Capítulo 38 ~ El primer adiós

318 30 0
                                    

Flashback ~ 19 años antes

Frío. Sentía un escalofrío frío recorriendo mi cuerpo, por lo que podía imaginarme que seguía viva, o al menos luchando por ello.

Estaba incómoda. Seguramente seguiría tirada en aquella escalera. Es lo último que recuerdo, pero ya no me dolía tanto el abdomen. Quizás había dejado de sentir toda esa zona. Sería eso, dado que no era capaz de mover ningún músculo. Estaba cansada.

Poco a poco, un murmullo comenzó a hacerse presente. Lejano, distante, hasta que fue creciendo y comprendí que me rodeaba. Había llantos, leves sollozos y algunos gritos de dolor.

Hasta entonces no fui consciente de que me hallaba lejos de donde yo creía. Había demasiado eco, demasiada gente para entrar en ese derrumbado pasillo.

Una hora, recordé. Mi padre nos había cedido una hora para ocuparse de los heridos y muertos. ¿Estaba herida? Seguramente. Quizás la persona que me había movido de sitio era la misma que intentaba mantenerme con vida.

Unos brazos me rodearon. Notaba su peso sobre mi debilitado cuerpo, abrazándome, sollozando y suplicando que despierte. Conocía esa voz, era familiar.

Si podía sentir ese abrazo, entonces, ¿porqué no era capaz de moverme? Debía hacerlo, o al menos, intentarlo.

Guiada por ese impulso, abrí los ojos y me cegó la luz.

Había amanecido desde que me desmayé, por lo que la hora estaría por acabar y volveríamos a ser atacados en breve. Debía ponerme en pie, no quería ser un lastre para nadie.

Con esfuerzo, levanté el cuello y vi una cabellera rubia abrazado a mi abdomen temblando. Intenté acariciar su pelo, pero en cuanto notó movimiento se levantó y agarró mi rostro con ambas manos mientras besaba mi frente.

Draco hablaba tan rápido que apenas le entendía. Le agradecía a Merlín, a Salazar y todo aquél nombre que recordase por devolverme a su lado.

-Dra...Drac..

Intenté hablar en vano, tenía un nudo en la garganta que me impedía hacerlo.

-Tranquila, sh, sh. No te esfuerces, ¿sí?

Comenzó a acariciar mi sucio cabello como si fuese algo muy preciado y pude notar que habían curado la herida de mi cabeza. O al menos, ya no me dolía.

-Draco, ¿Es..est... estás...?

-Bien sí, lo estoy, y tú ahora también.

Apostaba los pocos galeones que poseía a que yo debía tener un aspecto horrible.

-Y...y...¿George?-pregunté suplicando con la mirada

En ese momento, el rubio cortó el contacto visual que mantenía conmigo y me tomó de las manos. No me respondió y comencé a temerme lo peor. Retiré mi mirada hacía un costado, no podía. Comencé a llorar notando un vacío en mi pecho cuando él volvió a mirarme y tomó mi mentón para establecer contacto con mis apagados ojos.

-No, no, tranquila. Está... está... vivo

Pero por algún motivo, sus palabras no me eran de consuelo. Sabía que algo me ocultaba e intenté incorporarme para ir a averiguarlo yo misma.

-No, no te levantes. Por favor. Yo...yo te lo contaré todo-suplicó apoyando sus manos en mi pecho para impedirme algún movimiento-Su...su hermano...Fred... Ha...

Había vuelto a mirar hacia abajo buscando la fuerza necesaria para decir en voz alta lo que yo me estaba imaginando.

-Ha muerto-susurré y él asintió- ¿Dónde... Dónde está George? Quiero... Quiero verle

Cuando George rompió mi corazón ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora