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Llegamos a la oficina de la directora, saca de su mochila dos botes de pintura en spray y me lanza uno.

— ¿Qué vas a hacer con esto? — Digo alarmada mirando el bote entre mis manos.

— Redecorar un poco ¿No te parece que la oficina está muy sosa? — Me mira sonriendo malvadamente mientras agita el spray. Veo como empieza a pintar una de las paredes, dibujando una rana.

— Yo creo que te espero fuera. — Digo mirando indecisa la lata entre mis manos.

— De eso nada. — Se acerca a mi y coge mi mano sosteniendo el bote en ella acercándola a la pared. — Saca tu lado artístico Lee. — Le miro durante unos segundos pensando en sí realmente vale la pena.

Si la directora se entera se lo contará a mi padre y acabo de hacer las paces con él, no me gustaría que se enfadara de nuevo.

— No te preocupes, mientras esté yo no te va a pasar nada. — Dice como si pudiese leer mi mente.

Miro la pared apretando la boquilla del spray, dejando un punto negro en esta. Escucho su risa y como camina hacia otra pared para pintarla.

Comienzo a pasar la pintura por toda la pared, dibujando cosas aleatorias.

— No sabía que podías dibujar jirafas. — Habla Jisung viendo uno de mis dibujos.

— Es un gato. — Le miro mal.

— Alguien necesita clases de dibujo.

— Cállate.

— Bueno, creo que ya podemos irnos.

Salimos de la oficina pasando por los pasillos. Mi corazón se para y se acelera al escuchar unos pasos.

Cojo la mano de Jisung parándole, asomo mi cabeza por la esquina del pasillo viendo como un hombre con una linterna se acerca.

— Es el guardia de seguridad. — Susurro asustada hacia él, veo como sus ojos se abren con sorpresa.

— ¿Hay alguien aquí? — Habla el hombre.

— No. — Contesto inconscientemente. Jisung me mira con los ojos apunto de salirse de sus cuencas.

— Ah bueno, me había parecido escuchar a alguien. — El hombre da media vuelta y se marcha. — Un momento ¡No podéis estar aquí! — Vuelve a paso rápido hacia nosotros pero ya es tarde porque hemos empezado a correr.

Con la respiración agitada llegamos a uno de los baños, entramos cerrando la puerta y encerrándonos en uno de los cubículos. Por suerte las puertas no tienen espacio por abajo así que nuestros pies no se ven.

La puerta del baño se abre de golpe y escuchamos los pasos pesados del guardia. Veo como Jisung pone un dedo frente a sus labios indicándome que guarde silencio.

Ni que fuera a ponerme a cantar ahora.

— No me pagan lo suficiente para seguir a mocosos por los pasillos. — Reniega. Abre la puerta de uno de los cubículos. Intento controlar mi respiración para que no nos escuche.

¿Por qué habré aceptado venir con él? Sólo me trae problemas.

De repente noto como Jisung se acerca a mi y coge mi mano. Con su otra mano tira su lata de spray por encima de la puerta, mandándola a la otra punta del cuarto de baño y desviando la atención del guardia. Cuando escucha sus pasos alejándose salimos rápida pero silenciosamente del cubículo.

Me señala la ventana para que salte por ella y como no hay muchas opciones más para escapar, le hago caso.

— ¡Eh! ¡No te muevas! — Escucho la voz del señor una vez que estoy fuera.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐞 ⊹ 𝐏. 𝐉𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora