💮El pescador 💮

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Querido padre:

Las sirenas detestan a los pescadores tanto como los pescadores detestan a las sirenas.

Hace no mucho te contado del dichoso Prosciutto y como ya te he dicho antes es maravilloso, es muy atento, inteligente y amable, sin embargo, es muy ruidoso y has de imaginar que poca es mi paciencia ante la gente que grita. Aunque son muy raras ocasiones canta pero cuando él lo hace y canta muy bonito uniéndose a todos nosotros con jovial alegría, desafortunadamente su verdadera función es dirigir a todos los niños del coro ya que como me cuenta Prosciutto el pobre padre de la iglesia solo es un hombre con la vocación equivocada en el lugar equivocado en una época de su vida equivocada, un verdadero desastre y mi gran amigo en un fiel gesto de empatía sólo lo ayuda "por la voluntad de Dios", lo que en realidad se trata de un soborno con el diezmo de la parroquia, sin embargo mi amigo se defiende diciéndome que cualquier labor es digna siempre y cuando no se lastime a nadie, yo por supuesto no puedo contradecirle.

Es esa la razón por la que Prosciutto siempre está muy atareado por las tardes, el pobre va de arriba a abajo haciendo todas las tareas del cura, claro a excepción de dar misa o sonreír a la gente al momento de dar sermón, apesar de eso siempre encuentra tiempo para mi y por eso le quiero tanto

Además de esas lecciones que mamá se esfuerza tanto en darme él cada día sorprende con tantas cosas interesantes que saca de libros y recortes, desde el libro de las sirenas el me ha permitido llevar otros a casa y siempre que está conmigo sabe cómo hacerme sonreír.

Aunque bueno todos tenemos defectos y no me malinterpretes, quiero mucho a mi amigo pero tal y como lo vi la primera vez hay algo muy malo con él, siempre es extremadamente reservado y callado en los peores momentos.

Hace una semana cuando llegó a nuestro lugar de encuentro se mostró con la muñeca derecha rota y el rostro lleno de cortes y moretones, un pulcro yeso de color azul claro totalmente limpio cubría la mitad de su brazo, se negaba a dar mirada a todo el mundo, incluso a mí, además se movía tan dolorosamente al caminar que cualquier excusa que nos diera no podríamos creer que solamente hubiera sido una caída.

Me llenaba de dolor verlo de tal forma, en sus ojos vidriosos pude ver no quería pronunciar palabra pero como cada día no se marchó antes de poder hablar conmigo, insistió fuera yo la primera en firmar su delicada curación, me prometió que así "estaríamos a mano", el me sonreía esforzándose en hacerme feliz pero yo no podía, yo simplemente no pude.
El me juraba estar en paz a pesar de que sus ojos no estuvieran de acuerdo con esa mentira, estos querían en llanto pero él no se los permitía.

Recuerdo muy vivamente como esa tarde absolutamente todos miramos con preocupación a Prosciutto pero el nos ignoró todo el tiempo, incluso el padre que se había mantenido sin quehacer todo ese tiempo se levantó de su asiento para auxiliar a mi amigo. Estaba muy preocupada por él y no me abstuve de demostrárselo aún así nunca dejó nada en claro puesto que además de reservado tiene esa maldita manía de hablarme tal y como mamá y Pericolo hacen siempre en este tipo de situaciones, condescendientemente como si yo no entendiera nada.

No hay nada que me moleste más en este mundo que me hablen como a una estúpida, si bien comprendo soy tan solo una niña soy capaz de comprender tantas cosas que ellos mismos se niegan a ver, no pueden mentirme pues yo sé cuándo las cosas malas pasan. Prosciutto notó mi descontento por lo que trató de calmarme alegando que yo era demasiado joven para entender sus problemas pero no es asi, alguien lo está lastimado y él se lo está permitiendo.

Se que ante todo el asunto no tiene nada que ver conmigo pero no soporto me mientan y mucho menos si se que esa mentira involucra lastimen a quien amo.

Esas tardes me permitió lo acompañara hasta su trabajo con la costurera así aunque rompiera las reglas que mi mamá había dictado yo estaría más tranquila sabiendo que estaba bien a mi lado pero todo cambio de repente cuando un maldito pescador apareció en las escaleras del edificio, Prosciutto me hacía entender de todas las maneras que de esa amistad nada tenía que ver con un pescador más yo supe no era verdad, las sirenas detestan a los pescadores.

No te estoy mintiendo cuando te digo que esa cosa es aterradora, era mucho más grande a diferencia de tantos jóvenes que alguna vez había visto y tenia esos escalofriantes ojos rojos dignos de infierno capaces de atemorizar a cualquiera además siempre portaba ese rostro de total seriedad que parecía que carecer de sentimientos, lo que intento decir es que desde que llegó él Prosciutto no negó ninguna de sus peticiones "permíteme ayudarte", "te acompañaré hasta casa", "no te esfuerces mucho, por eso estoy yo aquí", yo no me hubiera molestado pero yo fácilmente podía intuir el pescador sabía el gran misterio de mi amigo y aún así no hacía nada al respecto, lo odié y lo odio tanto como no puedes imaginar.

Soy consciente que no tengo ningún derecho sobre mi nuevo amigo pero es que ver al pescador me llena de tal disgusto que me hace enojar por razones que desconozco, hay ocasiones en las que enserio he rogado no vuelva a por nosotros pero como evidentemente alguien en el cielo me odia él vuelve todos los días sin falta. Todos esos días en que Prosciutto se llega retrasar su pescador le espera  sentándose a mi lado en el pabellón, se supondría yo en ese momento debería irme e ignorarlo pero tú comprendes  mi problemática, él me mira, yo lo miro y aunque no digamos nada tenemos muy en claro ambos nos disgustamos, las sirenas detestan a los pescadores tanto como los pescadores detestan a las sirenas.

Aún así se que el nisiquiera me nota, a sus ojos no soy más que una espectadora de su vil tragedia y yo no puedo hacer otra cosa más que quedarme callada, él me mira, yo lo miro y nuestros mundos son totalmente ajenos.

Me parece totalmente increíble como a pesar de querer y jurar cariño a la misma persona nos sentimos tan ajenos uno del otro, no le estoy pidiendo fraternidad, tan solo pido me dejen proteger a mi único amigo.

Es que él me ama de una forma distintame dice Prosciutto cada vez pero sé muy bien no puedo verlo como un rival con el que peleo el cariño de mi buen amigo, puedo estar en paz sabiendo que a este no se le pasaría por la cabeza hacerle daño, además estoy segura de que si alguien intentara ofender a Prosciutto el pescador estaría ahí como fiel guardián suyo cosa que mantiene tan tranquila hasta el momento.

Aunque toda esa incertidumbre que rodea a ese gran misterio es algo que no me deja descansar, cuando me siento amenazada al menos tengo la certeza de que mamá o Pericolo velarían por mi bienestar pero en la delicada situación de Prosciutto  presiento que además del pecador está sólo, tengo la sensación de que él se siente sólo. Se muy bien no debo hacer que una situación ajena se trate de mí pero esto me duele hasta cierto punto por qué no hay momento en qué yo no expresé mi comprensión y empatía hacía él, lo estimo demasiado y aunque me lastime verlo triste y herido me lastima aún más pensar que para él yo no soy digna de su confianza.

Como Pericolo hace semanas ha salido de viaje por su trabajo he intentado hablar de esto con mamá, admito al principio fue muy complicado pues mamá estaba muy sorprendida al escuchar que "había un muchacho en mi vida", me avergüenza ella le de esa connotación pues para mí tan solo es una buena amistad, sin embargo, estaba desesperada por ser bien aconsejada.

Le he dicho todo aquello que acabo de de escribirte y aunque ella dudó terminó por confesar mi situación le traía tantos recuerdos de ti.

Mamá dijo algo cómo que guardar secretos era más común de lo que yo imagino y que generalmente se guardan a quien más amas ya sea por pudor o vergüenza y eso lo sé pero por más que se galardone  para mí suena como algo nefasto que no se debía hacer a ninguno por más que se amara.

Aún así ella se mantuvo, “entiendo tu molestia mi amor, pero cuando quieres mucho a alguien no quieres perturbar esa imagen que se tiene de ti, tal vez sea esa la razón por la cuál Prosciutto no quiere sepas eso de él”

Mamá me atrapó, ganó mi comprensión con aquella concepción pero yo creo en la sinceridad pues qué sería del amor si no existiera la confianza?, yo creo en la verdad y la verdad es que yo estaré ahí para Prosciutto para cuando él esté listo para hablar conmigo.

Yo estaré listo para cualquier verdad.

Te quiere mucho Trish 🌸

Diario de una mártirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora