Dan
— ¡¿Conejito?! — Escucho el fuerte grito de mi niña en la planta superior del pent - house.
— ¡Abajo! — Grito mientras revuelvo los huevos con tocino que me obligó a hacer Wes.
— ¡Ven! — Gritó nuevamente Roma.
— ¡Ya voy! — Apago el sartén cuando los huevos están cocinados para luego salir de la cocina y subir las escaleras entrando en nuestra habitación — ¿Qué pasa amor? — Digo al verla sentada en la cama restregando sus ojos con las manos en forma de puño. Sus brazos se elevan en mi dirección esperando a que la cargue.
— Pareces una bebé — Digo mirándola divertido con una ceja enarcada.
— Amor — Se queja al ver qué no me acerco — llévame — Sonrió y camino hasta sentarme en el borde de la cama, Roma se acerca por mi espalda, enrolla sus manos en mi cuello y sus piernas por mi cintura. Me levanto y llevo mis manos a sus nalgas sosteniéndola. Bajo las escaleras con ella agarrada a mi espalda como un koala.
— Hola cielo — Saluda Wes cuando entramos por la puerta de la cocina.
— Hola amor — Sonrió.
Me acerco de espaldas a la barra para dejar a Roma sentada en ella, pero no me suelta y se aferra más a mi cuerpo.
— ¿Qué tienes, cielo? ¿Te duele algo? — Le pregunta Wes mientras prepara el café del desayuno. Roma niega con la cabeza. Trato de dejarla nuevamente en la barra y por fin se sienta en ella, suelta sus manos de mi cuello y giro mi cuerpo para mirarla aún teniendo sus piernas en mi cintura.
— ¿Mis otros chicos? — Preguntó.
— Ya vienen, están arreglando algunas cosas con Price — Respondí y en ese momento escuchamos la puerta principal — Hablando de los reyes de Roma — Mi conejita soltó una risa al escuchar su nombre en el refrán.
— Hola linda — Dijo Jack dejando un beso en la frente de Roma.
— ¿Ya te lavaste los dientes? — Habló Ángel mirándola. Roma se sonrojó y negó con la cabeza — Ve a lavártelos, no te voy a besar — Roma hizo un puchero mirándolo y yo aproveché para besar su tierno puchero.
— ¿Me acompañas? — Me preguntó y yo asentí ayudándola a bajar de la barra.
— Hola mi reina — Dijo Raven entrando por la puerta principal.
— Hola amor — Saludó lanzando un beso en dirección a Raven.
Me agarró de la mano y me jaló hasta el baño de nuestra habitación. Tomé su cepillo de dientes y le coloqué crema, mostré mis dientes en su dirección para que me imite y eso hizo. Le lavé los dientes y cuando fue el turno de su lengua sin querer hice que le dieran algunas arcadas.
— Casi me haces vomitar — Dijo abrazándome por la cintura y dejando un beso en mi pecho desnudo que era hasta donde alcanzaba por su estatura. Miró hacia arriba y yo hacia abajo, se puso en punticas de pies y yo reí inclinándome hacia adelante para plantarle un beso en sus labios.
— ¿Te quieres bañar ya o más tarde? — Pregunté.
— ¿Te bañas conmigo? — Preguntó.
— Si quieres — Me encogí de hombros y ella asintió.
Se apartó de mí y bajó el cierre de su pijama dejándose solo en bragas. Me relamí los labios y bajé mi pantalón de pijama. Roma sonrió y caminó hasta la ducha dónde abrió la llave y soltó un chillido por el agua fría. Reí y la seguí entrando detrás de ella. Mi cabeza se inclinó hasta llegar a su cuello dónde comencé a dejar pequeños besos que la hicieron estremecer, sus ojos se cerraron cuando lanzó su cabeza a mi pecho dejándome más acceso a su cuello. Mi mano izquierda acarició sus pechos mientras la derecha abría paso en sus bragas. Soltó un jadeo cuando mi dedo encontró su botón y comenzó a jugar con él, sus manos estaban aferrados a mi brazo derecho mientras enterraba sus uñas. Mi mano izquierda se enrolló en su cintura y de un solo movimiento la hice girar quedando su espalda recostada a la pared. Mis rodillas se doblaron hasta quedar en el suelo, mi mano dejo su botón para subir al borde de sus bragas y bajarlas, miré hacia la cara de mi conejita, tenía sus mejillas sonrojadas, pupilas dilatadas del placer, su boca estaba entreabierta y su respiración era agitada, verla así hizo que mi polla se levantara más de lo que estaba. Agarré su muslo derecho y lo pasé por encima de mi hombro, me acerqué a su entrepierna, Mi conejita y yo gemimos al mismo tiempo, Roma por el placer que mi lengua provocaba y yo por el delicioso sabor de sus jugos. Sus manos se aferraron a mis hombros cuando dos de mis dedos entraron a su canal, con mi otra mano la sostuve de su cadera para que no se cayera cuando llegara al orgasmo. Roma trato de cerrar las piernas cuando mis dedos y lengua aumentaron la velocidad en su entrepierna.
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POLIAMOR MILITAR [+18]
Action¿Qué ocurre cuando no sabes que carrera elegir? La respuesta es fácil ¿No?. La pelirroja italiana Roma Bianci, eligió su carrera de una forma muy peculiar, una noche con ayuda de sus amigos crearon un juego para ayudarla en su futuro. ¿Qué pasará cu...