sɐɔnꞀ

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— DEJA DE HUIR. — Sigo corriendo detrás de Jaemin hasta que por fin logro alcanzarlo y lo tiro al suelo, quedando a horcajadas sobre él. — Maldito cerdo. — Le doy un golpe en el pecho mientras el ríe. — SABÍAS QUE ME IBA A APUNTAR. — Le doy otro golpe. — POR ESO QUERÍAS QUE FUERA A VERTE. — Antes de que le dé otra vez agarra mis muñecas.

— Nunca viene mal estar en una actividad extraescolar, que mejor que estar en una conmigo.

Me levanto mientras me sacudo la ropa, él se levanta de un salto.

— Jaemin, te aprecio, pero ya no podemos ser amigos.

— Dramática. — Rueda los ojos.

— No se nadar ¡¿Como voy a estar en un equipo de natación si no se nadar?!

— Pues aprendes. — Comienza a caminar hacia la residencia, después de unos segundos le alcanzo.

— ¿Por qué no hay chicas?

— Como te imaginas todas las chicas aquí están locas por Jisung, el chico malo del equipo de fútbol. — Baja la vista hacia mi. — Todas quieren ser animadoras o jugar al fútbol para estar cerca de él.

— Pero tu también eres popular, además en natación hay chicos sin camiseta ¿Cómo no hay ninguna chica?

— Hace años había un equipo femenino, pero la capitana sufrió una lesión grave en uno de sus hombros, lo que provocó que dejará el equipo. Después varias chicas se pelearon por ver quién sería la nueva capitana, lo que hizo que la entrenadora disolviera el grupo.

— Eso es una estupidez, podría haber hecho otro grupo ¿Si me ha obligado a mi porque no obliga a otras chicas?

— Pero no lo hizo. — Se encoje de hombros. — Eres la única chica que se ha presentado en el gimnasio desde entonces.

— No me lo creo. — Frunzo el ceño.

— Me da igual lo que creas ahora estás en el equipo de natación. — Pasa un brazo por mis hombros mientras arrastra la mano por el aire pronunciando "equipo de natación".

— ¿Qué hacéis? — Haechan se une a la conversación colocándose a mi lado.

— ¿Vienes del entrenamiento? — Pregunto al verle con ropa deportiva.

— ¿Qué crees? — Levanta las cejas.

— Antipático. — Me cruzo de brazos.

En ese momento mi teléfono vibra en mi bolsillo trasero, lo cojo mientras Haechan y Jaemin discuten sobre dónde van a cenar. Me asombro al ver el nombre de "padre" sobre la pantalla, acepto la llamada con la esperanza de que me diga que me echa de menos.

— ¿Papá?

— Yoon ¿Puedo hablar contigo?

— Claro.

— ¿Estás con alguien? — Seguramente haya escuchado a mis dos amigos gritar. — Diles que se vayan. — Pongo una mano sobre el micrófono del móvil para taparlo.

— Tengo que hablar con mi padre, luego nos vemos.

— ¿Vas a venir a cenar con nosotros? — Pregunta Jaemin.

— Claro, mientras no tenga que pagar nada. — Digo sonriente. Rueda los ojos, Haechan vuelve a tirarme del pelo para luego alejarse. — ¡Te he dicho que no es una maldita peluca! — Se ríe mientras se va. Me siento en uno de los asientos de las mesas de ajedrez mientras destapo el micrófono. — Ya estoy sola.

— La directora me ha llamado. — Paso una mano por mi cara, ya se como va a acabar esto. — ¿Me puedes explicar porque le has tirado natillas a un chico? — Dice en su tono serio habitual.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐞 ⊹ 𝐏. 𝐉𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora