soʇɐԀ

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El chico pasa por un costado de Jaemin, dándole ligeramente en el hombro. Cuando este está a punto de meterse en el ascensor, una chica sale de mi habitación.

¿¡Hay más!?

— ¡Jisung! — Se acerca hasta él, nosotros seguimos andando hasta quedar frente a mi puerta. — Se te olvidaba la chaqueta cariño. — Ella le da una chaqueta negra junto con un beso. — Adiós. — El chico se sube al ascensor sin hablar y desaparece en el. Ella vuelve a su habitación y al vernos delante de esta se para a saludarnos. — ¡Hola! ¿Eres la nueva? Me han dicho que iba a llegar una chica hoy.

— Si, soy Yoon. — Saludo ligeramente con mi mano, de repente ella se tira encima de mi abrazándome.

Que incomodo.

— ¡Genial! ¡Por fin tendré una compañera! Me aburro mucho aquí sola.

Y tan sola, acaba de salir un tío de tu habitación.

— ¿Podríais daros un poquito de prisa? Todavía queda parte de la visita. — Dice Jaemin cortante, lo cual es raro porque hace 5 minutos se estaba riendo conmigo en el ascensor.

— Claro. —Dice ella. — Me llamo Ryu, pasa. — Sonrío levemente entrando a la habitación.

Hay dos grandes camas con sábanas blancas, separadas por una ventana enorme a la altura de mi cintura. A los costados de estas, hay dos mesitas negras con unas pequeñas lámparas. Dos armarios blancos, demasiado grandes para mi, a cada lado de la habitación y un escritorio negro acompañándolos. El suelo es una gran alfombra gris y las paredes son de un blanco brillante, como recién pulido. Un lado de la habitación está totalmente revuelto mientras que el otro está completamente ordenado. Me dirijo hacia los pies del armario del que supongo es mío y dejo ahí las maletas. Ryu se tira de plancha en su cama desecha.

— Nos vemos luego. — Dice ella alegre mientras mira su móvil.

— Adiós. — Me acerco a Jaemin que está recostado en la pared del pasillo y cierro la puerta detrás de mi. Empiezo a caminar junto a él de vuelta al ascensor. Le miro para ver que sigue con un rostro serio, así que le doy un leve golpe en las costillas distrayéndolo. — ¿Qué te pasa sonrisitas? — Él esboza una pequeña sonrisa, descruzando los brazos.

— Es una larga historia, puede que algún día te la cuente. — El ascensor se para en la planta baja y salimos, sigo a Jaemin hasta la entrada de la residencia. — Ahora, amiga mía, vas a ver la mejor parte, el estanque de patos.

— ¿Patos? — Pregunto asegurándome de que he escuchado bien, él asiente provocando que lleve las manos a mi boca asombrada.

— ¿Te gustan? — Dice riendo mientras empezamos a caminar.

— ¡¿A quién no le gustan?! — Cojo su muñeca y empiezo a sacudirla.

— Vale, vale cálmate me vas a dislocar la mano Yoon. — Suelto su muñeca mientras río ligeramente.

Después de unos minutos andando por el ancho camino de piedras entre el césped llegamos a un sitio precioso. Los cerezos rodean un pequeño estanque limitado por rocas, hay un puente de madera enano, pero suficientemente grande para que pase una persona. Observo el lugar atentamente hasta que un pato capta mi atención. Reprimo un grito para no asustarle mientras me acerco lentamente al borde del estanque, me pongo de cuclillas frente al pato blanco y estiro mi mano lentamente. En el momento exacto el que le toco la cabeza, un balón cae en el agua espantando al pato. Levanto la cabeza lentamente para ver al culpable, que por suerte no ha llegado a mojarme.

— Acabas de espantarle el pato, estaba interesante. — Jaemin le dice al chico que se ha acercado corriendo detrás del balón mientras ambos se chocan las manos.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐞 ⊹ 𝐏. 𝐉𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora