—¡¡¡Aún no estoy lista!!!— gritó furiosa la niña desde el cuarto de baño
—¡Perdóname, no era mi intención¡— se excusó el adulto apenado mientras cerraba la puerta
Donatella, Trish y Pericolo se alistaban tan rápido como podían, siendo esa noche la anterior de nochebuena las personas estaban hechas un caos y ellos tres al igual que cualquier familia respetable debían presentarse a la misa celebrada en honor del santo del niño. Donatella salió del cuarto de junto enfadada de tanto luchar contra la bragueta de su vestido
—¡Pericolo!— lo llamó ella —¿crees podrías ayudarme?
—si claro—
Ambos miraron en dirección al baño
—¿Acaso Trish aún no termina?— preguntó la madre curiosa
La pequeña llevaba ya varios minutos encerrada sin pedir ayuda a alguno de ellos dos
—Ya la conoces, ella siempre desea verse bien en este tipo de salidas
—¿Y desde cuándo te has vuelto tan indulgente con respecto al tiempo Pericolo?, según recuerdo no hay cosa que odies más que te hagan esperar
—No tengo prisa Donatella, bien sabes no soy creyente y tú tampoco
Donatella no estaba del todo convencida
—Entonces, ¿por qué tenemos que presentarnos?, todo sería más sencillo si celebramos solo nosotros tres
Pericolo la miró preocupado, la madre lucía nerviosa y poco dispuesta a la salida, después del terrible susto que se había llevado cuando la novicia atacó a su hija no podía evitar sentirse vulnerable e indefensa en eventos tan ostentosos como al que acudían
—Permanece tranquila, está vez estoy aquí para acompañarlas y mientras estén conmigo no dejaré nada malo les pase, además no puedes aislarte a ti y a tu hija para siempre
Donatella le sonrió de una forma tenue aún inconforme pero más tranquila al mismo tiempo que la niña por fin había salido del baño
—Estoy lista— anunció entusiasmada
Los mayores le prestaron atención, se encogieron a su altura y permanecieron, Donatella atando correctamente el listón de su vestido y Pericolo aguardando pacientemente mientras la niña hacía el nudo de su corbata
—Antes de irnos debes ponerte los zapatos— comentó su madre
Trish en cambio miró su brillante calzado con desagrado
—Hace demasiado frío está época del año— se adelantó Pericolo —entonces las sandalias no son una opción
—No va a ser por mucho tiempo, te lo prometo
Trish los miró una vez más a ambos esperando así hacerlos ceder pero al no hacerlo ninguno corrió rápidamente a vestirlos
—Nos presentamos, convivimos, tomamos la foto y regresamos a casa— dijo Donatella para si misma
—Y tan pronto notemos algo sospechoso volveremos, deja de preocuparte
Estando juntos cada uno guardó su carta de disculpa en el bolsillo de su abrigo, Trish estaba muy segura de que esa noche encontraría a su amigo. Durante el camino Pericolo la cargó sobre espalda, ella llena de emoción sonreía radiante mientras los adultos hablaban tranquilos, como era de esperar no pudieron presenciar la ceremonia completa.
A las afueras del templo carpas de alegres colores bañadas por la luz festiva se levantaban orgullosas por todo el lugar, los niños del coro entonaron perfectos villancicos y por un momento la más joven se sintió triste
ESTÁS LEYENDO
Diario de una mártir
Fanfic💮🌸💮🌸💮🌸💮🌸💮🌸💮🌸💮🌸 A la mártir de está historia le doy mi vida, ven a mí querida mía pues con ilusión espero tu pronta llegada, tu cruenta burla de desgracia apresura tu viaje ya que el destino es impaciente mi dulce dama. 💮🌸💮🌸💮🌸💮�...