Coraline ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #1

🅸🅽🆅🅸🅴🆁🅽🅾

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟕

Mi padre estaba cada vez peor y yo pasaba más tiempo en casa de Damiano pero a solas en el cuarto de invitados.

De vez en cuando aparentaba ser una persona feliz en los lives que Damiano hacía pero evitaba salir para no tener que fingir.

Deje de componer, la canción se estaba volviendo triste y yo no quería de momento ese final para la canción.

Rumore era el único sonido que llenaba mi cerebro a todas horas. Mi cabeza la reproducía como si fuera casete rayado.

El mes de noviembre fue el más pesado que haya tenido en mucho tiempo, ni siquiera quise celebrar mi cumpleaños, y mi equipo insistía en que siguiera escribiendo la canción o no llegaría, así que me ponía cosas alegres o que me divirtieran de fondo para escribir. 

Y para cuando me admitieron en San Remo ya no tenía tantas ganas.

Mi padre a veces mejoraba, otras no tanto.

Y en diciembre me centre en el videoclip de la canción para San Remo.

Gracias a esta canción dejaría de recibir los comentarios de que no me gusta mi país o mi idioma y por eso escribo solo en inglés. Aunque realmente he explicado varias veces que es para que todos comprendan las canciones más fácilmente ya que todos saben inglés.

No tenía ni idea de como quería el videoclip, por mi hubiera dejado un audio nada más, pero quería mantenerme distraída.

Deje toda la creatividad para mi equipo y decidieron poner a una bella bailarina en la hierba bailando.

Después la misma chica hablando con cisnes, paseando, con un chico. Cosas que la hacían feliz.

Yo no saldría en el video hasta el final, donde la chica se cae bailando y es mi mano la que la ayuda a levantarse.

Recibí un mensaje de Ana Mena, una cantante española con la que había hecho una amistad hace unos años cuando fui a España. Me deba la enhorabuena por entrar a San Remo y que estaba muy emocionada de volver a verme.

Le respondí que yo también y que seguro que su canción era muy buena.

Con la llegada de diciembre también llegó la nieve y el frío, pero también mis paseos para refrescarme la mente y los días de manta y televisión para no pensar.

Uno de esos días en casa de Damiano él estaba haciendo un live y ambos respondíamos preguntas pero yo me había centrado más en la televisión.

Mi móvil empezó a sonar con los violines de la canción de San Remo y corrí hasta el móvil para que ni Damiano ni sus fans escucharán la canción.

Puse el teléfono en mi oreja para escuchar las cinco palabras que me destrozaron el corazón por completo.

-¿Qué pasa Coraline?

Solté el móvil de golpe y me tapé la boca negando lo que había escuchado.

-¿Coraline?

Damiano se levantó y vino a abrazarme.

-Está peor Damiano, no tiene posibilidades.- le dije.- Está en la UCI.

Me abrazó más protectoramente y lloré en su hombro. No tenía muy claro si había apagado el live o no pero si no solo podrían escuchar mis llantos.

-Quiero ir a verle.

Él me miró y asintió y enseguida fuimos al hospital.

Mi dolió ver a mi padre apenas consciente y con un montón de cosas, enfermeras de aquí para allá con suero, vías, etc.

Ni siquiera los médicos sabían lo que tenían y no paraban de hacerle pruebas. Alizée trataba de que los niños no se preocuparan, Fred estaba trabajando, yo acariciaba la manos de mi padre y Damiano me consolaba a mí.

Apenas podía pronunciar palabra pero cuando lo hizo me corazón se rompió entero.

-No os preocupéis... Iré a ver a mamá.

-No digas eso papá.- dijo mi hermana.

Yo no fui capaz de decir palabra. Mi padre el hombre más fuerte emocionalmente que conocía, el hombre que después de que el amor de su vida ya no estaba hubiera sido capaz de cuidar a su hija pequeña y seguir alegrando a la familia. 

Ahora ese hombre estaba dispuesto a morir. Ese hombre sabía que no le quedaba tiempo. 

Las lágrimas brotaron de mis ojos y no aparté mis ojos de mi padre. Damiano me apretó el hombro suavemente.

La hora que estuvimos allí traté de que se sintiera mejor pero no conseguía ni un sonido suyo.

Las enfermeras y médicos prometieron cuidarle hasta que volviéramos.

Cuando llegué a casa no tenía ganas de nada, Damiano me mimo, me preparó l cena y me preguntó si quería bañarme o hacer algo pero no me moví de la cama.

Iban a ser las peores navidades de mi vida, lo sabía.