Mansión Malfoy ~ presente
Surrealista. Sí, creo que esa era la palabra adecuada. Eso, quizás era una broma del destino.
Los cuatro comensales estábamos completamente pendientes de nuestro plato, con un silencio sepulcral de fondo que a veces se rompía por el sonido de algún tenedor. Cuatro, sí. En último momento, la pequeña Lily Luna se encontró indispuesta, haciendo imposible la llegada a tiempo de su abuela para poder cuidarla y, en lugar de enviar una lechuza para avisar, Ginevra Potter creyó que sería una gran idea enviar a su marido solo al campo de batalla, porque sí, es lo que parecía dada la cara de pocos amigos que traía Potter cuando cruzó las llamas verdes.
Apenas un par de minutos después, su cuñado, George Weasley, hacía acto de presencia con esa horrible chaqueta de piel de dragón que solía vestir en la tienda. "Estupendo", pensé irónicamente. Draco, Harry, George y yo, qué maldita fantasía. En otros tiempos, podríamos haber sido dos parejas que se reúnen en una cena de amigos, pero nosotros habíamos fracasado en aquello del amor. Casi sin querer, casi, se me escapó una pequeña risa que provocó que mis compañeros de mesa levantaran la vista de su plato para posarla en mí.
-Dis...disculpad-dije aún con un pequeño deje gracioso- Perdónenme por tal descortesía. Cuénteme Señor Potter, ¿cómo le va siendo jefe del departamento de seguridad mágica?-pregunté intentando animar un poco aquella taciturna velada
-Ciertamente muy bien, Señora Malfoy. He de confesar que es un departamento un tanto aburrido cuando no hay ningún lunático queriendo ser... Oh disculpa, olvidaba que es...
-No tiene de qué disculparse, Señor Potter. Y, por favor, llámame por mi nombre de pila, nos conocemos desde niños.
-Sólo si tú me llamas Harry- añadió el pelinegro mientras el rubio bufaba.
-Que suerte Harry, a mí aún no me deja volver a llamarla por su nombre-soltó George algo incrédulo de la situación
-¿Qué tal si pasamos al salón-bar?-sugirió Draco- Yo necesito una copa doble-añadió en un susurro y se levantó ajustándose el cuello de la túnica.
Cómo si hubiese ofrecido el elixir de la vida eterna, los tres nos levantamos dispuestos a seguir al rubio. O eso habría hecho pero, en cuanto Potter salió tras él, George me tomó del brazo y cerró la puerta encerrándome con él en el comedor.
-¿Qué crees que haces Weasley?-le grité
-Quedarme a solas contigo-susurró demasiado cerca de mi oído
-¡Por Merlín! ¡Qué falta de respeto!-dije intentando apartarle sin conseguirlo
-Deja de actuar, Riddle. Ésta mujer de excesivos formalismos que parece que le han metido un palo de escoba por la parte trasera no eres tú.
-Malfoy, soy Malfoy y paso de responder a ese comentario tan vulgar. Ahora, apártate. ¡Ya!- ordené
-No soy un elfo para seguir tus órdenes-soltó el pelirrojo
-¿Qué quieres de mí Weasley?-pregunté ya cansada de luchar
-Te quiero a ti, déjame quererte
-Llegas diecinueve años tarde. Estoy casada.
-Sabes bien que tú marido no te quiere, no como yo lo hago.
Debí verlo venir. Las señales hicieron acto de presencia al instante, pero estaba tan concentrada en renegar mis sentimientos que no fui consciente de como la respiración de George comenzaba a agitarse. Tampoco me di cuenta de como tragó pesadamente mientras parpadeaba de forma más lenta. De cómo humedeció sus labios sin apartar la mirada de los míos. Eliminó los escasos centímetros que nos separaban tomando mi cintura con su brazo derecho al tiempo que su mano izquierda se posaba en mi nuca y me besó. Apasionadamente, un beso que intantaba dejar constancia de todo lo que seguía sintiendo por mí. Una parte de mí quería poner resistencia, pero mi cuerpo no le respondía, no, estaba demasiado extasiado con los estímulos que le provocaba ese beso, en cómo se erizaba cada milímetro de mi piel. El pelirrojo guío la mano que mantenía en mi nuca al rededor de mi espalda hasta unirla a la reunión que mantenía su brazo derecho con mi cintura mientras yo sentía una especie de corriente eléctrica allá por donde me iba acariciando, elevando mi temperatura, haciéndome desear más, tenerle aún más cerca, sentir su cuerpo contra el mío. Rodeé mis brazos alrededor de su cuello y subí una mano hasta enredarla con su pelo sin dejar de corresponderle a ese beso, ese que había soñado durante tanto tiempo y que la realidad sólo podía mostrarme que era infinitamente mejor de lo que había imaginado. Sin esperarlo, bajo una de las manos que mantenía en mi cintura suavemente, pasando por mi cadera y deteniéndose en mi pierna con el único objetivo de elevarla y atraerme más a él cumpliendo mi ferviente deseo de sentirle más cerca.
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Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||
FanfictionDiecinueve años después de que Voldemort fuese derrotado, el heredero Malfoy comienza su primer año en Hogwarts. T/n, su madre y fiel esposa de Draco Malfoy, se reencuentra con su amor de la adolescencia, George Weasley, cuando acompaña a su hijo po...