Capítulo 9

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Araki Hanae.

Sus manos se sentían cálidas contra mi cuello, lo apretaba suavemente haciendo que mi grado de excitación se elevara cada vez más.

. -No podrás escapar nunca de mi, me perteneces - susurró en mi oído. - Tu cuerpo esta marcado por mi.

. -Ken-Kento - gemí su nombre en un susurró.

Abrí los ojos ansiado ver su rostro, ver el sonrojo de sus mejillas e incluso lo hinchado de sus labios.  Pero su agarré sobre mi cuello se hizo cada vez más fuerte y esta vez ya no era Kento quién me sujetaba.

Hikaru me miraba con fuego salvaje en sus ojos. -No podrás protegernos, solo nos condenaste.

Traté de zafarme, pues el aire cada vez se me iba mas.

Cerré los ojos un momento y cuando volvía abrirlos el agresor había cambiado.

. -Hubiera si do mejor si nunca regresaras, lo has arruinado todo - gritó Gojo apretando mi cuello.

No podía ni siquiera pensar, el aire me faltaba y sobre todo el miedo me invadía por sus palabras.



Desperté sentándome en la cama tan rápido que los mareos llegaron al instante.

. - Tranquila, todo esta bien - la voz de Kento hizo que lo mirará rápidamente. -¿Tuviste una pesadilla?

. - Sí - contesté agitada.

Él se acerco a la mesita de noche y me ofreció un vaso con agua, por supuesto que lo tome todo de golpe, esperando que las ganas de llorar se fueran.

. -Puedes . . . puedes contarme, claro si tu quieres - me miró algo incomodo.

Negué rápidamente con la cabeza, no podía contarle como mi sueño erótico con él, se había convertido en una pesadilla en la que aparecieron los demás. 

. -¿Podrías . . . podrías darme un abrazo? - mi voz sonó tan rota que temía que me fuera a desmayar otra vez. -Esta bien si no...

No pude terminar la oración, pues sus brazos ya estaban rodeándome, sosteniéndome tan fuerte como lo hacía en el pasado.

Me apegué a su pecho mientras las lágrimas salían sin control de mis ojos. Lo había extrañado tanto, su aroma, completamente a él. Su calor, sus brazos e incluso la forma en la que respiraba me hacían sentir segura.

Habían pasado muchas cosas antes, se que seguramente tendrá la mente llena de preguntas, que tal vez se sienta culpable porque ocupe su lugar, porque me sacrifique por él. Y aunque había dormido mucho, todo se sentía tan . . . tan extraño, ahora que Geto no estaba y que Kenjicu sabía de mi existencia, no  podía evitar pensar en volver alejarme de ellos. Solo para mantearlos seguros, para protegerlo a él.

. - Tranquila, estoy aquí - susurró mientras acariciaba mi cabello. -Nada de eso era real, ahora yo estoy aquí.

Traté de dejar de llorar y me despegue un poco de su pecho para poder mirarlo a los ojos.

Seguía siendo el Nanami Kento que yo recordaba. Sus facciones se habían endurecido y se formaban unas cuantas arrugas cercas de sus ojos, su barbilla y mandíbula seguía siendo tan pronunciada y perfecta como antes. Pasé mis manos por todo su rostro contemplándolo, porque me era casi imposible creer que estuviéramos así.

. -Te cortaste el cabello - dije esbozando una débil sonrisa.

. - El tuyo esta más largo - contestó inspeccionando mi rostro. -Hanae, yo. . .

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