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— Te echaré de menos Ryu. — Digo apretándole en un fuerte abrazo.

— Has sido la mejor compañera de cuarto que he tenido. — Me abraza de vuelta, se separa de mí y mira a Jisung.

— Ha estado bien. — Dice encogiéndose de hombros con una leve sonrisa.

— Ha estado bien. — Asiente ella con lágrimas en los ojos y una sonrisa en la cara. — No os olvidéis de mi. — Vemos cómo el autobús llega frente a nosotros.

Niego con una sonrisa mientras noto como las lágrimas también suben a mis ojos. La vemos montarse en el bus y como se aleja perdiéndose por la carretera.

— Vaya, se me va a hacer raro no ver a Ryu por aquí. — Suspira Jisung.

— Por lo menos no tendré que compartir más habitación. — Digo intentando ver el lado positivo.

— No tienes corazón, se acaba de ir y lo único que te preocupa es compartir habitación.

— No es verdad. — Golpeo su brazo sabiendo que solo quiere molestarme. — Mi cuarto va a estar ahora muy vacío. — Comenzamos a caminar hacia la residencia.

— Yo te puedo hacer compañía si te sientes sola. — Pasa un brazo por mis hombros y me mira levantando repetidamente las cejas.

— Depravado.

— Me voy a entrenar. — Dice cuando llegamos a las puertas de la residencia.

— ¿Hoy? Es viernes, no te toca entrenar. — Digo extrañada.

— Que mona, te sabes mi horario de entreno. — Me despeina y se separa de mí mientras yo reniego. — Mañana es el partido y tengo que entrenar el doble.

— Suerte entonces. — Me estiro levemente para dejar un beso en su mejilla. Al separarme y ver su cara asombrada frunzo el ceño. — ¿Qué pasa? — Pregunto extrañada.

— Es la primera vez que me das tu un beso. — Se toca la mejilla con una sonrisa.

— Aprovéchalo porque después del partido lo dejamos. — Sonrío.

— Siempre arruinando momentos bonitos. — Me mira mal mientras se aparta la mano de la mejilla.

— Si ganas el partido, salimos dos semanas más. — Propongo espontáneamente.

¿Por qué lo propongo? Pues... No se, supongo que es entretenido estar cerca de Jisung cuando no está siendo un egocéntrico, si, será eso.

— ¿Enserio? — La sonrisa vuelve a su cara. — Espera ¿Qué te hace pensar que quiero seguir dos semanas más? — Se cruza de brazos intentando parecer duro.

— ¿No quieres? No pasa nada, lo dejamos este fin de sem-

— Era una broma, si quiero. — Me interrumpe. — Llego tarde, adiós Yoon.

— Adiós. — Le miro unos segundos y al ver que no se mueve resoplo sabiendo porque. Tiro levemente del cuello de su camiseta para dejarle a mi altura y darle otro beso en la mejilla. Sonriente se marcha mientras yo entro en la residencia.

Entro a mi cuarto vacío mirando la cama de Ryu, suspiro sentándome en la silla de mi escritorio. Mi vista se desvía hacia mi móvil.

¿Debería llamar a mi padre?

Creo que es lo correcto.

Me armo de valor cogiendo el móvil y marcando su número.

— ¿Hola? — Hablo cuando cogen el teléfono.

¿Sí? — Escucho la voz de mi padre al otro lado de la línea haciendo que me tense inconscientemente.

— Papá soy Yoon ¿Puedes hablar ahora?

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐞 ⊹ 𝐏. 𝐉𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora