido, les suplicamos que nos honraran con quedarse la noche en la Mansión, pues era muy tarde y hacía demasiado frío para que el pequeño saliese. De todos modos, volverían al cabo de las horas para celebrar esa noche sagrada con nosotros, por lo que Draco no tuvo que rogar mucho para que cedieran a quedarse.

-¿Mejor?-preguntó mi marido

-Sí, este niño sólo ha querido darme los buenos días-bromeé aceptando el brazo que me ofrecía para ayudarme a levantarme del suelo

-Te recuerdo que ese niño es tú hijo-rió el rubio

-No, que va, cuando se porta así es sólo "el niño"-sonreí preparando la pasta de dientes sobre el cepillo para quitarme ese amargo sabor de boca.

-¿Vas a ir a verle?-dijo Draco cambiando drásticamente de tema y borrando la sonrisa de mi rostro

-No, le dije la verdad y no quiso escucharla. No voy a darle más explicaciones-sentencié abriendo el grifo y dando por terminada la conversación

Al bajar al comedor, Blaise estaba sentado junto Scorpius mientras entretenían al pequeño Perseus. El moreno estaba completamente jubiloso de la felicidad que le aportaba ser padre. Draco se unió rápido a esa instantánea que yo observaba apoyada en el quicio de la puerta. En unos meses se incorporaría a esa estampa mi bebé, él que ahora me tenía que conformar acariciando sobre mi tripa, y que tendría la suerte de acudir a Hogwarts en el mismo año escolar que mi ahijado.

-Es tan bonito, ¿verdad? Los hombres de nuestra vida, felices, jugando con nuestros hijos...-susurró Pansy llegando a mi lado y abrazándome- y tú pequeño-dijo agachándose para quedar a la altura de mi tripa- espero que seas niña que aquí estamos en minoría-añadió felizmente y yo reí de su ocurrencia-¿Cómo lo llevas?

-Peor que con Scorpius, me duele todo el cuerpo, me agoto rápido y a pesar del hambre que tengo no aguardo nada en el estómago-suspiré llevándome las manos a mi dolorida espalda.

-¿Te han visto ya en San Mungo?-se interesó guiándome hasta la mesa

-Sí, el día que comencé a sospecharlo fui de inmediato

-¿Y bien? ¿Cuando cumples?

-Para el inicio del verano, si todo va bien, ya estaría Scorpius aquí de vuelta por las vacaciones y no se perderá el nacimiento de su hermano o hermana-le expliqué a mi amiga

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora