𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎

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Caminaba por un pasillo, como de un museo. Sentía un olor de casa, a perfume de hombre y a lirio de agua verde.

Difrutaba ese olor así que sólo cerré los ojos y aspire tanto como mis pulmones me permitieron y disfrute del olor.

Solté el aire antes de abrir los ojos y observar los cuadros.

Había cuadros de familia, siempre de cuatro y compuesto por un padre una madre y dos niñas. Había flores. Campos.

Y había cuadros de músicos.

Cuadros famoso cono la mona Lisa, la noche estrellada o las meninas.

Y más lejos en el pasillo divise una puerta de madera vieja.

La toque y era lisa pero aún así podía notar la forma de la madera aún fría y fresca.

Abrí la puerta a un campo con un lago a los lados.

Al final del campo un chico de espaldas a mi.

Corrí por la curiosidad pero algo me lo dificultaba.

Mire a mis pies y vi un vestido morado de muchas capas de seda y levante la falda para comprobar que efectivamente tenía unos tacones negros.

Me despoje de los tacones tirandolos al lago y quedaron en un nenufar.

Ahora si me agarre el vestido y corrí al desconocido.

Antes de llegar me pare y el chico de pelo azabache se giro.

Comenzaron a llamarme y yo solo miraba a todos lados sin ni siquiera haber visto el rostro de aquel chico, que aún seguía quieto.

Mire al chico. Damiano. El no movía los labios mientras mi nombre continuaba sonando, acompañado por un sonido de pájaros.

-Mia povera Coraline.- dijo Damiano por primera vez en todo el sueño.

Y como si la propia frase fuera mágica, mis pies desnudos comenzaron a sentir como si el suelo se agrietara y mire abajo antes de caer al vacío.

Desperté sobresaltada y mire a mi padre quien me observaba de pie.

-Llegarás tarde al trabajo.-dijo mi padre.

Apague la alarma de sonidos de pájaros y le mire.

-Ahora voy, necesito una ducha.- dije sintiendo como sudaba.

Como un sueño tan corto me había hecho sentir tanto sentimientos a la vez.

Segura, feliz, confundida, traicionada, triste, incluso me acababa de sentir como una niña pequeña apegada a sus padres que al salir al mundo real hubiera muerto en combate.

En cuanto mi padre salió de la habitación me apresuré a buscar ropa y a ir al baño.

Me duche rápido y me vestí para bajar y desayunar tan rápido como la somnolencia me lo permitiera.

Me despedí de mi padre y sali camino al set.

Esa mañana, no fue mucha cosa, pero fue algo laborioso.

Era escena tras escena pero agradecí que apenas nos equivocaramos.

Tras terminar fui a la cafetería a comer un poco. Lo primero que pille básicamente y Michael se acerco a mi.

-Hola, el coreografo me ha pedido que te diga que mañana hay ensayo porque no contestas sus mensajes.

-Ah, gracias, hoy he estado muy agotada y no he cogido el móvil.- explique.

-No te preocupes.

Empecé a notar la vibración de mi móvil y mire la pantalla para ver el emisor.

¿Damiano?

Descolgue y me sorprendió escuchar como Damiano me decía que estaba en la puerta de mi casa.

-¿Y que estas haciendo ahí?- le pregunté.

-Mi chaqueta.- me recordó.

Empecé a recordar y nunca recordé darle al botón de enviar al mensaje de anoche diciéndole la hora.

-Bien, estoy en el set. Ven aquí por favor, porque hasta las 6 no llego a casa.

Colgué y revise los mensajes, en efecto, nunca envíe el mensaje.

Minutos después de terminar de comer Damiano llego al set.

-Oye quedate aquí, mientras termino y luego iremos al estudio.

-¿Hola?- saludo.

-Hola.- dije.

-Entonces, dices, ¿que te voy a ver actuar?

-Un poco.- dije avergonzada.

Lo lleve a mi silla del set para que esperara y fui hacia donde tenían mi habitación preparada. Íbamos a volver ha grabar cuando el personaje de Vanessa, Clara, trata de convencer a Olivia de que participe.

Después de una hora fui a por Damiano. Estaba con su típica sonrisa juguetona que me ponía muy nerviosa.

-No seas tonto.- le murmure antes de que comenzará a reírse.

-Lo has hecho muy bien Olivia.- dijo, imitando cuando Michael se equivoco y me llamó Olivia.

-Eres un inútil de pies a cabeza, sin dejar un solo vello de la piel contaminado de tu gilipollez.

Fuimos al studio en mi coche y fue algo gracioso ya que Damiano no paraba de hacer bromas.

Cuando llegamos al studio el se quedó en el sofá mientras yo grababa algunas partes de la siguiente canción good 4 u.

El simplemente me miraba mientras escuchaba la canción. Hasta que llegó el punto en el que se levantó y le pidió permiso al técnico para modificar unas cosas.

El técnico el dio paso cuando le asentí con la cabeza.

El empezó a tocar unos botones y a subir y bajar aparatejos. Nunca entendí esa mesa.

Volví a repetir la canción del tirón. Salí para ver la nueva versión de Damiano y la verdad es que me encantó, le faltaba un poco del toque de profesionalidad pero solo pude lanzarme a él y darle un beso en la mejilla para agradecerle.

Después de eso volvimos a mi casa.

En el camino de vuelta puse la radio y la primera canción que sono fue Kiwi de Harry Styles.

Ambos cantamos como locos y a poco estuve de saltarme un stop.

Llegamos a casa y busque la chaqueta en la habitación de invitados mientras el esperaba en la entrada.

Volví y el estaba mirando un cuadro.

Era uno de nosotros en el puente de los suspiros, de los principios de nuestra relación.

-¿Aún la conservas?- me miró.

-Sí, pero tal vez sea hora de llevarla al desván.- dije sin saber realmente cuál era su reacción a la foto.

-No porfavor, yo aún la tengo también.- me confesó.

Me quede mirándole mientras el recorría cada parte de la foto sin dejarse una sola parte de este.

Coraline ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora