Capítulo 4

395 35 14
                                        

Akari Hanae.

Megumi estaba sentado frente a mí, con las lágrimas desplazándose por sus mejillas. No me gustaba verlo llorar, sentí como un agujero se abría en mi pecho cada vez que una nueva lágrima abandonaba sus ojos.

. -Pero mira que grande estas - solloce tomándolo de las mejillas. - Gojo te ha criado bien, están tan guapo y fuerte - le sonreí débilmente. - Verte de esta manera hace que mi corazón se llene de orgullo.

Se puso de pie para acostarse a lado de mi, con su cabeza en mis piernas.

. -No puedo creer que estés aquí - me miró fijamente mientras acariciaba su cabello. - Creí que jamás volvería a verte ¿Por qué no volviste, Nane?

Sonreí con ternura al escuchar mi apodo salir de sus labios, apodo que el me había puesto cuando era apenas un niño. No podía pronunciar mi nombre de manera correcta, así que a la hora de repasar los nombres con Gojo, le había dicho que le era más fácil llamarme Nane.

No podía contarle toda la verdad, ni con lujo de detalle porque sería difícil para él aceptarlo.

. -¿Recuerdas que me reclutaron en una escuela de hechicería? - pregunte mirándolo brevemente.

. - Sí - afirmo con los ojos cerrados.

. -Pue todo fue una mentira - confesé. - Al parecer me ha vendido una especie de laboratorio, era un laboratorio infernal.

«Hacían experimentos con nuestra energía maldita, nos sometían a pruebas espantosas donde no importaba cuanto daño sufriera tu cuerpo, solo importaba el hecho de si salías vivo de ahí. Yo no era la única persona ahí, pero si una de las mayores.

Había niños, bebes recién nacidos que eran victimas de los terribles juegos. Tuve que sacrificarme muchas veces para que a ellos no les pasara nada, gane una cicatriz nueva por cada desobediencia y rebeldía.

Como mujer, mi instinto por proteger a las más pequeñas que yo, siempre estaba alerta. El hecho de que mi cuerpo fuera madurando no pasaba desapercibido para ninguno de esos hombres, hice cosas que no. . . que no hubiera imaginado jamás.

Soporte este infierno durante tres años, cuando iba a cumplirse el cuarto decidimos escapar. Unir nuestras habilidades para enfrentarnos a nuestros verdugos; éramos quince, de los cuales ocho solo pudimos escapar, para tener una vida mejor.

Cuando salimos descubrimos que estábamos en Alemania, no paso mucho tiempo cuando establecimos nuestra residencia en los Estados Unidos. Tenía que encargarme y cuidar de todos, hacer lo posible para que tuviéramos una vida mejor.

Pasaron los años en lo que fuimos formando lazos unos con otros hasta considerarnos una familia. Había tenido tanto miedo de venir, de no saber como ibas a reaccionar, de si me extrañabas tanto como yo siempre lo hacía.

Porque cuando estaba en mis días más oscuros en esa prisión y sentía que me iba a rendir, pensaba en ti Megumi, en que aun había alguien que me esperaba aquí afuera. »

Él no dijo nada, pero podía ver lo tenso que estaba su cuerpo y lo fuerte que apretaba sus manos sobre su abdomen. Se giró y me rodeo con sus brazos, recargando su cabeza en mi abdomen.

. -Lo siento, lo siento mucho Nane - sollozó. -Siento mucho que hayas tenido que pasar por cosas tan horribles, siento haber pensado que nos había abandonado, que me habías abandonado de la misma forma que mis padres lo hecho hecho.

. -No llores, nada de esto es tu culpa - lo abracé. - Nada de eso importa ya, no tienes que disculparte. Lo que importa es que ahora estamos juntos.

New TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora