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Capítulo 23

Nanami Kento.

Estaba de mal humor, porque tenía que dejar a Hanae para ir a una extraña misión con Ino a los alcantarillados.

Dejar a la chica que amo por unas maldiciones, no sonaba nada bien. Tampoco se veía muy bien, porque había alrededor de cincuenta maldiciones rondando por el lugar.

Por supuesto  que esto era obra de Mahito. Esa odiosa y enferma maldición.

Quería pasar el mayor tiempo posible con mi chica, hacerla reír, hacerla sentir mejor y que se olvidará de las cosas que la angustian.

Mentiría si dijera que no me afectaba el hecho de no haber compartido mi energía con ella, y todo porque . . . no estoy todo el tiempo a su lado.

Salía a buscar la posible solución para su falta de energía, para que no tenga que depender de otra persona toda su vida. 

Que la maldición que ahora era parte de Geto no la viera como un blanco fácil.

Solo quería mantenerla segura, que viviera en paz después de lo que tuvo que pasar. Que viva la vida que se merece.

Iba de caminó a mi apartamento, para ducharme y cambiar la ropa que llevaba ahora, que estaba empapada de sangre. Cuando mi teléfono sonó, recibiendo una llamada de Satoru.

  - ¿Qué pasa? - pregunté, deteniéndome.

 - Tienes que venir, han hecho un ataque sorpresa a la preparatoria -  respondió apresuradamente - Tengo la ligera sospecha de que crearon esas maldiciones como distracción, definitivamente no te querían aquí.

- ¿Están todos bien? ¿Hanae está bien? - suspiré, apretando el volante con mis manos.

 - Estamos bien, los chicos fueron los que se llevaron la sorpresa - lo escuche suspirar - Está en la enfermería, cuidando de los chicos.

 - Menos mal que las cosas no pasaron a mayores. ¿Ella está herida?

 - No es nada grave, solo se lastimo un brazo.

 -  Voy para allá - retome el carril para ir hacía la preparatoria - Llegó en quince minutos.

 - De acuerdo, te espero aquí - finalizó la llamada.

Aumente la velocidad con la que iba conduciendo, juró que si se atrevieron a ponerle una mano encima, se lo lamentaran y tendrán que vérselas conmigo.

Busque entre mis contactos, para dejarle una serie de mensajes, avisándole que iba hacía allá.

No me importaba si los de Kioto aun estaban ahí y sobre todo, si se enteraban de lo nuestro.

Bajé del auto apresuradamente y me dirigí hacía su habitación.

Toque la puerta un par de veces, pero nadie respondió. Incluso la llame por teléfono, pero tampoco respondió. Entonces recordé que Satoru había dicho que estaba en la enfermería y me dirigí hacía allá.

Cuando llegué, solo estaba Shoko, recargada en la pared. Contemplando a sus alumnos.

. - Hola - toque la puerta ligeramente. -¿Sabes dónde esta Hanae?

. - Hola - me saludo, acercándose a mí. - Dijo que iría a bañarse, seguramente está en su habitación.

. - No lo está, vengo de allá y nadie está en la habitación - aclaré bastante confundido. - Le he llamado al celular y tampoco me responde.

Shoko arrugo el entre cejo en confusión.

. - Que raro, estaba aquí hace unos minutos y en cuanto vio tus mensajes salió - explicó preocupada.