Capítulo 24 ~ El ministerio ha caído

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Flashback ~ 20 años antes

Intenté de forma nerviosa y a base de manotazos disipar el humo plateado que aún había ante mí mientras el pomo de la puerta comenzaba a girarse. Notaba un nudo en la garganta y un incipiente sudor en la frente. Me levanté de golpe y me paré frente al difuso patronus intentando taparlo al tiempo que uno de los mortífagos entraba en mi habitación. Su mirada recorrió el cuarto antes de centrarse en mí. Era uno de los hermanos Carrow, Amycus, un hombre inquietante que, según había oído, mi padre le había honrado con ser uno de los que acompañarían al traidor de Snape a Hogwarts.

-Tu padre ordena que te prepares, esta noche nos acompañarás en la siguiente misión-anunció  aún con la mano en el pomo de la puerta y marchándose tras eso.

Solté un suspiro de alivio y me dejé caer en la cama. Mi tapadera seguía funcionando, confiaba en mí lo suficiente como para mandarme a alguna de sus malintencionadas misiones y nadie había visto al patronus de Fred, si no estaría sufriendo las consecuencias de un cruccio. Definitivamente, debía también aprender a hacer esa cosa plateada sí quería mantener el contacto con George a cada información que consiguiera recolectar. Bajé hasta la biblioteca, allí debía de poder encontrar un libro de magia avanzada.

Rebusqué entre los estantes sin mucho éxito. Toda la magia que le interesaba a los Malfoy tenía por acompañamiento la palabra oscura o negra.

-¿Tú también vas a esa misteriosa misión?-preguntó Draco interrumpiendo en la biblioteca al momento que yo abría el primer libro que podía ser interesante

-Sí, pero eso no es lo importante Draco-dije sonriendo de oreja a oreja- Tanto Harry como George están vivos, y voy a dedicar todo el tiempo que pueda a aprender como hacer eso de los patronus para poder avisarles de lo que hagamos esta noche-susurré en su oreja

-Es magia muy avanzada, amor-susurró muy cerca de mí

-¿He escuchado la palabra amor? Que... bonito-dijo con ironía Bellatrix Lestrange interrumpiendo nuestra privada conversación desde la puerta haciéndome recordar que siempre podía ser oída y que acababa de cometer el segundo fallo del día- No sabía que entre vosotros surgía ese sentimiento tan... Patético... Supongo que por eso os escapasteis al principio de verano y...Anoche

Se me heló la sangre y me paralicé en el sitio. Lo sabía. La sádica fiel servidora sabía que no habíamos estado en la casa y pronto ese detalle llegaría a oídos de su adorado señor, mi temido padre. Tercer fallo. Definitivamente, no llegaría con vida al final del día.

-Tía Bella, no es lo que parece-intercedió Draco haciéndose el inocente- T/n y yo...

-Tranquilo, querido... Tu madre también tenía esa mala costumbre de escaparse de casa...Cada vez que quería ver a tu padre-añadió pausadamente- pero como comprenderás debo comentarlo con mi señor, no está bien que su pequeña hijita pierda sus virtudes antes de tiempo. ¿No crees sobrino?

Esto parecía ridículo. Totalmente. Draco y yo pareja, pero... Que absoluta e increíble buena idea acababa de darme aquella tenebrosa mujer. Era la escusa perfecta para poder estar a solas con Draco cada vez que lo necesitara. ¿Qué podía salir mal? Tomé al rubio discretamente de la mano para hacerle entender que siguiese con aquella mentira. Nos era favorable, muy faborable.

Ante nuestro prolongado silencio en el que compartíamos varias miradas, Bellatrix comenzó a perder la diminuta cantidad de paciencia que poseía y continuó hablando.

-Ahora andando, tenemos cosas que hacer y poco tiempo-dijo cambiando el tono de voz por ese tan rudo y siniestro que la caracterizaba

Nos condujo hasta el salón principal dónde Nagini descansaba en un rincón. "Enseñales a no tener piedad" había ordenado mi padre en cuanto Draco y yo llegamos al centro de la sala dónde horas antes había estado ubicada la larga mesa.

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora