💮Adultos mayores💮

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Querido padre:

Hay cosas que nisiquiera a ti puedo contarte, por favor perdóname.

Los días han sido extraños y cada vez estoy más confundida, tengo mas dudas que respuestas pero yo no puedo cuestionar. Recién es víspera de año nuevo pero tan pronto fue nochebuena he emprendido el primer viaje de mi vida al lado de Pericolo y el inicio de este me ha dolido profundamente. La mañana en que te marchaste fue mi límite, mi madre se negaba a hablar y cada vez discutían más escándalos, como siempre las cosas malas sucedían mientras yo les era ajena, te confienso no ha sido apatía, al contrario, estaba decepcionada, te habrías ido sin quiera adiós decirme y por primera vez en toda mi vida sentí no me amabas lo suficiente, madre y Pericolo no dejaban de reñirse siempre tan enigmáticos y siempre tan reservados, la gente mayor nunca dice verdades y tengo certeza de ello, es ahora que comprendo esto como un suceso absurdo pero no puedo evitar llorar cada vez que pienso en eso.

En este viaje he dicho tantas mentiras que empiezan a secarme la boca, he falseado mi nombre, mi edad e incluso mi propia fe pero a nadie parece importarle, es como si fuera eso lo que se espera de mí, es como si todo lo que hubiera aprendido en esta vida careciera de importancia pues ellos anhelan escuchar algo distinto y de alguna forma eso abre un gran hueco en mi pecho que hasta este momento no he podido llenar.  Anoche descubrí la todos estos adultos hablar, siempre guardando secretos nunca confiando entre ellos mismos haciendo de su charlas vacías una hazaña patética en el que no quisiera verme involucrada pero mi sorpresa fue aún mayor cuando miré a Pericolo siendo parte de tan desgastante dinámica, no puedo describirte la sensación pues debiste verlo tu mismo para entenderme, él encajaba tan maravillosamente en tal ambiente que fácilmente podría mezclarse y de no conocerlo yo genuinamente hubiese pensado lo disfrutó, sin embargo, no es así, yo se cuánto odia fingir, sonreir por obligación, lo conozco lo suficiente como para saber que él no pertenecía al panorama. Esa noche yo simplemente no pude seguirle el ritmo, me sentí asqueada aunque es en este momento en el que sigo siendo incapaz de mencionarte lo que tanto he odiado de todo esto.

Siempre dude de la labor de Pericolo aunque yo realmente nunca estuve dispuesta a cuestionarlo, ruego no me malinterpretes, aún lo quiero con todo el cariño que es capaz de dar una hija a su padre pero me cuesta mirarlo de la  misma forma después de todo lo sucedido, anoche que hemos asistido a una de sus tantas fiestas y le he confesado mi lástima, creí que sería adecuado, yo realmente imaginé que si tan sólo él supiera no tendría que fingir conmigo se sentiría más tranquilo pero no fue así, fue un error pensar de esa manera, tan pronto he hablado él se ha reído de mí. "Es la lástima ese sentimiento de débiles que no quieren reconocer el karma de sus ajenos", me ha reprendido y ha dicho que nunca más debería sentir lástima, y mucho menos por él.

Pericolo tiene esa maldita costumbre de hablar con simbolismos pero esa frase suya la he entendido perfectamente a la primera escucha, sencillamente me es complicado, no puedo imaginar ese acto tan malo que pudo haber hecho como para no merecer mi lástima, él no ha dicho más, se ha negado ha hablar después de eso y ciertamente no extraño su voz pues aún después de su sermón siento esa lástima incorrecta que me califica de cobarde, siento mucho más lástima de la que estoy dispuesta a compartir. Siento lástima por Pericolo, siento lástima de mi madre, siento lástima de mí misma e incluso de ti.

Ahora me doy cuenta de lo mal que esta todo, de lo horrible que son adultos y lo dolorosas que son las despedidas que nunca se llegaron a pronunciar, he esperado toda una vida por ti y tú simplemente te marchaste.

Pero aunque yo lo quisiera no puedo permitirme derramar ni una sola lágrima, debo mantenerme inquebrantable igual que hace Pericolo, igual que lo hace mamá, pues eso es lo que forja la virtud de una dama, es lo único que alguien cómo yo puede hacer. De hacerlo Pericolo dejaría de estar preocupado, madre lloraría menos y tal vez algún día tú considerarías volver a casa.

Hace demasiado frío, esté año esta apunto de terminarse y todo se ve tan mal, no quiero regresar a casa pues temo al juicio de mi madre que bien sé me merezco.

Yo realmente creí que lo estaba haciendo bien, yo realmente lo intenté, he hablado demasiado rápido otra vez.

Pronto comenzará el año nuevo y no creo que cuando las campanas suenen tenga yo una oportunidad nueva.

Diario de una mártirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora