💮 Interrogatorio💮

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Querido padre:

Entonces desperté y él seguía en casa.

Cada vez al despertar Pericolo aún descansaba en casa, no se ha marchado de viaje como suele hacer cada mes y no quiero sonar ingrata pero por una vez en mi vida yo realmente desee que se fuera.

Sentí una atmósfera realmente extraña cuando mamá conoció a Prosciutto, yo realmente no pude entender el problema pero ella lucía igual de consternada como si hubiera visto a un espíritu a la cara.
Nunca he dicho esto antes pues temo me lo tomes a ofensa pero mamá es como un radiador de emociones, si ella llora, todos lloramos, si ella se preocupa, todos nos volvemos presas de nuestra propia conciencia y pese que ella intenté ocultar sus emociones nunca ha funcionado, al final Pericolo y yo siempre nos damos cuenta, lo que intento decir es que ella intentó ocultar su inconformidad pero no pudo, y ese mismo movimiento se le ha contagiado a Pericolo.

Juro siempre he intentado ser lo más educada e integra posible pero te estaría mintiendo si te confesara no haber rodado los ojos al menos una vez cuando mamá o Pericolo intentaban interrogarme con respecto a Prosciutto, fue un grave error haberlo mostrado a mi madre, antes de hacerlo nadie nunca antes pensó nada malo sobre él.

Yo me rehusaba a hablar pues más bien era que no tenía nada que decir para calmar todas esas ideas perversas pero de repente y mágicamente Pericolo se vió más interesado en mis rutinas y si bien disfrutaba de nuestras lecturas en grupo me era extremadamente innecesario él tuviera que seguirme a todas partes cuando tenía que salir ya que él miraría a Prosciutto con severa acusación y yo rogaría al señor me cayera un rayo en ese mismo instante.

Yo nunca creí que esté asunto se haría tan grande como lo hizo pero como puedes suponer es está la razón por la que te estoy escribiendo esto. Cualquiera de estas tardes Pericolo como siempre me acompañaba al coro pues nuestro acuerdo mutuo ahora me permitía salir siempre y cuando tuviera compañía, lo que significaba que mis cuidadores vigilaban mis movimientos y aunque no me molestara demasiado en un principio era claro que no podía ignorar ese aura hostil que siempre se formaba cuando Prosciutto se agregaba a nuestra ocasión. Esa tarde en particular Prosciutto traía trenzando el cabello en un bonito botón como los que me hacía mamá, tranquilo barría la entrada ajeno de cualquier problema y al verme sabiendo del problema que se estaba gestando prefirió ignorarme, no podía culparlo, mi intención era pasar de él, omitir mi saludo o respeto con tal de que de no traerle más disgustos a mi pobre amigo, desgraciadamente Pericolo no retrocedió.

Tan sólo pude ver como se acercó a nosotros de forma peligrosa para hacernos una invitación, obviamente Prosciutto desistió, naturalmente tenía mucho trabajo y después de todo yo tenía una clase a la que asistir, aún así Pericolo no se dejó convencer y nos arrastró a ambos hasta una cafetería de la cual yo no estaba segura de su existencia, mi amigo sólo me miraba preocupado y lleno de intriga mientras que sus ojos me rogaban respuestas, sin embargo, yo estaba tan en blanco como él en ese momento.

Por una fracción de segundo Prosciutto y yo nos encontramos solos, el se acercó a mi y me preguntó "¿Qué está pasando?", ¿Necesitas diga algo por ti?", "¿Acaso hay algo que no quieras que mencione? ", yo no supe que responderle por qué incluso yo desconocía el rumbo que la situación estaba tomando. Pericolo nos separó tan pronto nos vio hablando juntos.

Reitero, al inicio no creí Pericolo fuera capaz de hacer algo así pero tan rápido nos sentamos la atención se dirigió Prosciutto, desagradable y agresivo, un montón de preguntas que hasta cierto punto yo también comencé a considerar de mal gusto fueron arrojadas a mi mejor amigo que aunque no me mirara; y eso es algo que enserio agradezco, en cada momento sentí su incomodidad.

Te prometo que en un momento quise detener el horrible proceso pero no sé me permitió. Con esa forma de hablar que denota orden al mismo tiempo que entre susurros delata amenaza me ordenó ir por pañuelos, no los necesitaba, simplemente me quería lejos, yo no pude negarme.

Mire a Prosciutto pidiendo permiso como si fuera yo la única que podía contener a Pericolo, supe entendió mi gesto pues asintió con una cálida mirada, no quería dejarlo.

No sé qué hizo, no sé qué pasó, regrese lo más rápido que pude pero cuando lo hice Prosciutto se estaba yendo furioso de nuestra de mesa, en cambio Pericolo estaba ahí, petrificado y con el rostro colorado, no supe que se dijo pero puedo darme una idea de lo nefasto que pudo haber sido.

No he hablado con Prosciutto éstos días, no tengo el valor suficiente como para verlo a la cara, aún sigo molesta con mamá y Pericolo.

No quiero ser terca pero te pido comprendas mi postura, después de Ramona no he vuelto a tener un amigo que sea realmente genuino conmigo además de Prosciutto y es injusto, es sencillamente injusto que por un problema que nadie tuvo descendencia de explicarme ahora lo pierda, se que problablemente en este momento me mires de forma patética pero es la verdad, la única razón por la que aún tengo el entusiasmo de salir es él. Sé que en algún momento, en alguna hora del día alguien no me mirará con desprecio, alguien no será condescendiente conmigo, alguien será honesto, alguien estará genuinamente preocupado por mí, ahora no hay nadie.

No quiero hablar con mamá, no quiero ver a Pericolo pues se que cuando estén frente mío yo tan solo sentiré furia. Ya no quiero verlos.

Mamá ha intentado disculparse conmigo pero no quiero escuchar y esto me rompe el corazón pues en estos días es la vigilia de su cumpleaños, sé que tú no vendrás, como siempre y que ella por ende permanecerá triste.

Prosciutto no volverá y del mismo modo estoy segura de que tú tampoco lo harás.

No es justo.

No es justa la forma en que trataron a Prosciutto.

No es justo mamá pase triste su propio cumpleaños.

No es justo pierda lo único que solía tener.

No es justo que tú no estés aquí.

No creo nada más sea justo.

Diario de una mártirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora