𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟖

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No me había fijado mucho en las actuaciones del resto de países pero aquí me quede embobada mirándoles.

Aún no tenían el vestuario del concurso pero Damiano se había quitado la camisa que llevaba antes.

Era su primer ensayo y ya lo daban todo, no me quería imaginar el día de la final.

Aunque a mi me gustaba el rock por mi ganarían ellos, pero no a todos les gusta lo mismo. Eso es lo bueno de este concurso.

Cada país podía demostrar su cultura musical, podría demostrar que era más que su historia o más que un país pequeño.

Y para el público era una manera de encontrar nuevos estilos, nuevos cantantes o bandas que les podrían gustar, nuevas canciones. Hasta nuevos bailes.

Yo la primera vez que lo vi fue por los bailes y las canciones y acabe como con tres crushes y una obsesión con eurovision.

Cuando volví al hotel Minnie y yo estuvimos mirando fotos y yo le pedí a mi familia incluso de ellos. Quería que todos estuvieran presentes en mi presentación.

Si lo pensamos bien era mi primer concierto, y quería que fuera especial y que todos lo que yo amaba estuvieran presentes.

Editamos una por una para que estuvieran en blanco y negro y que fueran como un polaroid. Minnie se encargo del resto.

Ahora a lo que me dedicaba era mirar el techo. Desde uy pequeña me hubiera gustado estar en eurovisión incluso como presentadora. Y ahora que iba a cantar mi propia canción, que iba a poder disfrutar de un escenario, no me lo creía. Mejor dicho, no creía que me lo mereciera.

Era tanto en tan poco.

Después de un largo tiempo tumbada en la cama decidí abrigarme un poco y salir un rato a pasear. Salí con los cascos puesto y la primera canción que fue Break Up Song, de Little Mix.

Era una de mis favoritas de las chicas. Cuando me había enterado que Jessy se fue me pase una tarde entera llorando. No quería que pasara lo mismo que con Fifth Harmony o One Direction.

El patio trasero del hotel era bastante grande y verde. En alguna medida me recordaba a algunos parques de Italia. Tenía un pequeño río enfrente. Yo estaba tumbada en la hierba disfrutando de la música y de la fría brisa que me calmaba la cara.

Las nubes decoraban el cielo y casi que parecía oler a algodón de azúcar. Me imaginé formas como cuando era pequeña con mi madre.

Un conejo, un corazón, un dragón, un castillo, un oso, un mickey mouse. Esa última me hizo gracia y creo que me reí bastante fuerte.

Me incorporé para poder ver el río con más claridad. No era el agua más limpia del mundo pero se podía ver perfectamente el fondo. Había pececitos, y rocas preciosas de colores. Había piedras más grandes que incluso llegaban a sobresalir del río. Musgo de un verde como el tallo de una flor.

Sentí que alguien se sentaba a mi lado pero no me moleste a mirarle. Noté como me quitaba el casco de su lado y su dedo acariciaba mi cuello.

-Bonjour petit lapin.

Noté su aliento en mi oreja y incliné  mi cabeza hacía un lado relajándome. Me seguía acariciando el cuello pero está vez también lo pasaba un poco por la mandíbula.

-Siempre me gusto tú piel de bebé.

-¿Me lo tengo que tomar como un cumplido?- le pregunté.

-Se supone.

Le miré a los ojos, desde lejos veías su mirada traviesa como mucho. Pero desde cerca el negro permitía casi leerle los pensamientos, o que el te los leyera.

Sus labios eran carnosos, pero no tanto, lo suficiente como para que encajaran a la perfección con los míos.

-También se supone que estoy enfadada contigo.- le susurré y seguidamente miré al horizonte.

-No puede ser que una bella flor este enfadada con su príncipe.

-Ese es el problema, el príncipe debió defender a la flor del dragón pero nunca lo hizo. Solo recibió un: lo siento por que te acabara matando.

-¿Aún estás enfadad por eso? Te pedí perdón.

-Se supone que los amigos defiende a la persona a la que quieren. A la victima, no a la acusadora.

-Yo...

Esperé a que dijera algo, pero nada salió de su boca, ni un solo sonido.

-Lo que pensaba, el príncipe debería irse con su princesa y dejar a la flor marchitarse sola. Adiós Damiano.

Dicho eso me levanté y me coloqué el casco mientras caminaba de nuevo hacía el hotel. Subí de nuevo a mi habitación y desde allí miré el atardecer. Le hice una foto y se la mandé a mi padre.

Era tan bonita que no iba a dejarla solo para mi padre y para mi. La colgué en las historias con un corazón naranja y la frase: La pequeña flor llegó a la cima sin ningún príncipe.

Demasiado indirecta, lo sé. Pero me sentía tratada como la mierda y punto.

Aparte. Todos alguna vez hemos hecho alguna indirecta a alguien, al menso una vez.

Alguien llamó a la puerta y abrí para ver a mi manager.

-Coraline, te cuento. El hotel ha organizado dos fiestas. Una el 14 de Mayo, esa será en el gran salón. Y la otra será después de las semifinales, en la piscina del hotel.

-Genial. 

-Ahora deberías bajar a cenar.

-Dentro de poco bajo.

Cuando se fue puse la canción de photograph, era una de las que más me calmaban. Me acordé que al principio iba a bailar esta canción con Michael, pero se precía tanto a un ballet que la cambiaron.

Me acordaba de los pasos después de todo. Y como si estuviera en un escenario comencé a moverme vagamente.

Casi sentía que flotaba y no tenía necesidad de que Michael estuviera a mi lado para hacer lo pasos.

Cerré los ojos y me imaginé que estaba a su lado y que esta era la última pieza. Todo fluía y podía sentir las vibraciones de la música en mi corazón.

Sentía cada palabra.

En el último giro vi como Michael se desvanecía y daba paso a Damiano. Me asusté tanto que me caí al suelo justo en la última frase.

Y volvía a estar en mi habitación. Apagué la música y bajé a cenar. Esta vez comí un poco más que antes y de vez en cuando me unía a la conversación. 

Coraline ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora