Especial de Navidad.

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En está realidad no existen chamanes ni nada por el estilo. En una situación ¨normal¨ donde tanto Satoru como Nanami son padres de Megumi y Itadori.

Para Nanami no era nada fácil, mucho menos cuando tenía que cuidar de un pequeño pelirosa de un año.

Su hijo adoptivo, Yuji Itadori.

El pequeño llevaba alrededor de unos cinco minutos llorando. Nanami no sabía lo que tenía, estaba apunto, al borde de la locura y desesperación.

. - Vamos Yuji, no llores ¿Qué es lo que te pasa? -  preguntó el rubio angustiado.

El timbre de la puerta sonó, angustiándolo más. Tomó a su pequeño en brazos  y se dirigió a abrir.

Detrás de la puerta estaba una feliz y sonriente Hanae, quién había decidió visitarlos. Hanae era niñera de Yuji desde que nació, así que no era raro verla por ahí.

A Hanae se le borró la sonrisa al ver a Nanami tan desesperado y casi se le partió el corazón con el llanto de pequeño Yuji.

. -¿Pero que es lo que le pasa? ¿Esta enfermo? - preguntó Hanae tomando al bebé en brazos.

. - No losé, ha estado llorando por cinco minutos -  sonó preocupado. - ¿Lo llevó al hospital?

. - No hace falta -  la chica negó con la cabeza, dirigiéndose a la habitación. - Ven conmigo, trae ropa seca y cómoda para él.

Las horas pasaron, Nanami y Hanae pasaron alrededor de una hora bañando al pequeño Yuji, quién se calmó al sentir el agua cálida y ligera sobre su piel.

Justó ahora estaban mirándolo dormir, en brazos de ella por supuesto. Él rubio estaba atento en cada movimiento que la chica hacía.

. - Estaba llorando porque quería un baño, a veces lo necesitan para relajarse -  le aconsejo con la mirada fija en el bebé. - Quería estar cómodo y cálido.

 Nanami asintió. - Tú sabes hacer que las personas se sientan cómodos y sobre todo tu calidez.

Hanae asintió algo ruborizada.

. - Y usted siempre es dulce, atento y muy dedicado con todo -  respondió con algo de timidez.

. - Oh vamos - negó Nanami suavemente.

. - ¿Qué? Creí que era la hora de hacer cumplidos.

La vista de ambos volvió a el pequeño, quién se removía en brazos de la chica.

. - Mirelo, no se como puede ser tan hermoso -susurró ella. - No puedo entender como alguien tan pequeño y inocente puede robarme el corazón.

. - Es el encanto de mi hijo - respondió Nanami acariciando la mejilla de Yuji. - Como no amar a un alma tan pura y buena.

El silencio volvió a reinar el lugar, pero no de una manera incomoda, se sentía como si todo el mundo estuviera en calma. Como si no existiera nada más en el mundo, que aquellas tres personas en la habitación.

Hanae se levanto de la silla y llevo al pequeño Yuji a su cuna. Ambos lo cobijaron y lo observaron unos cuantos segundos antes de pasar a la sala.

. - De verdad que no sabía que hacer, de no haber sido por ti . . . 

. - No fue nada, supongo que fue bueno hacerle caso al presentimiento que tenía - interrumpió ella sentándose en el sillón. - Usted hace un buen trabajo, cuida muy bien de su hijo.

. - Gracias, de verdad -  se sentó él al otro extremo del sillón. -¿Por qué sigues tratándome de usted? Sabes que puedes llamarme por mi nombre.

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