8

4.1K 420 135
                                    

-Hemos llegado- me dijo llegando a un balcón. - Intenta dejar siempre la ventana un poco abierta porque suelo entrar por aquí. 

-Veo que la puerta es de decoración- digo entrando por la ventana al igual que él. 

-A ver, vivo en el último piso de este edificio, si puedo entrar por la ventana, ¿para qué hacerlo por otro lado? 

- No te quito razón...¿yo también puedo? 

- Si gustas...mi ventana es tu ventana. - sonrió.- Esta es la habitación principal, tiene un baño incorporado por si no quieres compartirlo conmigo. 

-¿Me estás proponiendo algo Keigo Takami?- me acerqué, puse mi mano en su pecho y me quedé a unos centímetros de su cara. 

-Eh...ah...esto. Mmm, digo, eh...- se puso colorado y empezó a mirar a todos lados menos a mi. 

-Es broma, no me importa compartir baño contigo, ya lo hemos hecho antes- le guiñe el ojo. 

-AH, sí...pero no éramos tan grandes...ya sabes, las cosas cambian. 

-Keigo...¿estás siendo un poco adolescente con las hormonas por las nubes o solo es cosa mía? 

-No, es solo que...mira mejor déjalo. - Sale de la habitación y yo le sigo - Esta es la sala, por ahí está la cocina, el comedor y un aseo. Esta sería mi casa no muy decorada, total para el tiempo que paso aquí está bien. 

-Veo que le tomaste cariño a las habitaciones blancas...

-Puedes decorarlo como quieras, no paso mucho tiempo aquí, puedes usar mi habitación, yo dormiré en el sillón y...

-Keigo- le miré. 

-¿Sí? - noté que se puso nervioso. 

-Yo lo veo todo muy bien, pero me imagino que no vaya a estar 24/7 con esta ropa, ¿no?

-De momento puedes usar algo mío - se giró, pero noté como sus orejas se ponían rojas - voy a comprar algo para cenar, ya vuelvo- se fue. 

Volví a la habitación, busqué una toalla y me dirigí hacia el baño, dónde me quite la ropa viendo las múltiples cicatrices que habían en mi cuerpo. Me di una ducha rápida, me sequé y me envolví en la toalla. Fui al armario en busca de ropa. Encontré una camisa roja que ponía "I love KFC" y no pude evitar reírme. 

-Luego, me dice que no le llame "pollo". 

Mientras me la ponía, escuche un ruido desde el balcón así que me asomé por la ventana y vi a Keigo, sentado con la cabeza entre las piernas rojo como un tomate. 

-¿Qué haces ahí? - le dije con una sonrisa mientras me apoyaba en el marco de la ventana. 

-Eh, nada jejeje - se puso de pie pero no me miró- Traje la cena y bueno...

-Me viste cambiarme. 

-JURO QUE NO FUE INTENCIONAL 

-No pasa nada, vamos a cenar - cogí lo que traía en las manos y me dirigí hacia el comedor seguida del alado. 

Cuando estábamos caminando, noté que Keigo se quedó atrás y escuché una respiración pesada, así que al llegar al comedor me giré dejando la comida en la mesa. Al darme la vuelta vi a Keigo, apoyado en el marco de la puerta de la habitación con la respiración agitada. 

-¿Keigo? ¿Estás bien? - dije acercándome. 

-No vengas, por favor. Quédate ahí - me miró con sus ojos dorados, pero no me miró igual que siempre y eso me asustó. - T/n...¿Qué día es hoy? 

-Umh... ¿veinte de marzo? - me seguí acercando. 

-T/n, te lo digo en serio, no te me acerques - cada vez respiraba más agitado. 

- Keigo, ¿qué te pasa? Me estás preocupando. 

Cuando conseguí llegar a su lado y le toqué la cara para levantar su mirada. Me cogió del brazo  llevándome hasta la habitación dónde me tiró en la cama y se puso encima mío. 

-Keig...

-No te muevas, t/n - se empezó a quitar la ropa, mientras me miraba con lujuria. 

Cuando mi mirada se encontró con la de Keigo, mis ojos se cristalizaron porque por un momento, no era él al que estaba viendo, sino al asqueroso de mi padre. Tenía sus mismos ojos llenos de esa lujuria que me repugnaba tanto. Tengo miedo. No quiero esto, Keigo. No así, no de esta forma. Las palabras no salían estaba congelada por el miedo. 

-Ah, t/n...por fin te tengo en mis brazos- se acercó a mi oído, lamió mi oreja mientras su mano bajaba por mi abdomen. 

En ese momento todos los recuerdos del pasado vinieron a mi como una oleada de aire frío, las lágrimas empezaron a caer y mi cuerpo comenzó a temblar. 

-¿T/n? - paro su toqué y me miró con ojos confusos. 

Al darse cuenta de cómo estaba se bajo de encima mío  y me tapó con la colcha que había en la cama, se sentó en el suelo a mi lado. Puso su cabeza entre sus piernas y empezó tocarse frenéticamente la cabeza mientras murmuraba. 

-¿Cómo se me ocurre hacer eso? Sé que es mi época para eso, pero ¿t/n? Esto no es lo que quiero, no así. Ya la cagué, no va a querer dirigirme la palabra nunca más...

-¿Keigo? - dije aún temblando. 

-Perdóname, t/n. No quería hacer eso. 

-Mírame, por favor- alcé la mano para alcanzarlo. 

Hawks se giró para verme, sus ojos también tenía lágrimas, esa mirada que hace unos segundos eran de lujuria ahora era triste y eso me partió el alma. Mi mano llegó su rostro, el cual acaricie. Él no se quejó en ningún momento, de hecho, acomodó su cara en mi mano para que siguiera acariciándolo. 

-No quiero hacerte daño, es lo último que quiero. - alzó su mano para acariciar mi brazo - Estoy una época del año en el que me dan ataques de lujuria y lo único que quiero es tirarme a lo primero que se mueva. 

-Duras declaraciones, pollito - le sonreí- Me asustaste muchísimo, pero entiendo que no eras 100% tú, así que por esta vez te perdono. Pero si vuelve a haber una próxima vez te voy a pegar tal patada en los huevos que no vas a querer follar con alguien en tu puta vida. 

- No habrá próxima vez, lo prometo - noté que estaba nervioso por mi palabras. 

-Ven aquí - abrí mis brazos en señal de que viniese. 

Entró conmigo en la cama y se puso entre mis brazos para que los abrazase. Yo lo envolví con mis delgados brazos y él a mi con sus largas alas rojas. El silencio inundó la habitación, solo se escuchaban nuestras respiraciones, algo aceleradas. 

-Podría acostumbrarme a esto- me dijo hundiendo su rostro en mi cuello. 

-Creo que yo también- le acaricié el pelo y poco a poco me fui quedando dormida. 

En tu mirada (Hawks x Dabi x TN) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora