𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟒

211 10 9
                                    

Le prometí a Victoria que comería algo pero ni siquiera rocé la puerta de la cocina. Me metí en la cama a escuchar canciones tranquilas hasta perder contra el cansancio. 

Por la mañana fue el timbre quien me despertó, me puse las pantuflas y bajé a abrir a Damiano.

-Hola.- le saludé adormecida.- Sí puedes entrar adelante.- dije después de que entrara.

-¿Has desayunado?

-Solo tuve un ataque de ansiedad, no es que vaya a dejar de comer.

-¿Cenaste ayer?

Mire mis pies avergonzada.

-¿Ves? En cuanto te sientes vulnerable haces cosas que te perjudican.

-Tampoco es como si fuera mi culpa.

-Tú eres la que decides no comer.

Él entró a la cocina y yo me quedé quieta.

-Ven a desayunar.

Prácticamente me arrastró a la cocina y me sentó enfrente de un bol con cereales. Me observaba mientras yo comía lentamente.

-2 meses.

-¿Qué?

-2 meses fue el tiempo que comí mal. Me saltaba comidas y entrenaba mucho.- solté.

-Por Dios Coraline, ¿por qué?

Otra pregunta que no sabía contestar.

-No lo sé.

-Si lo sabes, estás evitando mi mirada.

Odiaba que me conociera tan bien, mierda.

-La noche de Eurovision, mientras estabais siendo entrevistados me puse a mirar Twitter, y no solo leí el comentario de Alessandra, también de más personas hablando sobre mi voz y mi cuerpo, por eso estaba así. Cuando llegué a Estados Unidos tuve varias entrevistas en las que leyeron comentarios malos de mí y bueno los entrevistadores no fueron... del todo buenos conmigo. Cuando llegué tuve tiempo para mí, tiempo sola, en el que nadie me controlaba y no hice un buen uso del tiempo. Luego paso lo del accidente y el resto te lo sabes.

Vi como se levantaba y se acercó y me abrazó. 

-No lo vuelvas ha hacer, por mi.- murmuró.- Y por ti.

Estuvimos un rato abrazados sin decir nada más.

-Está noche vamos a cenar, con nuestras familias. ¿Quieres?- me dijo aún abrazados.

Asentí.

-Voy a contar cuantos en tú familia sois, porque sois un huevo y hago la reserva. Tú avísales.

-Vale. Y somos diez.

-Gracias.

Me dio un beso y salió para coger su móvil. Yo también cogí mi móvil y mandé un mensaje al grupo de mi familia, pero me di cuenta de que no tenía el número de los familiares de Damiano desde que mi cuñado, el único que tenía, se cambió de móvil.

-Amor.

-Dime.

-Avisa tú a tu familia, yo no los tengo agendados.

-Vale.

Volvió a encender el móvil y escribió supongo que ha su familia. Después me dijo donde estaba el restaurante y se lo dije a mi familia.

Me decante por una camisa negra y una falda peluda de color crema. Algunos accesorios y fuimos a casa de Damiano para que se preparara. Mientras jugaba con sus gatitos Bidet y Legolas.

-Hola hermoso, ¿cómo estás?- le salude a bidet mientras se retorcía en mi y Legolas le tiraba del sofá.- Ey, no le hagas eso. Que tú eres mi favorito.- dije cogiéndolo.

-Pensaba que no tenías favoritos en tus hijos.- dijo Damiano desde su habitación.

-Ni lo afirmo ni lo desmiento.- le grité y escuché su sonora risa.

Seguí acariciando a los gatos hasta que salió Damiano con su camisa blanca y nos pantalones rojos.

-En mi defensa diré que no he encontrado los negros.- dijo viendo como tenía las cejas levantadas.- Vamos cariño, estás acostumbrada. 

Me levanté de sofá y me despedí de los dos gatitos preciosos y fuimos al restaurante. Cuando llegamos ya vi a la madre y el padre de Damiano y nos acercamos a saludarles.

-Hola preciosa, me alegro que mi hijo hiciera por una vez en su vida algo bien y volviera a salir contigo.- dijo su madre abrazandome.

-Mamá, hago muchas cosas bien.

-Gracias.- le dije.

-¿Como te encuentras después del accidente?

-Mucho mejor.

Pasamos adentro y un camarero nos guio hasta una mesa redonda con 15 sillas.

-Perdone. ¿Puede quitar una silla y poner una trona? Es que viene un bebé.- le pedí.

-Por supuesto señorita.

Nos sentamos los cuatro y poco a poco vinieron el resto. 

Todos me felicitaron por mi gira y por el pasado concierto y fue una muy buena noche. 

Me alegro ver a todos y poder tener un cena tranquila.

Me reí mucho pero me levanté para ir al baño y cuando salí del baño me topé con Damiano.

-Uy, hola.

-Estás preciosa hoy, tanto que te haría el amor aquí tres veces seguidas.

Me besó inesperadamente y luego simplemente se fue hacía la mesa dejándome con la boca abierta. 

Es verdad que ambos estábamos ocupados y aún no habíamos vuelto a tener ese tipo de relaciones íntimas. 

Volví a la mesa y miré a Damiano disimuladamente mientras él comía. Ya era muy entrada la noche cuando empezamos a ser la única mesa en pie y los tres más pequeños estaban ya dormidos cuando decidimos ir a casa. 

Ayudé a mi hermana llevando a Ada al coche mientras Damiano se despedía de sus padres.

-Ha sido un placer.- dije cuando volví con los cuatro.

-Para nosotros también, tened una buena noche.- nos dijo la madre de Damiano.

Parecía que Damiano le había dicho algo a su hermano Jacopo y ambos se miraban mucho.

-La tendrán mamá.- les dijo a sus padres.

Escondí mi sonrisa y ambos fuimos al coche. Estuvo todo el trayecto con la mano derecha en mi muslo y jugando con mis manos.

Hasta que llegamos a casa.

Coraline ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora