Capítulo 22.

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Narrador Omnisciente.

Que todos esperaran pacientes a que alguno de los dos grupos de los chicos terminaran con las maldiciones, era extremadamente angustiante.

Llevaban al rededor de dos horas, desde que todos se encontraron.

Gakuganji por fin había conocido a la familia Okazaki, no dejaba de preguntarse el como todos esos niños habían sobrevivido al escape en Alemania. Y aun más importante, su ambición se regocijaba al saber que si habían logrado salir de ese lugar, probablemente albergaban poderes únicos. 

Por supuesto que Hanae no dejo que se les acercara de más, Setsuna y Kai estaban al tanto de la intolerancia y desconfianza que tenía Hanae hacía Gakuganji, aunque no sabían la razón en concreto, tomaron sus precauciones para mantener su distancia junto a los gemelos.

Por supuesto que se hicieron preguntas y se cuestiono su credibilidad. Preguntaban el como Hanae tenía una hermana de la que nadie sabía, pero dejaron pasar el hecho, pues realmente no habían investigado a Hanae cuando era una estudiante. Esa ventaja la tomaron los Okazaki, comprando y creando papeles falsos en los que se demostrara que Setsuna si era parte de su familia.

La actitud de todos hasta cierta parte era aterradora.

Estaban demasiado callados, pero eran lo suficientemente amables los unos con los otros, como si quisieran causarles terror.

Se acordó que ninguno de los Okazaki entrarían a la competencia, si bien acababan de integrarse a Tokio, no era justo para los de Kioto que el numero aumentara.

Así que tanto como Setsuna y Kai, no participaron. Estaban sentados en el sillón con Seiji y Nori a su lado, expectantes a los papeles que estaban pegados en la pared.

En cambio, con Rin había sido toda una experiencia. Hanae tuvo que usar el vinculo que mantenía con la bebé para que entendiera que no podía desparecer ni aparecer mientras estuviera fuera de casa y ni hablar de cambiar el color de su cabello. 

Al parecer lo había entendido y justo ahora se encontraba en los brazos de Hikaru, durmiendo plácidamente.

. -¿Kento fue con Ino a una misión? - preguntó Meimei, llamando la atención de todos.

. - Sí, fue a una misión en los alcantarillados - respondió Gakuganji. - Se reportaron varias maldiciones en ese lugar.

. - Entonces se va a perder el evento - susurró desilusionada.

Satoru miró a Hanae de reojo, quién se encontraba recargada en el hombro de su esposo.

. -¿Puedo cargar a su bebé? - Meimi sonrió con falsedad, mientras Rin se removía.

. - No le gusta que la molesten mientras duermen - respondió Hanae con seriedad. - Tampoco le gustan los extraños.

. - En eso se parece a ti - se rio Satoru, ganándose un codazo de parte de Hanae.

. - Pudiste dejarla con la niñera de los Zenin - sugirió Gakuganji, haciendo que Hanae lo mirará mal.

. - Ambos sabemos que eso no habría sido una buena idea - intervino Yagga. - Los niños están mejor con su madre.

. - Rin siempre sabe comportarse a cualquier lugar al que vaya - contestó Hanae. - ¿De que me serviría ser tan fuerte, si no puedo cuidar de un bebé?

. - Y me tiene  a mi - explicó Hikaru. - Nunca dependeremos de otras personas para cuidar a nuestros hijos.

La sala volvió a quedarse en silencio.

Hanae apretó la mano de Hikaru en busca de su apoyo.

Satoru estaba peleándose con Utahime, quién le había lanzado un vaso con té y este había caído al suelo, momentos antes, sin impactarse contra el rostro de Satoru.

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