| Capítulo 35 |

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Roma.

Jack se acerca hasta la cama y gatea hasta quedar a mi lado izquierdo, agarra a Queso y lo baja de la cama haciendo que lo mire con el ceño fruncido. Termina su piña y se acuesta sobre sus codos mirándome a un par de centímetros de mi cara.

—  ¿Qué? —  Digo al ver que me mira sin decir una palabra.

—  Eres hermosa —  Susurra haciéndome sonrojar.

—  Tú también – Sonrío.

—  ¿Soy hermosa? —  Pregunta burlón.

—  Hermoso, eres hermoso —  Jack sonríe y se acerca dándome un beso. Mis labios se mueven a perfecta sincronía con los de él y el zoológico de mi estómago hace fiesta. Bajó sus labios por toda mi mandíbula llegando hasta mi cuello dónde deja besos mojados que me hace suspirar y estremecer.

Su mano viaja hasta el cierre de mi pijama y sin darme cuenta estoy solo en mis bragas, ya que no llevaba sostén. Se levanta y se sienta sobre mi regazo mientras con su boca chupa y lamé mis pechos. Mi sexo húmedo palpita por su atención. Suelto un quejido cuando sus labios jalan un pezón con fuerza.

Cierro mis ojos cuando su cuerpo baja hasta mis muslos y mete su mano entre mis bragas encontrando mi sexo húmedo, sus dedos empiezan a recorrer con mucha lentitud cada rincón de mi intimidad haciéndome sentir frustrada.

—  Jack —  Jadeo cuando sus dedos encuentran mi botón y comienza a jugar con él. Mis manos agarran con fuerza las sábanas cuando acelera sus movimientos, su otra mano masajea mis pechos mientras siento como introduce dos dedos de golpe en mi interior haciéndome gemir en alto. El sonido encharcado cada vez que sus dedos entran y salen de mí hace que por un segundo me llene de vergüenza. Cuando estoy a punto de llegar al máximo placer sus dedos salen de mi sexo dejándome desesperada.

—  Amor —  Me quejo abriendo los ojos y mirando su rostro serio.

—  De rodillas en el suelo y quítate las bragas —  Su tono autoritario que pocas veces he escuchado me estremece todo el cuerpo. Sin alegar me pongo de rodillas en el suelo y deslizo las bragas por mis piernas cuando se aparta de mis muslos. Inclino mi cabeza hacia atrás para mirarlo cuando se acerca en mi dirección. Saca su camisa de un solo tirón cosa que me hace tragar saliva al ver su figura tan alta e imponente parado al frente de mí. Su abdomen parece una barra de chocolate y como todo el mundo sabe, a mí me encanta el chocolate.

¿Me puedo comer este chocolatito?

Siento mis mejillas calientes al verlo quitarse su cinturón y desabrochar sus pantalones. Me remuevo nerviosa, ya que nunca eh echo un oral.

—  Estoy aquí para enseñarte linda —  La voz ronca de Jack me hace sentir más tranquila.

Baja sus pantalones junto con su bóxer, junto mis labios con fuerza al ver ese miembro tan grande. En la punta tiene un poco de líquido preseminal que me hace salivar y pasar la lengua por mis labios, me remuevo un poco cuando siento mi humedad bajar por mis muslos.

—  Solo lame y chupa, ten cuidado con tus dientes —  Dice mientras señala su miembro con los ojos.

Nerviosa me acerco y lo agarro con una mano, está muy duro y pesado. Jack pone su mano encima de la mía y comienza a moverla de arriba a bajo. Con un poco más de confianza me acerco y comienzo a dejar besos húmedos por todo su falo haciéndolo gruñir. Arriesgándome decido meter la cabeza de su miembro en mi boca y comenzar a chupar.

—  Cuidado con los dientes cariño y aprieta más tus labios —  Dice retirando su mano y dejando su miembro a mi disposición. Hago lo que me dice y escucho uno de los gruñidos más calientes del mundo. Su miembro entra en mi boca menos de la mitad, la parte que no entra en mi boca la masturbo con mis dos manos haciéndolo gemir. Una de sus manos viaja hasta mi cabello y lo agarra en un puño para acelerar el ritmo del oral, una arcada me invade cuando mi boca cubre hasta la mitad de su miembro.

POLIAMOR MILITAR [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora