💮 Té de menta 💮

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Querido padre:

Mi hogar es un museo de aromas y sabores, mi hogar es un convento, mi hogar es el confinio.

No hay momento más mágico en mi día que la hora del baño, cada vez que me sumerjo en la tina mamá desabrocha su sostén y de sus senos caen mágicos pétalos blancos que danzan divertidamente mientras desprenden un precioso aroma dulce. Desde hace tantas noches no he vuelto a mi habitación mientras que nuestras últimas semanas fueron de paz y calma aún pude percibir el caos, mi madre que lucía intranquila y notablemente preocupada, ella luchaba por mostrarse serena y yo por tranquilizarla pero está vez nada podía hacer por ella. 

Una noche como otras vino a visitarnos Pericolo, traía pastel y olía a tabaco, estaba nervioso.

"De ninguna manera" objetó mi madre, "No tomaré tu dinero", estando al corriente de todos nuestros problemas decidió apoyar a mamá, "la habitación ya nisiquiera está en renta" ella en cambio estaba totalmente reacia y no era que no quisiéramos que Pericolo, lo adoramos con todo nuestro corazón, fue simplemente que mamá pensó aceptar su propuesta sería aprovecharnos de su nobleza. Ésto sólo inició un absurdo juego de ida y venida, "no habría para mí mayor gusto que estar a su lado","por favor Pericolo, eso sería demasiado" estaban tan inmersos en su charla de adultos que apenas notaron que estaba ahí.

La fortuna es nula para mí, soy excluida de todas esas discusiones en las que realmente me interesa estar involucrada pero en ese momento a mis dos dichosos amores les interesó mi opinión, "tú tienes la última palabra mi amor" me dijo mamá, fue en ese momento que descubrí por qué yo no era parte de las charlas importantes. Las palabras se me atoraron en la garganta y mis pensamientos se hicieron poco claros pues los ojos llenos de anhelo de ambas partes se clavaron en mí, yo solo no quería decepcionar a ninguno.

El hecho de que en éste momento Pericolo sea quién descansa tranquilo en el sofá mientras escribo esto deja en obviedad mi respuesta pero en ese instante en que expresé mi deseo por mantener a mi abuelito aquí hizo que mi madre me dedicará una mirada preocupada, preocupada, no consternada, no triste, no decepcionada, preocupada. Pese a que mamá sostuvo en todo momento que mi desición no fue errada, aún así no pude evitar sentirme ansiosa.

Por algunos días supuse había cometido un gran error pues mamá se mantenía un tanto temerosa, de cualquier forma nuestra convivencia no representó ningún problema, Pericolo nos ayudó en todo lo que pudo y siempre fue cortés y amable como usualmente suele ser, esa paranoia que le quitaba el sueño a mi mamá se disipó en muy poco tiempo y de nuevo volvió a sonreír mientras que las mejillas se le enrojecían y los ojos se le iluminaban, el hecho de ver a madre feliz me llenó de tanta alegría y cualquier molestia o problema que nos intrigara pronto careció de importancia.

Cuando Pericolo se mudó con nosotras trajo mucho menos cosas de las que yo imagine, aún me cuesta creer que pudiera sobrevivir con cuatro valijas y que dos de ellas sólo estuvieran llenas de libros, aunque no durmiera en casa estos primeros meses siempre se esmero por ser el primero en darme los buenos días y eso es algo que nunca va a dejar de agradarme.

A pesar de que no tengamos ningún inconformidad viviendo juntos sé que hay algo que le disgusta en gran manera a Pericolo, el penetrante olor a menta del té por la tarde, cada vez que mamá pone el té él y yo fruncimos el ceño con desagrado, sin embargo él se muestra mucho más incómodo, preocupado, triste, es como si algo muy malo estuviera ocurriendo frente nuestro y él fuera obligado a permanecer como un simple testigo hasta la desgracia haya pasado. En más de una ocasión he cuestionado ésto pues a mí también me desagrada el té de menta pero pienso que no es un asunto tan grave cómo para reaccionar de esa forma, Pericolo siendo Pericolo siempre evadió el tema recordándome lo joven que soy como para entender asuntos de está índole.

Mi hogar es un museo de aromas y sabores, mi hogar es un convento, mi hogar es el confinio, todas las veces en que la incertidumbre me aqueja ninguno parece estar dispuesto a hablar hasta que soy realmente insistente, esto no me gusta pues no quiero molestar a nadie y mucho menos parecer imprudente pero tengo el derecho a saber de los asuntos que me afectan directamente y considero que el té es uno de ellos.

Después de hacer la misma pregunta repetidas veces a Pericolo por fin me concedió respuesta que me permitiera conciliar el sueño, siempre me agrada sea él quién me explique estás cosas, las dice de una forma tan suave y respetuosa que me hace sentir como una niña pero nunca una estúpida; "Piensa en lo que más te gusta" —el turrón de almendras—, "ahora piensa en a quién más amas" —mamá, Pericolo, Prosciutto y por supuesto que tú papá—, "quiero que pienses en cómo se sentiría estar alejado de eso que más amas" —nunca me he detenido a pensar en lo que sería estar lejos de mamá o Prosciutto, en cambio veo muy seguido a Pericolo pero de ti, nisiquiera reconozco tu rostro—, "por último quiero que pienses en lo que le darías a esa persona cuando venga hacía a ti" —cada vez que vuelve Pericolo lo recibo con golosinas o flores recién cortadas pero por más que pienso no tengo idea de cómo te recibiría a ti—, "piensa que cada vez que estés lejos la persona que más te ama te recibirá con aquello que más te gusta, piensa que tú esperarás con lo que más le gusta al que tú más amas", en este mundo la única persona a la que más ama mi mamá y ahora mismo se encuentra lejos eres tú, ahora piensa que todas las tardes mamá pone ese té de menta que tanto te gusta esperando a que vuelvas, ella piensa en ti cuando lo hace, ella lo hace por qué te ama, ahora comprendo.

Mi hogar es un museo de aromas y sabores que apenas hoy termine de comprender, mi hogar es un museo de aromas y sabores y todos ellos tienen una razón, ella te ama, yo te amo y simplemente no podemos dejar de quererte aunque tú no estás aquí, si tan solo supieras todos estos perfumes son dedicados  a ti.

Con todo esto lo último que pretendo es reprocharte tus ausencias, no deseo tomes a mal mis confesiones o ideas aunque se que de lo que yo escriba no leerás ninguna palabra, sólo quiero que sepas lo mucho que mi madre y yo te extrañamos ademas quiero sepas lo mucho que nos haces falta, mi hogar es un museo de aromas y sabores y cada uno tiene razón, cada uno es para ti pues nunca te hemos olvidado, por favor y te pido por favor, regresa pronto y con bien pues todos nosotros esperamos con ilusión tu llegada.

—te quiere mucho Trish 🌸

Diario de una mártirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora