| Capítulo 45 |

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Roma.

—  ¿Llegan muy tarde? —  Pregunté mirándolos con un puchero.

—  Estaremos aquí antes de media noche, lo prometo —  Dijo Dan abrazándome.

—  Está bien, estoy ansiosa por abrir los regalos —  Señalé el montón de regalos que estaban debajo del árbol.

Ya teníamos todo preparado para este 24 de diciembre, pero el Kuit llamó a mis chicos diciéndoles que tenían un caso urgente en las oficinas de la FMEU.

—  Compramos algo que te hará mucha ilusión —  Sonrió Wes haciendo que Ángel y Raven bufaran.

—  Tenemos que irnos —  Se acercó Ángel y dejó un caliente beso en mis labios.

—  Los quiero —  Dije después de besar a cada uno.

—  ¡Nosotros a ti! —  Respondió Jack desde la entrada principal para luego escucharse un portazo.

—  Nos quedamos solos —  Dije mirando a Queso que estaba hecho bolita en el sofá.

El reloj marcaba las 8:00 P.M. cuando me acosté al lado de Queso, no tenía que preocuparme por la cena, ya que Wes se encargó desde temprano en cocinar un pavo al horno, el cual únicamente yo tenía que sacarlo cuando el horno sonara. Luego de cuarenta y cinco minutos la alarma del horno sonó, me levanté con Queso siguiéndome y saqué el pavo del horno el cual olía de maravilla. Volví a la sala y me acosté en el sofá mirando el fuego de la chimenea, mis ojos no tardaron en cerrarse ante el ambiente de tranquilidad.

—  Conejita —  Susurró una voz muy lejana —  Conejita —  volvió a susurrar mientras sentía un leve empujón en mi hombro —  Conejita, vamos a cenar —  Sentí un cosquilleo en mi mejilla el cual me hizo removerme.

—  ¡Roma! —  El grito de Raven me sobresaltó haciendo que mis ojos se abran de golpe y quede sentada en el sofá.

—  ¿Qué pasa? —  Dije mirándolo preocupada y asustada mientras mi mano acaricia levemente mi pecho tratando de calmar mi respiración.

—  A cenar —  Gruñó mirándome.

—  Porque me levantas as... —  Gruñí mientras lo miraba, apreté mis labios al ver lo que traía puesto.

—  Si te ríes me lo quito y lo tiro a la chimenea —  Gruñó dando la vuelta y saliendo de la sala. Una suave risa a mi derecha me hizo voltear la cabeza en esa dirección, Dan estaba agachado a un lado del sofá.

—  Los obligué —  Sonreí al ver su pijama de unicornio mientras que la de Raven era de un dragón negro.

—  ¿Todos tienen pijama? —  Pregunté mirando a Dan y este asintió, no dudé en levantarme corriendo en dirección a la cocina donde se escuchaban murmullos. Coloqué mis dos manos en la boca con fuerza para no reírme al verlos a todos envueltos en pijamas.

Jack tenía una pijama de oso panda, Wes era un gatito amarillo y el de Ángel era un cocodrilo.

Wes al verme entrar me sonrió al igual que Jack, pero Ángel y Raven me miraron mal. Sentía que en cualquier momento iba a estallar por aguantarme las ganas de reír.

—  Adelante, ríete —  Gruñó Ángel pasando por mi lado con el pavo en sus manos. Como si fuera una orden solté mis manos de mi boca y las carcajadas resonaron con fuerza por todo el lugar, mientras más los veía más me reía y por si fuera poco Wes, Jack y Dan se unieron a mis carcajadas.

—  Si te sigues riendo te vas a orinar —  Gruñó Raven y no estaba equivocado, tomé respiraciones profundas para calmar mi risa. Luego de cinco minutos que me calmé, Dan me dio un vaso de agua en cuál no dudé en tomarme.

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