Capítulo 40 ~ No esta noche

333 32 3
                                    

Mansión Malfoy ~ Presente

No me movía más allá de la ventana. Había pasado tiempo, aunque no había sido consciente de cuánto hasta que Scorpius volvió ayer de Hogwarts.

Dolía, aún dolía mucho. Ya no era físico, era un dolor mío, de dentro de mi pecho y que irradiaba a cada célula de mi piel.

"Es un caso extraño, no sabemos las causas"

"No es usual perder a un hijo sano en el segundo trimestre"

"No volverán a tener hijos"

Esas tres frases resonaban en mi cabeza una y otra vez, aumentando el tono, bajándolo a un susurro, y cuando conseguía dormir para acallar mi mente, esas frases volvían en sueños para atormentarme mucho más.

No había querido ver a nadie más allá de Draco. Él era el único que comprendía mi dolor.

Scorpius intentó verme anoche, noté su abrazo, pero estaba demasiado ausente como para mirarle siquiera.

Después me arrepentí, y sólo por él me había animado a llegar hasta el espejo y arreglarme para bajar por primera vez desde que pasó.

Tenía ojeras bastante marcadas, en un color oliváceo horrible. Había perdido peso, demasiado, aunque en mi favor diré que la última vez que vi mi reflejo estaba embarazada. Mi piel estaba tan pálida y fría que parecía muerta.

Bajé al desayuno, o al menos imaginé que era esa hora, por lo que me acerqué al comedor pero no había nadie allí.

No tenía ganas de buscar por toda la mansión, me faltaban fuerzas, así que llamé a Kinddy para que convocase a Draco. Apenas unos minutos después, el rubio entraba en el comedor con una expresión triste y de decepción bañando su rostro.

-Hola, amor. ¿Cómo te encuentras?-preguntó de forma calmada.

Me encogí de hombros ante su pregunta y me hice un ovillo en la silla.

-¿Dónde está Scorp? ¿Le fue todo bien en el viaje ayer?-me interesé intentando parecer más animada

-Querida, ayer Scorpius no hizo ningún viaje-dijo de forma pausada y frunciendo el ceño extrañado

-Claro que sí-dije firmemente- Ayer volvió de Hogwarts.

-Amor-soltó en un suspiro y bajó la mirada hasta sus manos que jugaban nerviosas con los anillos- Scorp volvió de Hogwarts hace tres semanas.

Mi corazón se rompió un poquito más en ese instante, escuché el crack. Tres semanas.

No sólo llevaba ausente más tiempo del que pensaba si no que además, había abandonado a mi hijo durante tres malditas semanas.

-¿Qué?-pregunté con un hilo de voz.

-Scorp volvió hace tres semanas de Hogwarts. Desde entonces, ha ido todos los días a verte. Todos los días-recalcó- No le mirabas, no le decías nada. Está pasándolo muy mal y tú no estás ahí.

A pesar de lo duras que eran sus palabras, no parecía un reproche, si no más bien intentaba hacerme comprender que la situación se me había escapado de las manos.

-No es el único que sufre -continuó- y ya no sólo me nombraré a mí. Todos los días, Pansy viene a verte y todos los días es incapaz de pasar más allá de la puerta de nuestra habitación, porque verte en ese estado inerte que mantenías le era muy difícil. La señora Weasley y Ginevra también han venido varias veces, incluso Granger, y también...

-No lo nombres-supliqué con voz queda

-Él también está sufriendo de verte así. Es más, sabes que gracias a que te llevó rápido a San Mungo tú estás hoy aquí, viva.

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora