| Capítulo 11 |

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Roma.

Al escuchar la voz rápidamente me aparto de los labios de Raven.

Miro hacia las escaleras y en ellas se encuentra Dan con las cejas alzadas y en su boca una perfecta O.

Siento que mi cara quema de la vergüenza y seguramente tengo los labios hinchados por el beso.

Mantengo mi vista al lado opuesto de donde está Dan.

Trágame tierra y escúpeme en Marte.

—  ¡Diablos hermano! No sabía que… bueno… se estaban besando... —  Exclamó Dan.

—  Ya...

—  Me hubieras avisado para no interrumpir. Ya sabes... —  soltó apenado.

—  Claro, la próxima vez te aviso telepáticamente que me daré un beso con alguien —  ironizó Raven.

Mientras ellos mantenían una conversación como si yo no estuviera a unos centímetros de Raven mi cabeza era un caos.

—  Conejita.

La voz de Dan me sacó de mis pensamientos.

Levanté mi cabeza en su dirección.

—  ¿Para mí no hay beso conejita? —  dijo divertido haciendo un morrito con sus labios en mi dirección.

En este momento yo no tenía vergüenza, la vergüenza me tenía a mí.

Miré a Raven pidiendo un poco de ayuda para salir de esta vergonzosa situación.

Los ojos de Raven detallaron cada parte de mi cara hasta que por fin lo entendió.

—  Deja de molestarla —  se dirigió a Dan sin ninguna expresión en su cara.

—  Y ahí está, el Raven amargado que todos conocemos —  Dan soltó un exagerado suspiro nostálgico.

Raven solo lo miró con una ceja alzada y negó con su cabeza para después mirarme.

Apreté los labios en señal de nerviosismo.

—  Tengo que irme, nos vemos luego —  se acercó y dejo un pequeño beso en mi mejilla logrando que me temblara hasta el alma.

Solo asentí ya que no me veía capaz de hablar.

—  ¿Al fin no me vas a comer el morro? —   preguntó Dan confundido.

Raven negó con la cabeza y subió su mano hasta la oreja de su compañero arrastrándolo hacia las escaleras.

—  Auch, Raven duele joder —  se quejó Dan como un niño chico.

Solté una risa ante la divertida situación y como no tenía hambre me acomodé en mi cama para descansar.

Mis últimos pensamientos antes de quedarme dormida fueron el beso de Raven.

***

Bella.

En esta parte de mi vida me siento como la peor persona de este puto mundo.

He tenido que robar a mi propia amiga para poder ayudar a mi mamá, sé que si le pidiera a Roma dinero me lo daría, pero siempre he sido de aquellas personas que piensan que cada guerrero luché en su propia batalla.

Desde pequeña he tenido una vida difícil y hablo más que todo por lo económico, ya que no vengo de una familia adinerada.

Mi madre siempre hizo lo posible por sacarme adelante, ya que en este mundo siempre hemos sido las dos.

POLIAMOR MILITAR [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora