55

1.3K 91 24
                                    

Luego de hablar con Keigo, este se fue y yo volví a mi trabajo como profesora. Las horas pasaron rápidamente y pronto los chicos se despidieron para irse a sus habitaciones. Yo me reuní con Aizawa para comentarle lo que había hecho hoy con los alumnos, en lo que creía que habían mejorado y cosas que debían ser reforzadas un poco más. 

A: Perfecto, buen trabajo por hoy. 

-Igualmente...Aizawa. 

A: ¿Sí? - dijo amablemente. 

-Sé que estás preocupado y dijiste que ibas a ayudarme, pero si nos descansas vas a acabar muriendo tú. Por favor, ve a casa, duerme un poco. 

A: Debería, pero...

-No hay ningún pero que valga tu puta salud. - estaba enfadada. 

A: No es necesario que te preocupes. 

- No me jodas. 

A: Shin, me duele la cabeza no hagamos esto. 

- Por eso mismo deberías hacerme caso. Mira si no vas tú mismo a descansar, voy a ponerte a dormir yo de una patada. 

A: No me trates con tanta agresividad. - sonrió. - Vale, iré a descansar. 

- ¿Me lo prometes? 

A: ¿Tenemos tres años ahora? 

- ¿Me lo prometes, Aizawa Shouta? 

A: Te lo prometo. Anda, vete a tomar viento por ahí. 

- Sí, sí. No te preocupes que han venido a buscarme. 

A: Tened cuidado, hasta mañana. 

-Hasta mañana, pequeña oruguita. 

Me despedí y salí corriendo por los pasillos hasta llegar a la entrada. Había un hermoso chico, rubio ceniza, ojos dorados, alas rojas...Se giró y al verme se le formó una gran sonrisa. 

H: ¡Baby bird! - me saludó con la mano. 

Era inevitable no enamorarme cada día más de él. Me acerqué nos dimos un pequeño beso y salimos de la UA agarrados de la mano. Como siempre, emprendimos el vuelo rumbo a casa donde nos esperaba el otro trocito de esta familia. Fuimos hablando de cómo nos había ido el día, de lo que habíamos hecho después de vernos y en un abrir y cerrar de ojos, habíamos llegado a casa. 

- ¡Touya, ya estamos en casa! - le decía entrando por la ventana. 

D: ¡Bienvenidos, estoy en la cocina! - gritó. 

Nos quitamos los zapatos y fuimos corriendo a la cocina para darle un abrazo enorme al peliblanco, como siempre hacíamos. Le dimos un beso cada uno y ayudamos a poner la mesa y a servir la comida. Nos sentamos y le contamos a Touya nuestro día, él también nos contó el suyo. 

D: Tengo que irme ahora. - se levantó de la mesa. 

- ¿Ahora? ¿No es muy tarde? - me levanté detrás de él. 

D: Lo sé, pero durante el día no puedo moverme de aquí, por lo que tengo que irme y volver por la noche. 

H: Te acompaño, las cosas no está como para que vayas tú solo. 

D: Harías que me reconociesen más fácilmente. No os preocupéis, solo haré lo que hago siempre. 

-Entonces iré yo contigo, nos escondemos en las sombras...-le cogí de la mano. 

D: Tranquilos, no me va a pasar nada. - me acarició el rostro y me sonrió. 

- El móvil siempre en la mano y el localizador siempre encima, ¿vale? 

En tu mirada (Hawks x Dabi x TN) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora