Capitulo 3: Comenzar de nuevo. Editado

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Martes ~*

Se sentó sobre el pasto, dejando el poleron sobre sus piernas y Sakura la imito, sacando su merienda .

-Así que lo conociste la primera semana que llegaste aquí- Sakura hablo, bebiendo su jugo- Se ve alguien extraño.

-Ni lo digas-Sonrió- Pero me ayudo de todas formas, solo queda agradecerle.

-Sí, le daré las gracias si lo veo también Ange -La miro- Kyo y su grupo fueron suspendidos, ellos realmente nos veían con odio.

-Sí... -Bebió también su refresco- Tal vez, eso nos traiga más de un problema.

La rubia la miro preocupada, pero era algo que no podían evitar, después de todo, habían sido acosadas y una suspensión, no solucionaría el problema, solo traería más.

La hora del almuerzo finalizo dando inicio a la última clase del día, sentándose juntas.

Ángela miró por la ventana, realmente le dificultaba el idioma al escribirlo, pero sí entendía todo lo que el profesor decía, escribiendo en inglés y escuchando en japonés, pareciéndole un juego.

-Si quieres... puedo traducirlo al japonés y comienzas a practicarlo- Dijo Sakura, tomando nota de todo.

-Gracias... me vendría bien... también me quedaré a un taller, aunque pienso hacerlo en la mañana.

Finalmente, el día había acabado, sin novedad, caminando juntas por las calles, Sakura la acompañaría en su primer día de trabajo, lo cual la peliblanca agradeció. Una señora de edad las recibió y les hizo entrar.

Ángela tomó su uniforme y fue a colocárselo al pequeño camarín del lugar.

Un pantalón negro ajustado, una blusa blanca y sobre este, un delantal el cual tenía bolsillos para guardar algunas cosas.

Su cabello estaba tomado en una trenza, algo que Sakura se había ofrecido hacer, ocultando su parche.

Una vez lista, salió y la señora Mei le sonrió.

-Te ves muy bien. Sé bienvenida Ángela-chan.

-Muchas gracias Mei-san.

Ángela no reverenció y Sakura le hizo el gesto, pero Mei no se molestó, diciendo que estaba bien.

Atendió a sus primeros clientes y luego de un rato, Sakura se despidió de ella para ir a casa. Ya eran las 7 y aún faltaban dos horas para el cierre, siendo una tarde agradable.

Finalmente, cerraron, ella limpiando las mesas mientras Mei contaba la caja, donde la señora sonrió con alegría.

-Chica, pero que me has dado mucha suerte hoy- Le guiño un ojo- Ten tu propina- Le extendió el dinero y ella lo cogió.

-Pero es mucho... -Lo contó, abriendo los ojos con sorpresa.

-Los japoneses nos dejamos guiar por las apariencias y puedo jurar que en Japón nadie tiene ese cabello y ojos naturales que tú tienes, aparte de lo blanca que eres.

-Gracias... supongo-Guardo el dinero y comenzó a barrer-¿Mañana en qué horario?

-Puedes venir de 5 a 9 de la noche, el jueves es tu día libre junto al domingo.
Cualquier cosa que necesites hacer, dímela.

Ángela asintió, terminando su labor y fue a cambiar su ropa.

Coloco su uniforme nuevamente y se despidió de ella.

Camino tranquilamente, el café por fortuna le quedaba cerca y no le molestaría llegar tarde a casa si solo eran 10 minutos.

Sumida en sus pensamientos no noto que alguien la seguía, acercándose el mayo por detrás para asustarla.

Caminar al filo del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora